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Representar realmente los intereses de los jóvenes

Hay que hacer lo que toca en el lugar donde nos corresponde. Es preciso generar espacios de participación y debate, ser más creativos, dinámicos, audaces. Funcionar a lo interno es una vía, no un fin… Fueron muchas las ideas que emergieron de un diálogo en línea que se prolongó por más de tres horas entre internautas y miembros del Buró Nacional de la UJC, a punto de que esta cumpla sus 50 años

Autor:

Yurisander Guevara

Temprano en la mañana comenzó el diálogo, y rápidos debieron andar los encuestados, pues el aluvión de interrogantes no se hizo esperar. La cita, concertada para responder inquietudes sobre el funcionamiento de la organización a propósito del onomástico 50 de la UJC, ocurrió el pasado jueves, pero las interrogantes y las respuestas están apuntando hacia adelante.

Temas como los desafíos hacia el mañana, la visión del presente en nuestra Cuba socialista, y cómo funcionar para que la organización de vanguardia de la juventud cubana esté a la altura de esos escenarios centraron la sui géneris conversación en línea.

Conscientes de la necesidad de acercamiento a nuestros jóvenes, dirigentes de la juventud comunista cubana tomaron parte en ese diálogo que se extendió por más de tres horas, a través del sitio web de Juventud Rebelde.

En lo que pareció un suspiro por la profundidad del debate establecido, web mediante, tuvimos entre bits y bytes a Yamilé Ramos Cordero, presidenta de la Organización de Pioneros José Martí; a los miembros del Buró Nacional Nexy Véliz Naranjo, Leira Sánchez Valdivia, Jorge Sutil Sarabia y Osnay Miguel Colina, quienes se encargan de las esferas de Educación, Salud y Deporte; Relaciones Internacionales, Jóvenes Trabajadores y Combatientes, e Ideológica, respetivamente.

Disparo al centro de la diana

Sin tapujos, integrantes del Comité Municipal Bartolomé Masó, en Granma, dijeron tener la percepción de que «las principales cosas que hace la organización hoy no son para las que se creó. «Cotizar, participar en la reunión, entregar documentos y hacer crecimientos son las tareas más chequeadas, pero no es para lo que existen las organizaciones políticas. Creemos que se debe reorientar el concepto. ¿Qué creen?», indagaron.

Al respecto, Leira dijo sentirse complacida por su insatisfacción. «Coincido en que funcionar para nuestra organización no es solo el acta, la reunión o la cotización, pero ¿de quiénes depende el cambio? Todos estamos en el deber de accionar de una manera diferente: saber cómo piensan nuestros militantes y jóvenes, crear sus propias tareas en correspondencia con las necesidades, intereses, motivaciones y problemas, teniendo en cuenta las particularidades del territorio. Generar espacios de participación y debate que nos acerquen más a la base, acompañar a nuestras estructuras en sus iniciativas, hacer valer el quehacer local y territorial en beneficio de la identidad, del rescate de la historia y el desarrollo comunitario. En fin, representar realmente los intereses de los jóvenes.

«Nada de recetas ni indicaciones nuestras; hay que hacer lo que nos toca en el lugar donde nos corresponde. Funcionar a lo interno es una vía, no un fin. Es importante sumar las potencialidades que ofrecen las brigadas técnicas juveniles, el Movimiento Juvenil Martiano (MJM), los instructores de arte, la Asociación Hermanos Saíz y las organizaciones estudiantiles, como otras vías que tenemos para lograr un mejor funcionamiento».

Acerca de las actividades por el aniversario 50 de la UJC, Sheyla preguntó por el plan del Buró Nacional.

Colina y Sutil explicaron que en esta celebración se ha defendido la idea de que sea en nuestros colectivos estudiantiles, laborales y comunidades donde se generen las iniciativas y propuestas, y se realicen diversas actividades que puedan responder a las necesidades y expectativas de los jóvenes.

«Esto no limita que con nuestras organizaciones estudiantiles (OPJM, FEEM y FEU), y sus movimientos de artistas aficionados, sus festivales deportivos y recreativos, nuestros movimientos juveniles la Asociación Hermanos Saíz (AHS), la brigada José Martí de instructores de arte, el Movimiento Juvenil Martiano, las BTJ y los organismos del territorio, realicemos variadas actividades en municipios y provincias», acotaron.

