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Alba en dos tiempos

El taekwondoca Rafael Alba ganó el bronce ante el chino Hongyi Sun

Autor:

Norland Rosendo

TOKIO.― Rafael Alba se va de esta ciudad con el único podio que faltaba en su exitosa carrera deportiva. Pidió disculpas a los más exigentes por el color de su medalla y dijo que estaba feliz, muy feliz con el bronce olímpico, un metal que ni él mismo imaginó unas horas antes de que lo colgara en su cuello.

Amaneció candidato a los tres primeros puestos en la división de más de 80 kilos; durante el día vio alejarse de golpe su sueño, que de a poco fue regresando a él entrada la tarde-noche, y terminó acostándose con la primera medalla de la delegación cubana en la actual edición olímpica.

Ganador de dos campeonatos mundiales (2013 y 2019), el gigante de Santiago de Cuba empezó con una derrota que a muchos recordó su final infeliz hace cinco años en la urbe carioca, pero su victimario, Dejan Georgievsk, de Macedonia del Norte siguió ganando combates y cada éxito era un soplo de vida para Alba.

Fue un duelo difícil, dijo sobre su fracaso inicial. «No esperaba que el marcador fuera así, ni me arrepiento de la táctica empleada; cuando vi que llegó el último tercio y estaba debajo traté de voltear el marcador con variedad de técnicas, pero ni siquiera arriesgándome pude».

Esa derrota lo dejaba fuera de la final y solo un milagro lo salvaría de un vendaval de críticas con rachas más fuertes que las del tifón que nunca pasó por aquí.

Con sus pertenencias recogidas para volver a la villa, se sentó a esperar por el desenlace de Dejan, quien siguió tumbando adversarios contra todo pronóstico y solo cayó en la final.

Alba tuvo su segunda oportunidad, que en todo caso sería la tercera si tomamos como primera la cita de Río de Janeiro cuando se fue en el segundo combate.

La prensa también se había ido tras el revés inicial, y en otro hecho para contar en la vecina sección Entre sopas y fideos, se retornó cayendo la noche para empujar con sus buenas vibras las patadas de Alba.

Ganó primero a Seydou Gbane, de Cabo Verde, por 8-2, y en su último pleito, de bronce, doblegó por la mínima al chino Hongyi Sun (5-4).

Aquellas palabras pesimistas cambiaron de sentido cuando en el último minuto se deshizo del atleta del gigante asiático para asegurarse el bronce. Cuba ya tiene su primera medalla en Tokio y Alba completó su currículo en los grandes torneos.

«Sé que no es el oro que la mayoría esperaba de mí, pero es un bronce que igual me tiene muy feliz. La gané contra todo pronóstico tras el fracaso en la primera presentación. Quienes me acompañan aquí se vistieron de sicólogos para que pudiera afrontar con éxito la oportunidad que la vida me estaba dando». 

«Tengo ya mi presea olímpica», se jactó el muchacho que el próximo 12 de agosto cumple 28 años y ya está pensando en dedicarle más tiempo a su familia.

Como se predijo, Alba alumbró el medallero.

 

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