Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Cuatro minutos y medio con Iván Pedroso

El nueve veces titular mundial dijo a Juventud Rebelde que el triplista francés Teddy Tamgho fue quien le abrió el camino como entrenador 

Autor:

Javier Rodríguez Perera

Lima.— Sobre Iván Pedroso cuelga el estigma de ser un tipo escurridizo a las entrevistas. Incluso esa afirmación también me la advirtió su prima Aliuska     López, otrora elegante entre las vallas y multimedallista en el concierto internacional. En la esquina de un pasillo de la Villa Deportiva Nacional (Videna), sede del atletismo de los pasados Juegos Panamericanos, descansaba una de las leyendas mundiales del salto largo. Iván aguardaba por su pupila aventajada, Yulimar Rojas, ocasión que aproveché para hacerle la petición. Accedió ipso facto a la entrevista y el cliché cayó al suelo.

Aunque fuera durante cuatro minutos y medio, es un completo lujo conversar con un mito como él, nacido el 17 de diciembre de 1972, de ahí que su nombre de pila sea Iván Lázaro. A Cuba le dio gloria y prestigio a montones. Pero Cuba extraña mucho a un hijo ilustre como él. Hace más de una década que vive en la ciudad española de Guadalajara con su esposa y dos hijos y lleva omnipresente este gran pedazo de tierra.

El nueve veces titular mundial dijo a Juventud Rebelde que al retirarse en la Isla se fue a España para vivir junto a su familia. En Europa decidió empezar su carrera como entrenador, profesión que siempre le gustó. Poco a poco fue aprendiendo; el triplista francés Teddy Tamgho fue quien le abrió el camino y después todo resultó más fácil.

Reside en Guadalajara hace 12 años. Además de la venezolana Yulimar, entrena al portugués Nelson Évora, a la española Ana Peleteiro, a la brasileña Nubia Soares y a los cubanos Alexis Copello (naturalizado azerí) y Yariannis Argüelles (nacionalizada portuguesa).

La presencia de Iván en Perú obedeció a que Yulimar Rojas compitió y triunfó con un registro brillante en el concurso de triple salto. Expresó sentirse muy  contento con ese resultado, pues acudieron con los objetivos de ganar, romper el récord panamericano y saltar sobre los 15 metros, todos cumplidos. Ha sido un trabajo largo, enfocado en la preparación hacia los Juegos Olímpicos de Tokio, explicó el titular olímpico en Sidney 2000, y será en Japón donde termine el ciclo. «Estoy satisfecho porque se ha cumplido todo lo previsto, no puedo pedir más».

En cuanto al primer vínculo que tuvo con Rojas, subcampeona bajo los cinco aros en 2016, recuerda que se comunicaron por Facebook y luego se hizo formal mediante la Federación Venezolana de Atletismo. A partir de ese momento se realizaron los trámites necesarios, la enviaron a España y desde entonces están juntos.

«Ha sido un camino extenso, difícil, porque llegó muy jovencita y hubo que fortalecer varios aspectos. Puedo decirte muchas cosas, pero lo que más me reconforta es que los resultados seguirán saliendo, porque se ha logrado la confianza de ella en mí. Esa es la clave», afirmó el oriundo de La Habana del Este.

Por su parte, Yulimar aseguró a nuestro periódico que aquella primera vez que habló con Pedroso está en su mente y no la olvidará jamás. Rememora que era un muchacha de 18 o 19 años y sabía que tenía condiciones para llegar lejos, pero necesitaba especialmente a Iván Pedroso como entrenador y lo consiguió.

«Iván, junto a mi madre, es mi motor y mi confianza. Cada día me demuestra que es un campeón, una leyenda, y es un placer para mí ser su pupila. Esta medalla de oro en Lima es un paso más en el trabajo que estamos haciendo y se la quiero dedicar a él. Él es quien me sacó adelante en el deporte y sé que seguiremos juntos labrando un camino exitoso, porque él es mi inspiración», dijo la morocha.

Mientras que su preparador confesó que la vio competir por primera vez en el Campeonato Mundial juvenil de Oregón y luego de ese certamen comenzó a seguirla. Dos años después inició el vínculo, pues sabía de sus condiciones y que un trabajo serio y tranquilo con ella daría frutos. «La mejora de parámetros pequeños le permitiría tener una evolución grande».

Respecto a la rivalidad de Rojas con la multilaureada colombiana Caterine Ibargüen, el capitalino reconoció que «Caterine es una extraclase y por muchos consejos que yo le doy a Yulimar, mi alumna siempre la respeta. Yo le digo que eso es bueno, respetar a los grandes. Si piensas en el buen trabajo en los entrenamientos, las cosas salen. Esa es la mejor manera de enfrentar a los grandes y a una atleta del nivel de Ibargüen», concluyó Pedroso, quien dijo que demora un poco en visitar a Cuba, pues prepara a varios de sus discípulos para el Campeonato Mundial de Catar.

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