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Los peligros de la confianza

La oriental provincia vive hoy la situación epidemiológica más compleja desde el inicio de la pandemia, ante lo cual se extreman el rigor y el apego a los protocolos establecidos

Autor:

Odalis Riquenes Cutiño

SANTIAGO DE CUBA.— Empujados por el exceso de confianza y la falta de percepción del peligro, las prisas y anhelos de 150 familias han quedado confinadas tras una cinta amarilla en cuatro manzanas del consejo popular Altamira; y en otras 15 zonas de la Ciudad Heroica, Palma Soriano y Contramaestre se vive desde la restricción de movimiento.

 Al otro lado del brillante límite, el riesgo real, junto al temor y la incertidumbre, se extienden por toda la provincia sin que ello alcance para acabar de desterrar la indisciplina y la falta de responsabilidad de muchos, que persisten en el uso indebido del nasobuco y el irrespeto al distanciamiento físico, imprescindibles en momentos en que la nueva normalidad los pone en contacto con viajeros que llegan procedentes de diferentes regiones del mundo.

 Desde ambos lados de la cinta persiste la entrega y el hacer intenso de los trabajadores de la Salud y de muchos otros sectores empeñados en asegurar la retaguardia. Tras 189 días sin reportar casos autóctonos confirmados, Santiago de Cuba vive hoy el momento más tenso desde el inicio de la epidemia del SARS-CoV-2 en el país. Así lo han reconocido las autoridades sanitarias del oriental territorio, donde este 16 de noviembre se confirmó la cifra sin precedentes de 24 nuevos casos en un día.

 El doctor Luis Ricardo Manet Lahera, director del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, precisó que en tierra santiaguera habían sido confirmados 57 pacientes positivos a la COVID-19; en su mayoría autóctonos y, todos los cuales se encuentran hospitalizados y evolucionan favorablemente.

 El experto detalló que la ciudad tiene abiertos un evento de transmisión local en el área de salud 28 de Septiembre, del consejo popular Altamira y 15 controles de focos en el centro urbano José Martí, el consejo popular José María Heredia (parte del centro de la ciudad) Punta Gorda, La Ceiba y el reparto Sueño; y lo mismo ocurre en el consejo popular América 1, en Contramaestre, y áreas de los policlínicos Comunitario y Dos Ríos, en Palma Soriano. Este último lo inició una viajera, pero no ha generado aún otros casos tras estudiarse un número importante de contactos.

 En esclarecedor contacto con el pueblo desde el habitual espacio televisivo En línea contigo, del telecentro local, la gobernadora de la provincia Beatriz Jhonson Urrutia dibujó retos y amenazas y anunció una veintena de disposiciones para contrarrestar la actual situación.

 Por su parte la viceministra de Salud Pública Carilda Peña García, quien se ha sumado a la batalla santiaguera, convocó a apegarse a los protocolos establecidos y a las medidas anunciadas, cuestión que consideró como vital para controlar la compleja situación y evitar que la provincia transite hacia una etapa de mayor peligro.

 Peña García significó que en un momento como este es vital «detectar y aislar al enfermo, así como las medidas de descontaminación de manos y superficies, el distanciamiento social y el uso del nasobuco. La vacuna fundamental es la prevención», sentenció.

Rigor en las fronteras

 La llegada de cada vuelo al aeropuerto internacional Antonio Maceo sigue una rutina inflexible. Una autoridad sanitaria sube a bordo para autorizar la entrada de los viajeros a la terminal, donde se hace realidad el cumplimiento de normas como el lavado de las manos y la toma de la temperatura y las muestras para el PCR.

 Cualquier persona que llegue con síntomas de enfermedad es trasladada a una zona de aislamiento temporal y luego a una unidad de vigilancia, como el hospital Ambrosio Grillo, explicó a la prensa el doctor Enrique Berdier, jefe de Control Sanitario Internacional en tierra santiaguera.

 Equipos médicos debidamente protegidos evalúan y certifican la declaración sanitaria contentiva de los datos personales y síntomas del pasajero en los últimos 15 días y recogen toda esa información en una base de datos digital para su posterior seguimiento en las áreas de salud. También se ha limitado el acceso al aeropuerto solo a los choferes que van a recoger pasajeros, sin acompañantes.

