Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Yaimé reitera su candidatura

La discóbola santiaguera es hoy la principal esperanza del atletismo cubano de cara a los Juegos Olímpicos de Tokio

Autor:

Eduardo Grenier Rodríguez

Como si no le bastara con tirar de currículo para infligir temor en sus rivales, Yaimé Pérez ha comenzado la temporada gritándole a los cuatro vientos que está lista para asaltar el podio olímpico en la venidera cita estival de Tokio. Corren tiempos difíciles, con las típicas anomalías de una pandemia nefasta, mas la santiaguera sigue enfocada en catapultar su talento con la ansiada corona bajo los cinco aros.

No son aspiraciones poco respaldadas. Al contrario, hace unos días, durante la cuarta semana de confrontaciones de la preselección olímpica de atletismo, la santiaguera envió el disco —y también un mensaje contundente a sus contrarias— hasta los 67,73 metros (m), una marca respetable teniendo en cuenta el momento actual de la preparación.

Pero lo que es más ilustrativo, tuvo una secuencia de disparos francamente buena: 66,02-67,73-63,00-67,27-65,20-63,40. La otra discóbola criolla de élite, Denia Caballero, carece de grandes marcas en la temporada en curso, aunque su gen competitivo tradicional obliga a no descartarla por la puja en Tokio. En próximos eventos sabremos el estado actual de la villaclareña.

Y hablando de discóbolas, Silinda Morales consiguió el pasado fin de semana su marca personal en el Estadio Panamericano, con 63,17 metros que constituyen además uno de los mejores envíos del año a nivel mundial.

Sin embargo, en esta especialidad no están depositadas únicamente las esperanzas de Cuba de cara a Tokio, puesto que Juan Miguel Echevarría intentará en salto largo alcanzar la gloria olímpica. El camagüeyano de 22 años ostenta un brinco de 8,25 m bajo techo el pasado 9 de febrero en la localidad francesa de Liévin. A propósito, su coterráneo Maykel Massó también rebasó la barrera de los ocho metros en Karlsruhe, Alemania, el 29 de enero.

Estas estadísticas nos indican que en el salto de longitud posee la Isla herramientas para conseguir finalistas en tierras japonesas, en caso de que ambos consigan sus mejores marcas en la competencia más importante, especialmente en el caso de Juan Miguel, quien aspira a escalar a lo más alto del podio.

Precisamente esta debería ser la principal preocupación de los entrenadores  cubanos, que con toda seguridad son conscientes de la necesidad de alcanzar el pico de rendimiento de los atletas en la cita bajo los cinco aros y romper el (certero) estigma de que sus discípulos consiguen los resultados más sobresalientes en competiciones menores.

A propósito, podrá salir mejor o peor —habrá que esperar para descubrirlo—, pero la estrategia trazada por el colectivo técnico y la Comisión Nacional comandada por Yipsi Moreno invita al optimismo de cara al futuro en un deporte en el cual Cuba siempre ha ocupado un asiento en la élite.

Un matiz que lo ratifica: la triplista Leyanis Pérez, de solo 19 años, ostenta ya un salto de 14,26 m hace pocos días y apunta con ambición, junto a otros jóvenes, a los próximos Juegos Panamericanos Juveniles de Cali, Colombia, en septiembre venidero. Vivir para ver…  

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