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Igualdad de género en Cuba, el desafío de la cotidianidad

Un cuarto de siglo después de la celebración de la 4ta. Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing, Cuba resalta el protagonismo de sus mujeres como una de las tantas conquistas de la Revolución

Autor:

Monica Lezcano Lavandera

En este 2020 se cumplirán 25 años desde que la Plataforma de Acción de Beijing —el programa más visionario para el empoderamiento de las mujeres y las niñas en todo el mundo, creado en la 4ta. Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en China— propuso el modo de eliminar barreras sistémicas que impiden la participación igualitaria de hombres y mujeres, niños y niñas en todas las esferas de la vida, pública y privada.

A pesar de algunos progresos, el cambio real ha sido desesperadamente lento para la mayoría de las mujeres y las niñas en muchos países. Mientras tanto, las cubanas son cada vez más protagonistas del desarrollo de la sociedad y sujetos activos de derechos, tienen el control sobre sus cuerpos, más autonomía física y económica, pleno ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos (incluida la decisión de abortar y la elección libre sobre su fecundidad), además de contar con una esperanza de vida de 80 años.

Fe de ello daba Teresa Amarelle Boué, miembro del Buró Político del Partido y secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), quien ha resaltado que la Mayor de las Antillas exhibe logros en la igualdad de género que se remontan a la etapa fundacional de la Federación, en agosto de 1960, por lo que muchas de las metas del mundo ya eran nuestras realidades cuando la delegación antillana llegó a Beijing.

La FMC —desde su fundación por Vilma Espín Guillois— ha sabido representar todos los intereses de las mujeres, independientemente de su nivel de escolaridad, orientación sexual, zona de residencia o color de la piel, y ha sido interlocutora ante el Gobierno de sus aspiraciones y preocupaciones, por el contacto directo con sus miembros, a la vez que ha monitoreado el impacto que tienen las políticas públicas.

En 1995 el índice de ocupación de la mujer en el sector estatal civil era del 42,3 por ciento, las dirigentes en el Estado y el Gobierno representaban el 27,18 por ciento y las parlamentarias el 27,4 por ciento, cifras por entonces alentadoras, teniendo en cuenta el contexto. En este cuarto de siglo eso ha ido en aumento.

Ejemplo para el mundo

Cuba apuesta por una visión del mundo más próspera, pacífica y justa, que sea mejor tanto para las mujeres como para los hombres. Así ha sido durante más de medio siglo y como tal se ratificó en 1995 en Beijing, cuando los resultados de nuestro país eran notablemente superiores.

Yolanda Ferrer, presidenta de la Comisión Permanente de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular, rememora que, como en todas las conferencias a las que Cuba asiste, la de hace 25 años también fue un campo de batalla, en el que nuestras delegadas mostraron los logros de la Revolución y denunciaron el impacto del bloqueo, con énfasis en lo que este suponía para el pueblo y las mujeres cubanas.

A partir de aquella cita, nuestro país trazó una estrategia de cara al futuro para el perfeccionamiento de la política gubernamental, denominada Plan de Acción Nacional, iniciativa que resume el sentir y la voluntad política del Estado en el desarrollo de iniciativas para la mujer y dar continuidad al avance de la igualdad de género.

Camino por avanzar

Con motivo de los 25 años de Beijing, organismos internacionales como ONU Mujeres promueven campañas que exigen igualdad en la remuneración y a la hora de compartir el trabajo doméstico y el cuidado no remunerado, además de poner fin al acoso sexual y a todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas.

Con resultados superiores a muchos países, Cuba también asume desafíos en ese sentido. Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual, indica que se ha cambiado a nivel cuantitativo, cualitativo y de conciencia, pero en el día a día aun existen contradicciones, como cuando la mujer con pareja se ve sola frente a los tradicionales papeles de cocinar, lavar, planchar, limpiar…

Según Castro Espín, el gran reto no es posicionar la igualdad a nivel de políticas gubernamentales, sino en la cotidianidad, por lo que urge una acción educativa permanente, con mensajes que no presenten contradicciones en ningún escenario con las metas trazadas en Beijing.

 Mujeres en cifras

 —Al cierre de 2019 eran mujeres el 49 por ciento de las personas ocupadas en el sector estatal (80 por ciento de ellas con nivel medio y superior), destacándose con un 67,4 por ciento en Educación, más del 70 por ciento de los jueces profesionales y fiscales, el 69,6 por ciento en Salud Pública y el 53,5 por ciento en el sistema de las Ciencias, la Tecnología y la Innovación.

—En el sector privado hay 197 205 mujeres (34 por ciento del total registrado), y estas gozan de los mismos derechos que las empleadas por el Estado, incluidas las licencias por maternidad.

—Las mujeres son el 50,7 por ciento de los dirigentes en el Estado y el Gobierno y el 53,22 en el Parlamento. En el Consejo de Estado llegan al 47,6, y al 40 por ciento entre los presidentes de las asambleas del Poder Provincial. También existe un 24 por ciento de ministras y un 48,5 de viceministras.

 

Fuente: Agencia Cubana de Noticias

 

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