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ALBA-TCP reitera necesidad de defender la paz

Al rechazar las agresiones contra Venezuela, el 18vo. Consejo Político de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos se erigió a favor de la integridad y la estabilidad regionales. También condenó el bloqueo a Cuba y las presiones sobre Nicaragua. Presidió la clausura el Jefe de Estado y de Gobierno cubanos, Miguel Díaz-Canel Bermúdez

Autor:

Marina Menéndez Quintero

El 18vo. Consejo Político del ALBA-TCP reiteró su defensa de la libre determinación de Venezuela y manifestó su respaldo a la iniciativa de diálogo del Mecanismo de Montevideo que busca preservar la paz en esa agredida nación, de acuerdo con el principio de no intervención.

Esa es una de los primeras posturas de la Declaración de 22 puntos que la cita aprobó al término de sus debates, los cuales tuvieron como eje la ostensible preocupación de los países miembros por mantener la paz en la nación bolivariana, con lo cual se asegura también la paz en la región.

La inquietud es consecuente con la coyuntura en América Latina y el Caribe, un panorama marcado por la agresividad de Washington contra Venezuela para deponer al Gobierno constitucionalmente electo de ese país: propósito incumplido que se traduce en sanciones equiparables a un bloqueo, como recordó aquí el canciller bolivariano, Jorge Arreaza, y la amenaza de una eventual intervención militar que sigue estando en las cartas que EE. UU. mantiene sobre la mesa.

La también denunciada y rechazada revitalización por la actual administración estadounidense de la Doctrina Monroe (considerada como anacrónica en los debates) también es visible en el recrudecido bloqueo contra la Mayor de las Antillas, contra cuyo carácter criminal y extraterritorial se manifestaron varios oradores.

En tal sentido, la Declaración dada a conocer en la clausura, con la presencia del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Miguel Díaz-Canel, se pronuncia en contra de la reciente puesta en vigor del Título III de Ley Helms-Burton y demanda el levantamiento del bloqueo.

El rechazo a las presiones contra Nicaragua y las expresiones de saludo al proceso de diálogo desarrollado en ese país también ocupó espacios en las sesiones. Tales posiciones se expresan en el rechazo que expresa la Declaración a la política injerencista de EE. UU. y sus acciones contra la soberanía y el orden en Venezuela, Nicaragua y Cuba.

El respaldo al derecho de Bolivia a una salida al mar con respeto a su soberanía y el repudio a que se considere a las naciones del Caribe como jurisdicciones no cooperativas y países con renta media (lo que dificulta su acceso a créditos) también fue expresado en esta cita ministerial del ALBA-TCP.

De manera general, el mecanismo integracionista se pronunció por la observancia de los principios recogidos en la Carta de las Naciones Unidas y el respeto al Derecho Internacional, la solución pacífica de las controversias, la prohibición del uso y de la amenaza del uso de la fuerza, y por el respeto a la no intervención.

Entre otros postulados, la Declaración Final también se pronunció contra la aplicación de medidas coercitivas unilaterales, práctica que es contraria a los postulados de la ONU y del Derecho Internacional, recordó el texto.

Noticias importantes de la cita fueron el anuncio de la celebración de la 25ta. edición del Foro de Sao Paulo en Caracas —espacio que debe contribuir al diálogo entre las fuerzas políticas progresistas de la región y los movimientos sociales y populares—, así como la realización, en la propia capital venezolana, de la próxima reunión del Buró de Coordinación del Movimiento No Alineado, que tendrá lugar en julio.

La renovación de su compromiso con la unidad fue otro de los pronunciamientos de la cita del ALBA-TCP, que también reivindicó sus posturas de apoyo a la concertación, la cooperación y la integración.

La salvaguarda de la Celac como espacio unitario regional y la necesidad del respeto a la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, aprobada en su Cumbre de La Habana en 2014, también fue reiterada a lo largo de las sesiones y recogida en los documentos finales.

