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¿Por quién doblan las campanas?

Después de una intensa búsqueda de sospechosos y cadenas de contacto, la comunidad de Petrocasas del municipio de Venezuela se puso en cuarentena al ubicarse allí el nuevo foco de contagio aparecido en la provincia de Ciego de Ávila

Autor:

Luis Raúl Vázquez Muñoz

VENEZUELA, Ciego de Ávila. — Después de 93 días de calma y en una Fase III en rangos normales, el campanazo de alarma con el coronavirus volvió a sonar en Ciego de Ávila con la confirmación de cuatro casos positivos en el municipio de Venezuela con su respectiva cadena de 136 contactos.

Para mayor certeza de la gravedad, una larga cinta con franjas amarillas y negras, las señales de prohibición, rodea a la comunidad. Durante 28 días ninguno de sus habitantes deberá salir ni nadie podrá entrar hasta el 23 de septiembre, posible fecha de cierre del foco.

Ante esa realidad, las decisiones fueron rápidas, como señaló Carlos Luis Garrido Pérez, presidente del Consejo de Defensa Provincial en la reunión de ese órgano a nivel municipal.   Después de un intenso pesquisaje, que implicó rastrear a los sospechosos en varias comunidades y centros laborales del municipio y en la capital provincial, el aislamiento se decretó en los 22 domicilios del asentamiento conocido por las Petrocasas, donde residen 88 personas.

En ese lugar apareció el caso índice, una mujer cuyos primeros síntomas se detectaron el pasado 21 de agosto por el control del personal de Salud Pública del territorio y que desató la búsqueda de contactos o personas con señales de la enfermedad hasta esclarecerse que el foco corresponde a las viviendas aisladas. Hasta el momento no se conocen las fuentes del contagio.

Venezuela tiene experiencia en estos tipos de eventos. Allí, en la Comunidad Simón Reyes, cercana al foco actual, se vivió a finales de marzo pasado un episodio similar: el que trajo la primera muerte por la epidemia en la provincia y la aparición de una zona de alta restricción.

De ahí el pesquisaje realizado en el poblado de Venezuela, las comunidades El Macizo Cañero, Simón Reyes, Jagueyal, Santa Paula, la Empresa Provincial de Recuperación de Materias Primas, la Empresa Municipal de Acueductos y Alcantarillados y, sobre todo, en el perímetro cercano a las Petrocasas, compuesto por 512 viviendas (1 147 habitantes) atendidas por el Consultorio no. 6 del Médico de la Familia. Esta última área, a pesar de que las pruebas indicaron que el virus (por ahora) no está ahí, se mantiene bajo vigilancia estricta.

Por el momento hay una buena noticia: 43 de las personas aisladas han dado negativo, pero el suspiro de alivio no es para bajar la guardia. De ahí que los 38 maestros de la Escuela Rafael Guerra, enclavada en la zona del foco, fueron aislados al confirmarse que eran contacto de uno de los positivos.

Con todo, el municipio ya adoptó las medidas propias de una fase de transmisión local. Vismey Toledo Banñobre, vicepresidente del Consejo de Defensa Municipal, informó las indicaciones de reducir el número de pasajeros en todo tipo de transporte; también de prohibir el expendio de bebidas en bares y restaurantes, instalaciones que hoy bajan su capacidad a la mitad. También se lanzó un detente a las actividades deportivas y en los gimnasios, y se amplió la venta y distribución de hipoclorito.

«Ahora debemos ser pacientes y disciplinados, es la mejor manera de salir rápido de esta situación», expresó a JR Elisa García Pereira, residente en las Petrocasas y trabajadora de Salud Pública en el municipio; mientras a unos metros frente a su vivienda los integrantes de un punto de control sanitario tomaban la temperatura de los viajeros y fumigaban los vehículos que entran y salen del poblado.

En la reunión del Consejo de Defensa Municipal, Carlos Garrido Pérez, reiteraba unas ideas semejantes a la de Elisa: solo con la disciplina y la responsabilidad se puede controlar un evento que ya no es nuevo. A lo que nosotros añadimos: en un momento donde se aprecia un nivel de movilidad de personas y, con ellas, del virus por el país al juzgar los últimos datos para recordarnos que cualquier detalle es poco por pequeño e inofensivo que parezca. El SAR-Cov2 no perdona.

El personal sanitario toma la temperatura al personal que circula entre los municipios de Venezuela y Ciego de Ávila.Foto:Luis Raúl Vazquez Muñoz.

«Hay que ser pacientes», dice Elisa García Pereira, una de las vecinas en cuarentena.Foto:Luis Raúl Vazquez Muñoz.

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