Asimismo, Sheyla preguntó cómo está concebida la relación entre la UJC y el Partido Comunista de Cuba en aquellos lugares donde los militantes jóvenes son pocos y están integrados en organizaciones de base mixtas. «Me hace pensar que los jóvenes realmente no tendrán la autonomía, la vida propia de militantes de la UJC, sino que estarán subordinados al Partido», subrayó.

Esta vez Colina y Sutil expresaron que «debemos aprovechar la fortaleza que significa aprender de nuestro Partido.

«Como organización no nos podemos desentender de los militantes de la UJC que integren un núcleo mixto. Lo aprobado fija bajo qué condiciones se puede crear esta estructura, que implica un análisis centro a centro.

«Las tareas propias de la UJC serán diseñadas y protagonizadas por los jóvenes del colectivo. Con esta idea no se pierde autonomía. Esta se afianzará en la manera en que los jóvenes y su vanguardia —los militantes—, sean capaces de debatir, enfrentar, proponer y participar en cada espacio que contribuya al desarrollo de su entorno. Ese es nuestro reto».

Radiografía

No faltaron las preguntas de jóvenes militantes sobre el funcionamiento interno de la organización.

—Alfredo: ¿Cuando estará el reglamento de la organización? Se usa el de 2005 y en el Congreso se tomaron varios acuerdos que deben estar recogidos en el nuevo.

—Yamilé: Posterior al IX Congreso de la UJC celebrado el 4 de abril de 2010, se acordó encargar al Comité Nacional electo continuar trabajando en las propuestas de modificaciones a los estatutos y reglamentos de la organización, trabajo en el que se avanzó. Ha sido necesario no darlo por finalizado, pues después del Congreso nuestro se celebró el VI Congreso del PCC, y más adelante la I Conferencia Nacional del PCC, lo que nos dejó misiones específicas para continuar revisando nuestros contenidos, misiones y métodos integralmente en la UJC, las organizaciones estudiantiles y movimientos juveniles.

«Ahora mismo trabajamos en propuestas y modificaciones. Una vez concluido este proceso ya estaremos próximos a efectuar las consultas correspondientes en nuestras bases para que sea aprobado posteriormente en un pleno del Comité Nacional. Consideramos necesario profundizar más en cada uno para llevar la propuesta más acertada, que responda a los intereses de nuestros niños, adolescentes y jóvenes, respetando siempre los principios fundacionales de la UJC».

Pródigo en interrogantes fue «Un zulueteño», que inquirió si consideraría la UJC modificar la edad de entrada y salida de los miembros de dicha organización.

«A partir de lo aprobado en el Objetivo 90 de la Primera Conferencia Nacional del Partido, estamos valorando la conveniencia de fijar el ingreso a la UJC a los 16 años y militar en ella hasta los 32. A nuestro juicio está en correspondencia con lo que sucede en el desplazamiento de los grupos etáreos y el envejecimiento en el contexto cubano de hoy», respondieron Colina y Sutil.

Luego, el lector de Villa Clara, o al menos eso inferimos por su apodo web, indagó sobre si la UJC tiene alguna estrategia para trabajar con aquellos jóvenes que una vez llegados al final de su militancia no quieren ingresar en las filas del Partido.

Nuevamente respondieron Colina y Sutil, quienes explicaron que el ingreso al Partido es voluntario. «Hay que respetar la voluntad del militante. Nuestro deber es educarlo, generar tareas que lo involucren en el combate a los problemas que se dan en su centro y comunidad, crear la conciencia de su responsabilidad y compromiso con la sociedad y asumirlo desde una actitud transformadora. En este propósito desempeña un papel determinante la organización de base. Es allí donde se materializa el debate, la propuesta audaz, y se puede cultivar la actitud del militante. Tenemos que ser más creativos, dinámicos, audaces y sobre todo responsables con nuestro quehacer».

Antes de despedirse con una felicitación por el onomástico 50 de la organización, el zulueteño preguntó cómo vincular a las filas de la UJC a jóvenes que se han acogido al trabajo por cuenta propia.

«Nuestro principal deber es atenderlos de manera directa, hablar con cada uno de ellos, evaluar sus preocupaciones, incorporarlos a las actividades y espacios que promueve nuestra organización en sintonía con sus intereses y los aportes que pueden brindar a su comunidad desde su oficio y actividad. Estamos valorando cómo podemos contribuir a su superación y formación jurídica, tributaria, ambiental, económica y social», aclararon Colina y Sutil.

