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Robustecer la cardioexcelencia

La ampliación del prestigioso centro asistencial de Santa Clara está muy cerca de su terminación. El acontecimiento se espera con los brazos abiertos

Autor:

Nelson García Santos

SANTA CLARA, Villa Clara.— Al fin la ampliación del Cardiocentro Ernesto Che Guevara enrumba hacia su definitivo desenlace, luego de altibajos en su ejecución, menguada por circunstancias económicas adversas y otras prioridades más urgentes en el sector de la salud.

La frase «cuándo lo van a acabar», esgrimida por muchísimos al pasar frente a la armazón aledaña a la prestigiosa institución en la calle Paseo de la Paz, va hacia el ocaso, como bien se advierte en el ajetreo constructivo.

Cuando se recorren las obras surge el razonamiento de que el nombre «ampliación» le queda chiquito: lo hecho hasta ahora y lo que aún falta, resulta un soberbio edificio de tres plantas, que ocupará un área de 10 000 metros cuadrados, de los que 4 700 corresponden a instalaciones.

En el umbral

Fue Fidel, en 1981, el gran promotor de desarrollar la atención cardiovascular en el centro y oriente del país, debido a que el incremento de casos sobrepasaba la capacidad del Instituto de esa especialidad en La Habana, único en funcionamiento en aquella época.

Bajo esa premisa surgió el cardiocentro villaclareño, que paulatinamente amplió sus prestaciones e introdujo los medios de última generación para un tratamiento más eficaz y una mejor calidad de vida de sus pacientes.

Así le nació a Santa Clara en 1986 y a la región central, una institución que desde su condición de excelencia ha salvado miles de vidas y alargado la existencia a tantísimas otras.

Esa institución siempre contó con el apoyo del Comandante en Jefe y, pasados los años, se convirtió en una de las más prestigiosas de su tipo en Cuba, reconocida igualmente a nivel mundial.

Su construcción tuvo la particularidad de realizarse a partir de la adaptación de edificaciones que existían, lo cual determinó que para ampliar sus prestaciones tuvieran que continuar adecuando locales, incluso, a veces, no muy apropiados.

Develando una historia clínica

El crecimiento del cardiocentro resultaba necesario a fin de mejorar la atención a una población superior a los tres millones de habitantes, procedentes de Villa Clara, Sancti Spíritus, Cienfuegos, Ciego de Ávila, Camagüey y parte de Matanzas, y además ampliar la prestación del servicio médico internacional.

La historia clínica de la actual inversión fija su comienzo en 2005. Cuatro años después fue paralizada por falta de recursos hasta 2016, año en el que se reinició, pero en esas interrupciones se aplicaron medidas destinadas a la conservación de las estructuras ya construidas.

En ese proceder funcionó bien la luz larga, para evitar el deterioro o abandono que atrajera a depredadores dispuestos a apropiarse de todo lo que pueden cuando falta la adecuada vigilancia y preservación de las obras paralizadas.

El expediente sobre su ejecución no recoge los pormenores de los bríos en hacer avanzar, de todas todas, la valiosa inversión. Ese afán tuvo en Raúl Dueñas, fundador y director por más de 30 años de ese centro asistencial, su máximo impulsor, y aun jubilado sigue al tanto de la marcha de la construcción.

Diagnóstico Actual

A Belkis Saroza Horta, inversionista del cardiocentro, la encontré a pie de obra, haciéndoles precisiones a los constructores. Yo había llegado de improviso y, tras el saludo, vino su atento «espérame un segundo», pues estaba comprobando cómo quedó este o aquel trabajo, repasando detalles técnicos de las obras en marcha.

Cuando al fin dijo: «Usted dirá…», le repliqué: «Buen momento. Esta obra, a pesar de las circunstancias económicas vigentes, figura entre las priorizadas…», suficiente para que, con un decir pausado y preciso, ilustrara en qué etapa está la inversión, y revelara que para este año cuentan con un presupuesto de casi tres millones de pesos en ambas monedas.

En el edificio principal, ya están en fase de terminación el área de consultas y la de equipos de diagnósticos. También se progresa en la instalación de calentadores solares y climatizadores, la red de telefonía, la hidráulica y la sanitaria.

En el segundo y tercer nivel progresan las salas de hospitalización, con sus 27 habitaciones y 54 camas, principalmente destinadas a la atención preoperatoria.

Como parte del proceso inversionista se prevé construir dos salones más de cirugía cardiaca y una sala de terapia intensiva quirúrgica.

Evoluciona como nunca antes

La inversión del centro asistencial comenzó en 2005 y ya se va acercando a su final. Foto: Carlos Rodríguez Torres

La situación actual fija un progreso sostenido hacia el final feliz,  que acontecerá por etapas, priorizándose para la primera las 27 habitaciones de preoperatotrio y las áreas del edificio principal.

Consecuentemente, la evolución de la inversión la sitúa, luego de recaídas y recuperaciones, más cerca que nunca de echar andar,  momento trascendente que se espera acá con los brazos abiertos. 

Guarismos de una grandeza

 

Las líneas actuales de trabajo del cardiocentro son la cardiología intervencionista; la cirugía coronaria, para tratar las arterias del corazón obstruidas  (primera causa de muerte en el país); la cirugía valvular, destinada fundamentalmente a su reparación o sustitución, y las afecciones congénitas, tanto en menores de edad como en adultos.

En sus más de 30 años han realizado más de 9 400 operaciones, con una supervivencia cercana al 95 por ciento, a pesar de limitaciones que en todo ese tiempo ha impuesto el fiero bloqueo yanqui para adquirir los equipos de alta tecnología que requiere la especialidad.

Uno de los progresos más significativos es que el 97 por ciento de las operaciones de cirugía coronaria se realizaron sin detener el corazón, hecho relevante a escala nacional e internacional.

Ese proceder garantiza una recuperación más satisfactoria del paciente y ocasiona menos complicaciones que cuando se emplean equipos para mantener la función del corazón extracorporal.

La institución ofrece también el servicio de electrofisiología clínica de arritmias cardiacas, para controlar las taquicardias. El riesgo de ese tratamiento resulta mínimo, con una efectividad para la curación de más del 90 por ciento. Este posibilita que muchos pacientes no necesiten medicamentos contra las arritmias, que algunos no toleran, les resultan ineficaces o les traen complicaciones.

En los hospitales de Villa Clara, Sancti Spíritus, Cienfuegos, Ciego de Ávila y Camagüey, que integran la Red Cardioquirúrgica Central, existen centros de diagnóstico equipados con medios de computación para informatizar los datos (historia clínica, tratamiento de imágenes y estudio electrocardiográfico durante 24 horas) que facilitan el intercambio de información entre especialistas con mayor confiabilidad y rapidez.

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