Figuras repetidamente evocadas fueron las de Fidel y Chávez, fundadores del ALBA en el año 2004, con lo cual abrieron el camino a esta forma de integración real, basada en la complementariedad y la solidaridad por encima de los intereses meramente comerciales, unidad que es preciso salvaguardar.

Los debates

La necesidad de la convivencia civilizada y de unidad en la diversidad quedó recogida asimismo en la Declaración Final, leída al cierre de la cita por el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla, y enarbolada antes en los debates.

En esa línea de pensamiento se ubica también el respaldo al diálogo en Venezuela y el rechazo a la injerencia de Estados Unidos en ese país y en la región, reiterado durante el uso de la palabra de los cancilleres y representantes de los países miembros del ALBA-TCP, luego de que Rodríguez Parrilla, en su calidad de anfitrión, abriera las sesiones.

En sus palabras, el titular del Exterior de la Isla calificó las amenazas del uso de la fuerza contra Venezuela como el más grave peligro sobre el empeño de la paz, y defendió la Proclama latinoamericana y caribeña que la hace valer.

Frente a los fracasos de la estrategia de Washington contra Venezuela tendremos que unir en mayor medida nuestras fuerzas para denunciar las amenazas, defender la paz en el hemisferio y en el mundo, y evitar otra aventura militar imperialista en la región, así como favorecer iniciativas que promuevan el diálogo respetuoso con el Gobierno de Venezuela, con reconocimiento a la independencia y la libre determinación, alertó Rodríguez.

Rodríguez Parrilla también calificó de inadmisible la imposición de modelos políticos ajenos a nuestros pueblos bajo presión, chantaje o acciones militares.

La paz no admite lenguajes ambiguos; se ha generado amplio movimiento internacional en defensa de la paz, dijo. Es decisivo convocar a los movimientos sociales y populares, gremiales, a las organizaciones no gubernamentales, a todos los sectores de nuestros pueblos para ejercer influencia en los Gobiernos y oponerse al intervencionismo de EE. UU., alertó.

El Canciller de Cuba calificó de admirable la resistencia del pueblo bolivariano a lo largo de este año de intensas presiones, amenazas y sanciones.

También reiteró que Cuba ha declarado que los colaboradores cubanos que cumplen misiones en Venezuela, como en otras 83 naciones, seguirán prestando sus servicios.

En sus palabras, Rodríguez Parrilla se refirió además a la celebración en La Habana, en noviembre de este año, de un Encuentro hemisférico antimperialista y contra el neoliberalismo.

La actualidad venezolana en detalles fue llevada al plenario por su canciller, Jorge Arreaza, quien ratificó en la cita el deseo de paz de su nación y reiteró la apuesta por el diálogo, la diplomacia, el entendimiento, incluso, con todas las diferencias que existan. «Es con los diferentes que hay que hablar», señaló.

El Ministro venezolano hizo un llamado a EE. UU. al cese de la amenaza, la violencia, la soberbia y el bloqueo contra el pueblo de su país y el de Cuba.

Desde aquí alzamos la voz para decir que vamos a vencer, pero necesitamos el apoyo, la solidaridad y la incondicionalidad que los miembros del ALBA han tenido siempre los unos con los otros, enfatizó.

En la reunión se abogó por el matenimiento de la paz y la solidaridad de los miembros del ALBA-TCP.

Una campaña continental

La necesidad de imbricar a los pueblos en la defensa de la soberanía y la integridad regionales fue planteada en los debates por el asesor de Obras Públicas de Nicaragua, Paul Oquist Kelley, quien propuso la implementación de una campaña regional que podría tener como consigna, dijo, «No queremos una guerra de Vietnam en América Latina» o «Exigimos respeto a la Zona de Paz en América Latina».

El representante nicaragüense llamó a la movilización popular en tal propósito, incluso en los países del llamado Grupo de Lima, erigido como instrumento de Washington contra la nación bolivariana.

«Estamos defendiendo el derecho a la soberanía y la autodeterminación de todos los países del mundo», advirtió el asesor del presidente Daniel Ortega quien, entre otros pronunciamientos, también invitó a apoyar la implementación de reglas comerciales justas.