Carlos, otro «conectado», consultó sobre la labor de la UJC para estar en contacto con los jóvenes que no son militantes. Su inquietud fue despejada por Nexy, quien explicó que la batalla se gana en sumarlos a todo lo que hagan en el orden laboral, recreativo, político, profesional, participativo y de toma de decisiones. «Esa es la mejor manera en que podemos asegurar el contacto directo. Es algo que no tenemos logrado totalmente. Contamos además con otros movimientos juveniles y organizaciones estudiantiles que también tienen este encargo. En la Conferencia Nacional del PCC se nos ratificó la responsabilidad en la atención a todos los niños, adolescentes y jóvenes, por lo que continuará siendo una prioridad en nuestra organización encontrar vías que nos acerquen cada vez más a ellos y a sus problemáticas», apuntó.

Gloria preguntó a los dirigentes comunistas sobre las iniciativas para acercarse más a los jóvenes que pudieran ser futuros militantes.

Para Sutil y Colina, no se puede desaprovechar un instante, un espacio, ni desestimar las opiniones, preocupaciones y expectativas de los jóvenes. «Existe un método insustituible que es el intercambio de criterios, subrayaron. El diálogo directo con el joven, reconocer su papel, lo importante que es para la sociedad. Nuestra organización estimula la creación y actividad de los colectivos, turnos y áreas juveniles en la producción y los servicios, la creación y trabajo de las BTJ, de nuestros movimientos. Conocemos que aún tenemos reservas y asuntos por resolver, pero la iniciativa tiene una premisa: involucrar a los jóvenes, escucharlos y hacerlos parte de la construcción de lo que queremos hacer para avanzar. Es más que censar y contar. Es ante todo en cada centro sumar, participar plenamente».

—Niurka: ¿Se prevén algunos cambios tanto estructurales como funcionales dentro de la organización?

—Yamilé: Sí, se prevén cambios estructurales, tanto en la UJC como en sus organizaciones estudiantiles y movimientos juveniles, todo ello respondiendo a los momentos actuales y a las reiteradas convocatorias de nuestro Presidente, General de Ejército Raúl Castro.

—Marcos: ¿Cree que en estos tiempos hay una crisis de valores o falta de credibilidad en los jóvenes hacia la UJC? Si es así, ¿qué acciones concretas se realizarían para salvar a la organización de ese abismo?

—Colina y Sutil: Vivimos en un mundo donde la ética, la moral y los valores han recibido impactos negativos muy fuertes. Cuba y sus jóvenes no están aislados de esta influencia y del volumen informativo que promueve patrones de consumo irracionales que intentan privilegiar lo momentáneo, lo material, lo banal, el supuesto mundo del éxito fácil.

«Por otro lado no podemos ignorar los años precedentes y difíciles que nuestros padres, nuestro pueblo y la dirección de la Revolución han tenido que sortear con maestría para guiarnos con dignidad y decoro hasta aquí, a lo que se une algo que no tiene otro calificativo que fiebre enfermiza para ahogarnos. El imperialismo no se cruzó de brazos, empuja para derribarnos y lo seguirá haciendo.

«Nuestra organización no escapa de estas contradicciones y de nuestras propias deficiencias. Tenemos que propiciar una interacción que motive; que en sus contenidos el joven se vea reflejado, que tenga en cuenta sus intereses y le brinde el espacio y las armas para crear, transformar y avanzar.

«Hay que poner de moda el entusiasmo, el conocimiento, la educación y la cultura. Somos responsables de hacer lo que decimos en cada lugar; el ejemplo es virtud y prevalece; solo el trabajo cotidiano basado en nuestra historia, nuestros valores y tradiciones, expresado en compromiso y aportes, nos hará crecer».

—Patricia Bravo: ¿Cuáles son las estrategias que proponen para que los jóvenes conciban a la organización más allá de las reuniones y los trabajos voluntarios? ¿Qué autonomía tiene la UJC para generar propuestas en un territorio? ¿Cómo se proponen revertir la tendencia en algunos dirigentes juveniles a hacer solo lo que les orienten, o esperar por indicaciones de instancias superiores?

—Yamilé: Más que una estrategia lo que tenemos es que identificar cuánto más podemos hacer en nuestros centros laborales y estudiantiles a partir de sus gustos, intereses, potencialidades y de los recursos materiales y humanos con que contamos.

«Me imagino un C/B haciendo festivales de aficionados al deporte, a la cultura o sobre temas diversos. Organizando debates sobre temas que le interesen sin esperar a que sean orientados por el organismo superior o convocando a todos los trabajadores, jóvenes y hasta familiares, para visitar lugares históricos, para aportar cada vez más a la economía de su centro.

