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Festejan liberación de Santa Clara por los rebeldes bajo el mando del Che

La historia asaltó esta ciudad con esa imagen de renuevo de los pioneros que simbolizaron las acciones guerreras del Ejército Rebelde, seguida la víspera con un multitudinario acto para evocar la hazaña de la liberación de esta urbe bajo el mando del comandante Ernesto Che Guevara

Autor:

Nelson García Santos

SANTA CLARA, Villa Clara.- La historia asaltó esta ciudad con esa imagen de renuevo de los pioneros que simbolizaron las acciones guerreras del Ejército Rebelde, seguida la víspera con un multitudinario acto para evocar la hazaña de la liberación de esta urbe bajo el mando del comandante Ernesto Che Guevara.

La evocación, realizada por más de 200 pioneros, concluyó el domingo con la escenificación de la rendición del último reducto de la tiranía, el regimiento Leoncio Vidal que se consumó el primero de enero de 1959, después que las principales plazas militares de la ciudad y otras posiciones en que se emplazaron las tropas de la dictadura fueron tomadas por el empuje rebelde.

El 28 comenzaron las acciones que incluyó el homenaje al Che Guevara en el complejo escultórico que se honra aquí con su nombre, a los primeros mártires de la Batalla y al capitán Roberto Rodríguez, el vaquerito, que cayó combatiente el día 30 en la estación de policía.

En la emotiva reedición de aquellos días se escucharon descripciones de lo acontecido en las palabras de protagonistas de los hechos, hombres que relucían en sus pechos las medallas  de la dignidad.

Si la toma alegórica a la batalla, donde más brilló el genio militar del Che Guevara, devino una muestra, desde la savia más joven, para refrendar el agradecimiento y la felicidad por la llega de la Revolución, el acto de la víspera en el mismísimo corazón del parque Vidal tuvo idéntica inspiración y decisión patriótica.

Allí se recordó la proeza rebelde, la contribución del pueblo santaclareño con los combatientes en la lucha contra la tiranía y el compromiso actual de seguir esa senda que surgió en aquellos días, de pólvora y balas, que acabaron con la ignominia batistiana.

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