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Desde la ciencia, otra pelea cubana contra la COVID-19

El Presidente Díaz-Canel sostuvo un encuentro con científicos y expertos que trabajan en el enfrentamiento a la COVID-19, espacio en el que se presentó Soberana 2, el segundo candidato vacunal cubano contra la enfermedad, y una actualización de Soberana 1. Además se analizaron los resultados del seguimiento a pacientes y convalecientes del virus del SARS-CoV-2 en edades pediátricas

Autor:

Leticia Martínez Hernández

Cuba cuenta con un segundo candidato vacunal contra la COVID-19. Se trata de Soberana 2 —no había mejor nombre para él—, que sigue el camino de esperanzas trazado por Soberana 1, a la espera de que en los próximos días el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos autorice sus ensayos clínicos.

Así lo confirmó el Doctor en Ciencias Vicente Vérez Bencomo, director general del Instituto Finlay de Vacunas, en el encuentro que se sucedió este martes en el Palacio de la Revolución entre el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, e investigadores y expertos que trabajan directamente en el enfrentamiento a la epidemia.

Esta es una vacuna conjugada, dijo el líder del proyecto, la cual apuesta por inducir una respuesta inmune —protectora potente, incluso a nivel mucosal para evitar la entrada del virus; y estimular una memoria inmune duradera. «Es además la vacuna ideal para la edad pediátrica porque hay una experiencia muy grande en la utilización de vacunas conjugadas en esas edades», acentuó Vérez Bencomo.

Como había detallado en entrevista al periódico Granma, la novedad de Soberana 2 consiste precisamente «en tratarse de una vacuna conjugada, en la cual el antígeno del virus, el dominio de unión al receptor (RBD), está enlazado químicamente al toxoide tetánico».

Nosotros estamos listos, aseveró, para iniciar un ensayo clínico fase uno, inicialmente, quizá dentro de este propio mes de octubre. «Hay evidencia de seguridad en las plataformas de vacunas conjugadas, que además dominamos muy bien. Tecnológicamente fue complejo llegar hasta ahí, pero hemos llegado muy bien y en tiempo récord», afirmó.

«Tenemos una vacuna conjugada muy bien definida, con una tecnología muy buena y estamos dispuestos a empezar a ver qué pasa en el humano, porque en animales sabemos que funciona muy bien».

En animales, destacó Vérez Bencomo, Soberana 2 tiene prácticamente el doble de títulos neutralizantes que hemos alcanzado con Soberana 1, lo cual dice que estamos en muy buen camino.

Asimismo, destacó el investigador, «hasta hoy no hay ninguna vacuna conjugada contra la COVID-19, publicada; nosotros tenemos todos los estudios concluidos para poder hacer esa publicación».

En la reunión —donde también participó el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz— el Director del Instituto Finlay de Vacunas hizo también una actualización de por dónde va Soberana 1, el primer candidato vacunal de Cuba y América Latina y el Caribe contra la COVID-19.

Recordó que se trabajó en un inicio con dos formulaciones, que habían dado buenos resultados en animales. «Pero se ha visto que en lo que pasa en el ser humano con respecto a los animales, hay diferencia entre los anticuerpos que se logran y la capacidad neutralizante de estos».

Ante esa situación y el riesgo que pudiésemos tener de no lograr la respuesta inmune que deseábamos, decidimos que no tenía sentido irnos solamente con dos formulaciones, sino que debíamos analizar todo el espectro de formulaciones para seleccionar la mejor y con ella seguir hacia delante. Por lo tanto, aclaró, tenemos tres nuevas formulaciones y ese fue el segundo ensayo clínico de Soberana 1 que se autorizó y salió en el Registro Público. Empezó este lunes, dijo, con 60 personas.

Además de estas importantes novedades de la ciencia cubana, en el encuentro de trabajo se conocieron los resultados del seguimiento a pacientes y convalecientes de la COVID-19 en edades pediátricas en Cuba, presentados por la doctora Lisset López González, jefa del Grupo Nacional de Pediatría del Ministerio de Salud Pública.

Según informó, desde marzo se han diagnosticado en el país 703 pacientes en edades pediátricas, de los que el 96 por ciento está de alta médica. En lo que calificó como «una primera ola» en Pediatría, que ocurrió del 21 de marzo al 27 de julio, fueron atendidos 285 niños y adolescentes con la COVID-19: el 74 por ciento asintomático y cerca de un diez por ciento desarrolló neumonía. En un segundo momento, del 28 de julio al 8 de octubre, se reportaron 381 pacientes, el 65 por ciento de ellos asintomático. En esa última etapa hubo varios en estado grave y crítico, con una mayor presencia de comorbilidades.

