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Un caso pendiente

Nadie puede negar el especial tratamiento y el apoyo que han tenido los damnificados del tornado del 27 de enero en la capital. Y como todo proyecto masivo, puede quedar algún cabo suelto, como el de Francisco Jiménez Sargentón, quien reside solo, sin más familiares, en San Antonio 144-B y Final, municipio habanero de Guanabacoa.

Cuenta Francisco que le asignaron un subsidio. Hizo todos los trámites, y cuando llegó al rastro El Tranvía, el 10 de febrero, había todos los materiales, pero no la pala mecánica necesaria para distribuirlos.

Francisco consiguió una pala mecánica en tres ocasiones, y no ha podido cargar con sus materiales. La primera vez fue muy rápida y urgida la gestión, pero estaban despachando a otro beneficiario de subsidio. Y en las otras dos ocasiones, no había camión de volteo.

En marzo, al fin, le dieron los bloques y el acero, pero no pudo emprender nada, porque le faltan los áridos y el cemento.

«En esta contienda de constante peloteo —manifiesta—, me enfermé. Tengo que decir que la mala suerte se ensañó en mí. Ya hace un tiempo que no hay camión, cosa que conspira contra el despacho. Y los materiales escasean.

«La fecha que dieron de terminación de las obras que se ejecutan se cumplirá en otros municipios, pero en Guanabacoa dudo mucho que se concluyan para entonces. Existen varios casos similares al mío», concluye el subsidiado.

Estar informado para comunicar

Norges Verdecia Fonseca (Calle 28 no. 805, entre 33 y 35, Rosa la Bayamesa, Bayamo) relata que el pasado 13 de mayo fue al Gobierno municipal a formular una queja. Le preguntó a la recepcionista  sobre el correo electrónico o la dirección web del Portal del Ciudadano provincial. Y ella no tenía conocimiento al respecto.

Le sugirió que en el puesto de mando le podían informar. Fue allí, y la funcionaria presente le dijo, muy amablemente, que no sabía manipular la computadora. Le envió a la oficina de Atención a la Población.

Ya allí, una funcionaria le indicó que aguardara donde se encontraban varias personas, pues estaba atendiendo a una ciudadana. A la espera, Norges preguntó a la recepcionista de Atención a la Población si conocía lo que él requería, y ella le respondió que solo llevaba cuatro días en el puesto, y no estaba familiarizada. Y le sugirió que preguntara al administrador, allí presente, o al informático.

Norges se decidió por el informático, quien le explicó que «en el último Consejo se decidió desechar la vía del correo, ya que era poco revisado y actualizado, e implementar en la propia página web un sitio de Atención al Ciudadano».

En charla con el informático, Norges le sugirió la colocación de pancartas informativas en la recepción, indicando las facilidades del portal y cómo acceder a él. Y se acercó la funcionaria de Atención a la Población, quien de una vez le facilitó en un papel la dirección web, no sin antes consultarlo con el informático, porque al parecer ella estaba en duda. Y las personas en espera allí aludieron desconocer el Portal del Ciudadano.

«En tiempos en que se demanda, incluso a nivel constitucional, desarrollar y fortalecer la comunicación social, afirma, es paradójico que la provincia de Granma se presente como líder del Gobierno digital en el país, y a la vez la comunicación institucional del Gobierno de Bayamo tenga esas fisuras. Potenciar la comunicación en todos los ámbitos es fortalecer la gobernanza ciudadana».

La historia que cuenta Norges revela que la comunicación institucional, una necesidad democrática de estos tiempos, no se logra solo con crear los mecanismos y vías para ella, si los agentes y sujetos de la misma no están preparados y calificados para ejercerla. La información empieza dentro de la institución para luego desplegarla en la sociedad.

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