 Similar patrón de vigilancia epidemiológica sigue la terminal de ómnibus interprovincial, el puerto y la Marina, donde se da gran importancia a la recogida de datos de cada pasajero: de dónde viene y dónde residirá, para localizarle ante cualquier eventualidad.

 En los puntos de frontera internacionales y los límites con otras provincias se extrema también el rigor en cuanto al aseguramiento y uso obligatorio de medios de protección, la desinfección de superficies y las pesquisas aleatorias con exámenes de PCR a su personal.

 A tono con la singularidad de este repunte de la COVID-19, en el que, a diferencia de la etapa anterior, los pacientes confirmados se relacionan mayormente con casos importados (asintomáticos todos), esta rutina cobra importancia vital.

Sin embargo, como comentaba el doctor Manet, el respeto a los protocolos se ve muchas veces entorpecido por el actuar irresponsable de viajeros que dan una dirección falsa, reciben visitas o salen de sus moradas antes del quinto día, en que el PCR demostrará si están sanos.

 Por eso entre las nuevas regulaciones se prohíbe la entrada a la provincia de viajeros internacionales que no porten un resultado de PCR negativo y especialistas de la Atención Primaria de Salud advierten a las familias de viajeros habituales y dueños de casas de renta sobre las conductas a seguir.

 En los puntos de vigilancia ubicados en las tres vías de entrada por carretera se restablece la desinfección y pesquisaje, así como el registro y control de los vehículos y personas que entran. Se impondrán multas y les serán retiradas las licencias de conducción y circulación a los choferes que violen las medidas establecidas.

Cortar la transmisión

 Las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en Santiago de Cuba han definido el control de la infestación por COVID-19 como la prioridad del momento. Consecuente con tal idea, se incluyen entre las medidas la profundización de la vigilancia epidemiológica en las áreas de salud y el reforzamiento de las medidas de contención en centros de trabajo y estudio, colas y arterias más concurridas, y la puesta en práctica de un nuevo sistema de distribución que acerca los productos de las cadenas de tiendas recaudadoras de divisa a las comunidades.

Han quedado suspendidas las visitas a hospitales, casas de abuelos y hogares maternos; se prohíben temporalmente las actividades festivas y concentraciones populares y se han cerrado bares, cabarets y centros nocturnos, incluyendo los del sector no estatal. Las instalaciones hoteleras y extrahoteleras han reducido su ocupación al 50 por ciento de su capacidad, al igual que gimnasios, restaurantes y algunos servicios de salud.

 Respondiendo a la voluntad del país, igualmente se incrementa la capacidad de diagnóstico del Laboratorio de Virología de la provincia con la introducción de nueva tecnología que reduce el tiempo de espera de los resultados de la prueba de PCR.

 Desde este lunes 16 de noviembre la información oportuna y especializada llega a la población cada día al final de la tarde a través de los medios locales, y en audiencias sanitarias se insiste sobre la importancia del uso permanente del nasobuco, el lavado frecuente de las manos, la desinfección de superficies, no permitir la entrada a centros estatales de personas con afecciones respiratorias ni que se queden en sus viviendas sin chequearse.

 Acciones de desinfección intradomiciliaria, en comunidades, alrededor de las viviendas, en sitios donde concurren grandes conglomerados de personas y en la red de cajeros automáticos intentan minimizar el riesgo; y además se asegura el expendio de cloro y otras sustancias desinfectantes como lejía, jabolina y detergente.

 Las autoridades santiagueras son enfáticas: no se escatiman recursos ni esfuerzos para eliminar la transmisión, pero se aplicarán medidas severas ante las indisciplinas que puedan complicar la actual contingencia sanitaria. De hecho, ha trascendido que durante la jornada del miércoles se aplicaron en tierra indómita más de un centenar de multas.

 Para el Director Provincial de Higiene y Epidemiología, Santiago está en condiciones de controlar el rebrote sin tener que cambiar a ninguna otra fase, pero ello requiere de mucha disciplina, esfuerzo y exigencia. Que cada cual haga lo que le corresponde, con la responsabilidad y el autocuidado que exige el momento actual.

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