«Si una parte de la receta pudiera dar es creatividad, deseos de hacer y compromiso con la gran tarea de representar a los jóvenes en el lugar donde estamos. Contamos con movimientos juveniles y organizaciones estudiantiles que son vías desde las que estimulamos la participación en otras actividades que no son reuniones y trabajos voluntarios, como las Brigadas Técnicas Juveniles, el Movimiento Juvenil Martiano, los Instructores de Arte, la AHS, etc. pero te ratifico que la batalla la ganamos en el centro, participando todos, lo que dependerá de la capacidad de la dirección del C/B de lograr integrar a todas nuestras fuerzas.

«La UJC y el C/B tienen toda la autonomía para hacer propuestas y desarrollar actividades, siempre teniendo en cuenta las posibilidades con que cuentan para ello; la comunicación entre el C/B y el comité municipal es clave, así como las relaciones de trabajo con las administraciones de cada centro».

—Leo: ¿Podrá defenderse ante el Partido algún criterio discrepante surgido en una reunión de C/B de la UJC?

—Nexy: Siempre podremos discutir, analizar y reflexionar sobre nuestras opiniones o preocupaciones surgidas en los diferentes espacios, y a esto nos ha llamado nuestro Presidente Raúl Castro.

«Ahora, está claro que el respeto, la unidad y la búsqueda de soluciones debe ser nuestro objetivo final. Si fuera necesario evaluarlo en otra instancia también existen las vías para canalizar todas nuestras opiniones y ejemplo de ello tenemos muchos. Debemos tener en cuenta para todos nuestros análisis la objetividad, profundidad y dominio de lo que discutimos. Lo más importante es seguir consolidando nuestras relaciones de trabajo y unidad».

—Luis: ¿Tienen conocimiento de lo que piensan los jóvenes acerca de la organización? ¿Cuáles son estos criterios?

—Colina y Sutil: Es una necesidad vital para nuestro trabajo y la vida de la UJC. Si no sabemos cómo piensan los jóvenes, ¿qué trabajo podemos hacer, qué tenemos que transformar…? La experiencia de estos años nos ha llevado a reevaluar en estos momentos el sistema informativo que fluye desde la base.

«Nada se compara con hablar con un joven, escucharlo, conocer de primera mano lo que pasa en la obra que edifica, lo que limita su desempeño, su superación, su participación y el papel allí de la militancia.

«El desafío está en tener la capacidad de multiplicar nuestra vanguardia, no en número, sino en la calidad de sus miembros y en su aporte comprometido en cada escenario. La UJC somos todos los que la integramos y tenemos el deber de consolidar su quehacer».

En el frente, junto a mí

Para el joven Arnaldo es muy necesario el contacto con nuestros dirigentes. «Sería muy bueno ver a los dirigentes en los sembrados compartiendo el trabajo con los jóvenes que atienden tierras en usufructo, en las fábricas compartiendo un trabajo voluntario, en las escuelas orientando con claridad la necesidad de formar obreros y técnicos de nivel medio, departiendo en los barrios de municipios intrincados y de las periferias de las ciudades.

Con él coincidieron Colina y Sutil. «En los comités de base de los centros donde trabajábamos y militábamos en nuestras provincias de origen, teníamos una visión y aspiración similares —apuntaron—. Nuestra responsabilidad tiene esta raíz y savia a la vez.

«Compartimos muchos escenarios como el que nos planteas; de hecho surgimos y nos nutrimos de estos y es nuestra responsabilidad preparar y exigir a todos nuestros cuadros, dirigentes juveniles y estudiantiles para que cotidianamente visiten los centros y fomenten el intercambio de experiencias, que creemos puede y tiene que ser más sistemático.

«De allí es inexorablemente de donde deben surgir los jóvenes con una labor, trayectoria y reconocimiento en el colectivo que los haga responsables de continuar la obra en los niveles superiores de dirección de la UJC. Es imposible realizar nuestra labor en abstracto ni alejada de su opinión; es como no tener oxígeno. Lo más importante es que se sientan parte de cada solución, porque allí es donde mejor se puede materializar. La correspondencia, tratamiento y seguimiento a lo que dicen los militantes es un deber y tenemos en ese camino que ser cada vez más ágiles y responsables con lo que se plantea por nuestros jóvenes, y su tratamiento».

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