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Al fin tiene su título

El pasado 30 de noviembre, Lediel Bombino Fernández, licenciado en Educación en la especialidad de Instructor de Arte, en julio de 2018, en la Universidad de Sancti Spíritus, contaba sus avatares para obtener su merecido título.

El día de la graduación, momento tan simbólico y entrañable, no se le entregó el pergamino, según directivos allí presentes por un error de redacción en su confección.

Posteriormente, él se presentó varias veces en la secretaría de la Facultad de Humanidades, donde le informaron que el título se había mandado a hacer en la secretaría general de la Universidad, con la calígrafa.

Al fin pudo ver su título en la secretaría de la Facultad, pero no se lo dieron porque le faltaba la firma de la decana y el cuño seco.

«En estos momentos, decía, nadie conoce del paradero final del título. He visitado nuevamente la secretaría de la Facultad, la secretaría general de la Universidad de Sancti Spíritus, y todo sigue igual. Me comuniqué con la decana, y me informó que el título se había ido equivocadamente en un bulto de documentos hacia la Universidad Central de Las Villas. Aún sigo esperando respuesta».

Al respecto, responde la doctora Naima A. Trujillo Barreto, rectora de la Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez, que, luego de un análisis en profundidad sobre los hechos, se confirmó que a la hora de emitir el título de Lediel se detectó un error de redacción, razón por la que no se le entregó en el acto de su graduación.

Reconoce que, ante las gestiones del egresado, «hubo morosidad en la solución del problema por diferentes causas; ante lo cual se realizaron los análisis correspondientes, y se depuraron responsabilidades en cada uno de los niveles de trabajo».

Informa Naima que cuando se publicó aquí la queja de Lediel, ya se le había emitido el título, que fue entregado  el lunes 3 de junio, por la propia Rectora, en presencia de la Decana y otros miembros del Consejo de Dirección e invitados.

Agradezco la respuesta y solución final al caso del título, pero no quiero dejar de acotar que hubiera sido saludable conocer cuáles fueron los análisis en la institución para que esto no vuelva a suceder, y en qué consistió el acto de depurar responsabilidades a los distintos niveles.

En juego la rehabilitación de un niño

Liet Aguilar Fernández (Vía Blanca kilómetro 13, Matanzas) sufre porque tiene un bebé que padece hipotonía generalizada, una enfermedad delicada que lleva  tratamiento de rehabilitación diaria, y el pequeño no lo puede recibir por lo apartado y distante del lugar donde vive.

El tratamiento comenzó en la ciudad de Matanzas desde los cuatro meses de vida del niño hasta los 11. Y no hubo resultado. Por gestión de la madre, con apoyo del delegado del Poder Popular y aprobación del gobierno municipal de Matanzas, se trasladó a la Clínica de Neurodesarrollo de Cárdenas.

Desde entonces, se le situó el servicio de taxi, que al principio era estable. La situación del pequeño avanzó bastante, con resultados y evaluaciones positivas.

Pero desde hace varios días, dice Liet, el transporte se ha visto afectado, según la Empresa de Taxis, por roturas o falta de combustible. La madre con su hijo a cuestas ha tenido que viajar a Cárdenas por sus propios medios, con gastos elevados o «cogiendo botellas».

El traslado es sumamente azaroso, hasta bajo lluvia, para no interrumpir el tratamiento. Y las tensiones y condiciones impredecibles en que se transportan afectan al niño, pues que su padecimiento es neurológico.

Ante tal inestabilidad, la madre ha recurrido a la Empresa de Taxis más de una vez, y le han planteado la situación del combustible. Pero cuando por sus propios medios llega  al centro de rehabilitación descubre que otros taxis llevan pacientes allí.

Manifiesta Liet que se dirigió a la Dirección de Transporte del gobierno municipal, y la remitieron a Salud Pública, donde le plantearon que el niño se estaba recogiendo diariamente. Que volviera al gobierno municipal.

En este «peloteo» están una madre y su hijo enfermo, al cual el país no escatima esfuerzos para su atención. ¿Cómo podía destrabarse el obstáculo desde la iniciativa local? «Esto me crea una situación insostenible. Aparte de que estoy bajo licencia sin sueldo, detener el tratamiento del niño puede ocasionar un retroceso que afectará su desarrollo neurofisiológico futuro», concluye Liet.

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