Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Perdida no… ¡ganada!

El aporte a la economía fue uno de los temas debatidos en la asamblea de balance en el municipio cabecera de Las Tunas

Autor:

Juan Morales Agüero

LAS TUNAS.— Si al viejo René le fuera permitido asistir a una asamblea de balance del 11no. Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) como la que celebraron recientemente los delegados de este municipio, estoy seguro de que confinaría en el cajón del olvido su cantaleta de siempre: «Caballeros, ¡esta juventud está perdida!».

Y es que lo escuchado y debatido por los jóvenes puede convencer hasta al ser más escéptico acerca de la sabiduría y las potencialidades que subyacen en las nuevas generaciones de cubanos, esas que simbolizan la continuidad de un proceso del cual son protagonistas.

El tema de cuánto puede aportar la vanguardia juvenil a la economía del país en las actuales circunstancias devino recurrencia en las intervenciones. Hablaron de iniciativas y de dinamismo en cada centro de trabajo, sin la obligación de esperar a que las administraciones indiquen qué hacer.

«En nuestra empresa metalúrgica no perdemos el vínculo con la producción. Un viernes de cada mes la militancia apoya áreas como la del cemento escoria. También participamos en la recogida de desechos de las barras corrugadas de acero. Son líneas secundarias, pero con nuestra contribución colectiva adquieren relevancia», expresó Osmany Labrada, de Acinox.

Experiencias como la de Acinox abundan entre los colectivos juveniles tuneros. Buscan todos los días formas para cumplir con los objetivos económicos que requiere el país. Sin embargo, otras que pudieran favorecer ese propósito continúan desarrollándose de manera rutinaria. Parece como si les resultara complicado sacudirse de esos lastres obsoletos.

Katia Sobrado, delegada a la asamblea por la Universidad de Ciencias Médicas Zoilo Marinello, reflexionó en torno a la utilidad del trabajo voluntario y a cómo esta cardinal tarea debe adaptarse a los nuevos tiempos, en los que la prioridad es producir para satisfacer las necesidades del pueblo.

«Pero sin organización y disciplina cualquier trabajo voluntario dejará más pérdida que ganancia. Si hay que madrugar para ir al campo a cualquier labor agrícola, el transporte para el traslado debe estar a la hora exacta en el lugar convenido y la labor que se debe realizar bien definida. Y no ir a sentarnos y a conversar, sino a rendir en los surcos. La conciencia y el orden deben primar en estas tareas», aseguró.

El papel que desempeñan los jóvenes en los más diversos frentes fue enaltecido por Susely Morfa González, primera secretaria del Comité Nacional la UJC. En su intervención en la asamblea dijo que la generación actual está respondiendo a los desafíos de nuestro tiempo, y lo demuestra en el quehacer cotidiano.

«Si vamos a un hospital, a una escuela, a un medio de prensa, a una unidad agropecuaria… en todos están los jóvenes impulsando tareas. La juventud comunista debe estar clara de que el papel que nos corresponde es más que una reunión al mes o más que cumplir con un proceso determinado. Tiene que ver con la conducta de todos los días y con la actitud militante que debemos asumir desde el comité de base».

Me hubiera encantado ver el semblante del viejo René de haber tenido él oportunidad de presenciar el debate de los jóvenes comunistas tuneros. Ser testigo de cómo diseñan el futuro a partir del presente, cómo irradian alegría cuando conciben nuevas ideas y cómo asumen la crítica y la autocrítica para trabajar mejor seguramente le demostraría con creces que la juventud no está perdida, sino ganada. De eso se trata.

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