López González recordó que este 21 de octubre se cumple siete meses del primer diagnóstico de la COVID-19 en un niño cubano, período en el que no se ha lamentado el fallecimiento de ninguno de ellos. En un mismo día, comentó, llegamos a tener 93 activos, lo cual constituyó un gran reto para el sistema de Salud. La prioridad, dijo, fue ir a descartar primero la COVID-19 en nuestros pacientes y adelantarnos en el tiempo.

La doctora se refirió de manera particular a un estudio desarrollado en el Cardiocentro Ernesto Che Guevara, de Villa Clara, donde se analizaron 41 pacientes pediátricos convalecientes del SARS-CoV-2 y se determinaron afecciones cardiacas como pericarditis sin derrame, miocarditis bajo ruido y arritmias. Estos infantes, alertó, transcurrieron la enfermedad prácticamente asintomáticos. Hoy a todos se les da seguimiento en consultas especializadas.

Dando continuidad al sensible tema de la atención a los niños, en esta sesión de trabajo también se conoció sobre una caracterización de la salud mental de la población infanto-juvenil cubana que enfermó de la COVID–19. Según detallaron los especialistas, se estudiaron 325 niños y adolescentes de todo el país y se determinó que el 32,85 por ciento desarrolló conductas de riesgo a punto partida del evento de enfermar, entre ellas pesadillas, irritabilidad, voluntarismo, conducta desafiante y rebelde, sobreconsumo de tecnologías, miedo y exceso de apego.

A la par, se confirmó que el 14,11 por ciento tuvo alguna sicopatología, como trastornos por ansiedad de separación, pánico, depresión, estrés postraumático y fobias. No obstante, en la pesquisa predominó un nivel de funcionamiento global adecuado. Aseguraron los investigadores que, de conjunto con el Ministerio de Educación, todas esas cuestiones son atendidas por especialistas y maestros.

La covid-19 no es pasado

El doctor Raúl Guinovart Díaz, decano de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana, volvió a traer este martes hasta el Palacio de la Revolución los modelos de pronóstico que han guiado buena parte de las decisiones del Gobierno frente a la COVID-19.

En esta oportunidad, aseguró que el país tiene control de la epidemia, pero debe seguir extremando las medidas, porque existe una tendencia al aumento de casos, fundamentalmente a causa de las provincias de Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Pinar del Río, este último territorio con 86 confirmados en las últimas dos semanas y una lenta recuperación.

La Habana, por su parte, aunque ha tenido un buen desempeño en los días más recientes, no puede descuidar su trabajo por la alta movilidad de su población, lo cual hace más complejo el enfrentamiento, consideró.

Precisamente al análisis de esas provincias, estuvo dedicada más tarde la sesión del Grupo Temporal de Trabajo del Gobierno, en el que además del Presidente y el Primer Ministro, participaron el Vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, y los gobernadores de La Habana, Pinar del Río y Ciego de Ávila.

Según informó el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda, en el presente mes el promedio de casos por día en Cuba es de 32,4, contra 53,5 al concluir septiembre, lo que representa una disminución del 39,4 por ciento en la intensidad de la transmisión de la COVID-19. En los últimos siete días, agregó, se diagnosticaron casos autóctonos solo en cuatro provincias: Pinar del Río, La Habana, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila.

Al terminar la semana 42 del año, puntualizó Portal Miranda, se produjo un aumento en 71 de los casos autóctonos, a expensas de Pinar del Río, Sancti Spíritus y la capital de la nación.

Por otro lado, destacó, la letalidad durante toda la epidemia y hasta el 19 de octubre alcanzó el 2,01 por ciento. En este mes, detalló, se han producido cinco defunciones por la COVID-19: dos en Sancti Spíritus, y una en Pinar del Río, La Habana y Matanzas, respectivamente. La letalidad este mes a causa de la epidemia es de 0,79 por ciento.

El Ministro precisó que se mantienen activos ocho eventos de transmisión local, luego de que se cerrara oficialmente este martes el de las obras constructivas del Turismo, en Matanzas; y se abriera uno nuevo en el área de Salud Sur del municipio de Sancti Spíritus. De manera general, el país tiene declarados eventos activos en el municipio de Guane, de Pinar del Río; en Centro Habana, en la capital; uno en Trinidad y tres en el municipio de Sancti Spíritus; y dos en la ciudad de Ciego de Ávila.   

Con las 47 muestras positivas informadas en esta jornada, Cuba llega a la cifra de 6 305 diagnosticados con la COVID-19. Se mantienen ingresados 370 pacientes activos: el 98,1 por ciento con una evolución clínica estable. Tras las 26 altas médicas otorgadas, se contabilizan 5 806 personas recuperadas de la enfermedad, lo que sigue ubicando por encima del 92 por ciento las vidas salvadas en la Mayor de las Antillas.

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