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¿Medicina cubana en Estados Unidos antes de que cierre 2016?

Aunque el bloqueo económico, financiero y comercial de Washington contra La Habana sigue en pie, instituciones de aquí y de allá golpean el muro… a pura ciencia

Autor:

Enrique Milanés León

El Doctor Agustín Lage Dávila, director del Centro de Inmunología Molecular (CIM), declaró este domingo que científicos e instituciones de investigación cubanas y norteamericanas trabajan de conjunto para ubicar este mismo año novedosos medicamentos de la Isla al alcance de pacientes estadounidenses.

«Los pacientes nos exigen un corto plazo (para la concreción)», señaló el científico, quien añadió que para conseguir ese propósito hay contactos entre varias industrias y organizaciones, con disímiles proyectos.

El director del CIM ubicó a Cimavax, vacuna terapéutica contra el cáncer de pulmón, y a un anticuerpo monoclonal efectivo contra varios tipos de cáncer, como los rubros que, antes de que cierre el 2016, pudieran estar disponibles en hospitales de Estados Unidos.

Por otro lado, Lage Dávila afirmó, en la conferencia de prensa en el Hotel Habana Libre —donde está ubicada la sala de prensa para la cobertura de la visita oficial a Cuba del presidente norteamericano Barack Obama— que tanto instituciones de la Isla como otras del vecino norteño están en el proceso de solicitar licencias especiales al Departamento del Tesoro de Estados Unidos para el intercambio de estos productos, pero destacó la aspiración de La Habana de que llegue el momento (con el fin del bloqueo) de que tales autorizaciones políticas, más allá de las verificaciones científicas de rigor, no sean necesarias para tan noble propósito.

El director del CIM también comentó el propósito común de comenzar ensayos clínicos de productos cubanos en territorio estadounidense, para lo cual se están presentando expedientes a la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos (Administración de Alimentos y Medicamentos). El otro paso sería, afirmó, transitar hacia la comercialización de los rubros.

Agustín Lage citó, entre los antecedentes de la colaboración, la experiencia en 2004 de trabajo conjunto con una empresa biotecnológica de San Diego, que llegó incluso a conseguir una licencia especial del Tesoro estadounidense.

Como en múltiples ramas socioeconómicas de ambas partes, el bloqueo de Estados Unidos a Cuba afecta sensiblemente el sector de la ciencia y la medicina. Aunque la probada calidad de los productos biofarmacéuticos cubanos les ha permitido alcanzar más de 30 patentes de la Oficina de Patentes de Estados Unidos, estos productos no llegan a los ciudadanos norteamericanos a causa del bloqueo, y las empresas de ese país no pueden producirlo porque las patentes son de la Isla.

El científico y directivo compartió con la prensa el potencial de colaboración bilateral, dados los grandes puntos de contacto: la estructura demográfica y causas de mortalidad de Cuba y Estados Unidos son bastante similares, lo que hace vital para ambas naciones el control de las enfermedades crónicas no trasmisibles. «Nuestros pueblos tienen mucho que aprender uno del otro», sostuvo el director.

El Centro de Inmunología Molecular, cuya línea de trabajo incluye actualmente 21 productos, ejecuta exitosos ensayos clínicos en 12 países, además de hacerlos en Cuba. Con Estados Unidos «podemos colaborar en productos que ahora están en los laboratorios», afirmó Lage. La unión de dos potencias en esta rama acortaría sensiblemente los plazos de verificación y aprobación farmacéutica en bien de los pacientes.

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