Antes había usado de la palabra Marciano Edgar Armaketo, embajador de Suriname, quien manifestó que «no podemos permitir que el mundo dependa de decisiones unilaterales», y expresó el rechazo de su país a las acciones agresivas y subversivas contra Cuba, Venezuela, Nicaragua y los Gobiernos progresistas de la región.

Nos unen compromisos comunes y estamos vinculados por preocupaciones compartidas, afirmó.

El diplomático surinamés aseveró también que frente al ilegal autonombramiento de Juan Guaidó como falso presidente interino de Venezuela y el riesgo de confrontación militar, «debemos mantenernos unidos», buscando el consenso regional.

La necesidad de un diálogo en Venezuela fue defendida por Armaketo, así como por otros oradores, entre ellos, el canciller Carlos Castaneda, de El Salvador, que asistió como país invitado, y que también expresó el respaldo a la nación bolivariana y llamó a la unidad.

Castaneda expresó que el presidente Salvador Sánchez Cerén le instruyó que transmitiera un mensaje de esperanza, que la unidad entre las fuerzas progresistas de la región será un elemento para enfrentar amenazas y agresiones contra el desarrollo de nuestros pueblos, en la altamente compleja situación que los ha reunido en La Habana.

En su turno, Diego Pary, canciller de la República Plurinacional de Bolivia, manifestó igualmente el apoyo y la solidaridad con Venezuela, y estimó que ese pueblo tiene conciencia y principios; por eso reconoce y defiende al Gobierno constitucional del presidente  Nicolás Maduro.

La única vía para solucionar las dificultades internas es el diálogo y la negociación. No existe otro camino que el diálogo, dijo Pary, quien ratificó el respaldo de su país al Mecanismo de Montevideo (del cual es parte junto a la Comunidad del Caribe y Uruguay) con el fin de contribuir y facilitar cualquier mecanismo de diálogo para y por los venezolanos, señaló.

El Ministro boliviano también reconoció el proceso de diálogo desarrollado en Nicaragua. El pueblo de ese país ha sabido resolver sus problemas internos, afirmó, al tiempo que ratificó la solidaridad de Bolivia y su reconocimiento a Cuba en la lucha contra el bloqueo.

Pary reiteró, como otros oradores, la situación compleja que enfrenta la región en un contexto de amenazas al multilateralismo y al Derecho Internacional. Pero nuestros pueblos sabrán reponerse, estimó.

Asimismo, reconoció el trabajo del ALBA, que calificó como nuestro espacio de integración y lucha revolucionaria, y reiteró el importante papel de la Celac.

En igual sentido se proyectó Verna Mills, embajadora de San Cristóbal y Nieves, quien sustentó que resulta fundamentalmente necesario fortalecer nuestra integración en la región, como símbolo de nuestra fuerza colectiva de resistir y vencer.

Los representantes de Dominica, San Vicente y Las Granadinas, y Antigua y Barbuda, también enarbolaron el rechazo a las sanciones unilaterales y denunciaron el carácter extraterritorial del bloqueo contra Cuba, criminal en sí mismo, al tiempo que abogaron por el mantenimiento de la paz y la solidaridad entre los miembros del ALBA-TCP.

Cerró los debates el secretario general del conglomerado, David Choquehuanca, quien llamó a la unidad del mecanismo y a la integración «para la felicidad», y dijo que frente a la geopolítica de la intervención, debemos empezar a trabajar desde nuestros pueblos con base en nuestra autoctonía y autenticidad.

Canciller Bruno Rodríguez Parrilla.

Canciller Jorge Arreaza.

Secretario General del ALBA-TCP, David Choquehuanca.

Embajadora Verna Mills.

Canciller Diego Pary.

Paul Oquist Kelley.

Canciller Carlos Castaneda.

Vea aquí la cobertura especial que realizó Juventud Rebelde.

Además puede leer la Declaración de la XVI Cumbre del ALBA-TCP

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