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De tiros, puños y ellas

Tras concluir 14 deportes en los que Cuba tenía participación, con posibilidades de llegar a 85 finales, nuestros atletas lograron incluirse en 49 y se impusieron en 14

Autor:

Norland Rosendo

LIMA.— La primera semana de los Juegos se fue con los puños de los boxeadores empujando a Cuba en el medallero y los tiradores rubricando una actuación que pone en entredicho a quienes se escudan en la falta de recursos para no hacer diana en el podio.

Si tuviera que ponderar una medalla, empero, me quedo con la plata de Lisandra Guerra en el keirin, aunque en este resumen no incluyamos el ciclismo, pues no ha terminado aún. Que me disculpen los 14 titulares, pero esa muchacha puso a Cuba a rodar con ella en el velódromo, mientras su hijo Thiago enderezaba el timón imaginariamente hasta una presea que resume el sacrificio y la entrega de los deportistas que saben crecerse.

Otro nombre que no debe quedar fuera de un resumen es el de Leidy Laura Moya, a cuyo cuello fueron dos medallas, una de plata y otra de bronce, y aseguró su cupo para Tokio 2020. Nuestras mujeres crecidas en Lima. Orgullo de Cuba.

Los pugilistas —con una manita de los jueces incluida en la última decisión, que no se saboreó como las otras— dejaron claro que no son un buque, así en singular, sino una flota de buques con artillería pesada en sus puños. Diez preseas, ocho de ellas doradas, lo dicen todo.

Del tiro, qué decir. Se merecen que les arreglen el polígono, aunque las balas las siguen gestionando como sea o tengan que simularlas con los labios en blancos virtuales, que dan, eso sí, medallas reales.

Y el canotaje aportó cinco preseas, con un Fernando Dayán Jorge impetuoso mirando lejos, bien acoplado con Serguei Torres, quien dotó al tándem de experiencia y se subió por cuarta vez seguida al podio, y por tercera ocasión en lo más alto.

Según los datos preliminares de que dispone JR, tras concluir 14 deportes en los que había participación de la Mayor de las Antillas, con posibilidades de llegar a 85 finales, nuestros atletas lograron incluirse en 49 y se impusieron en 14.

Aunque hay actuaciones como la del béisbol que no se pueden analizar en una página de periódico. Ni en dos. Ayer, en la discusión del quinto puesto les fabricaron ocho carreras con dos outs en el décimo inning.

Ambos equipos, Cuba y República Dominicana, se pasaron los nueve capítulos sin pisar mucho el home plate, apenas una vez cada bando, y en un solo inning sucedió lo impensado: los nuestros marcaron ocho y los adversarios ripostaron con nueve. Mi buzón de correo está abarrotado de opiniones: bochorno, es el término más usado por nuestros seguidores, y el único publicable también.

Tampoco hay piropos para el balonmano masculino, llegó a Lima con muchas expectativas y se va sin un éxito siquiera en la ronda preliminar; aunque les tocó un grupo difícil, su debut resultó fatal ante Chile, adversario que aprovechó la falta de trabajo en equipo. Luego dieron un partido más reñido ante Estados Unidos, que los superó por un gol y ponchó el sueño de una presea.

Sin embargo, las chicas de ese deporte aportaron un alentador tercer puesto, que combinado con la buena gestión de los federativos en la contratación le augura un mejor futuro al balonmano.

Después de haber ganado tres coronas en Toronto 2015, se esperaba más que una plata y un bronce del taekwondo, y de las pesas también se puede emplear el término de discreto para evaluar su comportamiento.

Las principales opciones de títulos en la última semana de los Juegos se centran en atletismo, judo, lucha y remo. Pero como mismo el tiro dio en el blanco más veces de lo previsto, no se descartan otras preseas doradas. Arlenis Sierra, por ejemplo.

Por Yarisley Silva preguntan mucho en la sala de prensa. Saben que la cubanita se yergue por encima de los pronósticos cuando tiene la pértiga en la mano.

Sea cual sea el puesto que ocupe nuestro país en el medallero final y la cantidad de preseas que embarque para La Habana, el deporte insular sigue generando mucha admiración entre colegas. Cuba aún es, para la mayoría, potencia regional, aunque los aires soplen fríos por estos lares y quizá nos haga falta un pequeño terremoto que mueva las cosas de lugar. Para bien, claro.

Nota: Consideramos como finales la posibilidad de discutir medalla de oro. 

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