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Módulo sobre la mesa

Alcanzar soberanía alimentaria y nutricional pasa también por diversificar la producción agropecuaria, como sucede en la CPA holguinera 26 de Julio

Autor:

Nelson Rodríguez Roque

BANES, Holguín.—Tres cuartos de siglo ha andado por la vida Alfredo Guerrero Laffita, y 38 años de estos han sido liderando la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) 26 de Julio.

Para este Héroe del Trabajo de la República de Cuba, los 132 asociados de ese enclave constituyen una gran familia, como sugirió el Comandante en Jefe que deberían ser las colectividades campesinas en el Congreso de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) de 1987.

De aquella cita Alfredo Guerrero volvió al Consejo Popular Flores-Cortadera, donde radica la CPA que dirige, decidido a poner en práctica una idea de Fidel para intercalar cultivos de frijol y caña de azúcar. Sus energías y las de sus compañeros bastaron para realizaren los campos dos «zafras» paralelas, que todavía tienen seguimiento.

La tenacidad de aquel treintañero que le encontró razón a la propuesta del líder histórico de la Revolución Cubana está intacta. Es evidente cuando en la actualidad se esfuerza en pos de revitalizar el módulo pecuario de la cooperativa, completado recientemente en varios de sus objetivos (al calor de las celebraciones por el venidero aniversario 60 de la ANAP) y que en el pasado aportó mucho a la alimentación cooperativista y comunitaria.

«Estuvimos en alza en ese programa —aclara Guerrero—, pero en algunas especies decaímos, por ejemplo, en conejos y aves. El resto sí las mantuvimos: vacuno, ovino, porcino y caprino. Con lo que ahora hemos mejorado en las ramas avícola y cunícula, acumulamos alrededor de 1600 animales. De ese módulo pecuario obtenemos grasa, carne y leche, y queremos retomar el huevo. Tomando en cuenta lo orientado desde la máxima dirección del país, el excedente que quede luego de autoabastecernos lo destinamos a la población, empezando por la de nuestra comunidad, y se le vende además a Acopio».

Una fórmula que acá se cumple es que primero debe existir base alimentaria y luego crianza animal; por ello sembraron morera, moringa, tithonia y otras plantas proteicas. Tajantemente, el Héroe del Trabajo alega que «ni uno de los animales ha muerto por falta de alimento, porque antes apelábamos al forraje, de caña fundamentalmente, y después sumamos las otras alternativas. Estamos llenando ahora 18 000 bolsas en un vivero para plantaciones proteicas».

De cara a lo nuestro

En el área cercana a la sede de la dirección de la 26 de Julio han concentrado las masas cunícula, avícola y porcina. Repartidas por otros lares se ubican dos unidades de ovinos, una caprina y dos lecherías de ganado mayor, vinculadas al proyecto Sierra Maestra (de forraje y plantas proteicas).

Unos 18 cooperativistas —siete jóvenes— atienden las distintas especies. Entre ellos se incluye a un veterinario. El esfuerzo por mantener la salud animal es primordial aquí; por eso se insiste enla regularidad de los exámenes. Tal es así que son muy pocas las muertes reportadas, a pesar de que la disponibilidad de medicamentoses víctima de los embates económicosque sufre el país.

De casta le viene…

Resulta genético el amor de la joven Yanisleidis Toro por la campiña. Su mamá, Vilma Ricardo, destacada cooperativista ya fallecida, se ocupó de estimularlo, como hizo con muchos niños del Consejo Popular.

Yanisleidis labora en la minindustria de la 26 de Julio: «Aquí, y más a partir del repunte del módulo pecuario, cada trabajador recibe de regalo dos libras de productos cárnicos en su cumpleaños, y otras ocho se les venden a precios módicos. También se le ofertan viandas u otros productos como leche, ajo o frijoles en esa fecha, igualmente baratos.

«Los jueves a todos los cooperativistas nos ofertan elaboraciones de la minindustria y productos del autoconsumo, que benefician además a jubilados y afiliados que presentan algún problema de salud».                    

Luis Ángel Pera empezó como criador, pero Guerrerole confió, más de una década atrás, la máxima responsabilidad del Departamento Pecuario. Reconoce que en la CPA hubo unos 400 conejos y más de cien aves, pero se habían perdido: «En estos momentos incursionamos otra vez en su fomento, recuperando naves que permitirán, en próximos meses, totalizar un centenar de conejos, y en enero las polluelas empezarán a poner. A las aves les destinamos plantones de frijol gandul para alimentarlas. Los cerdos ya son unos 50, con diez reproductoras, y la raza criolla es la base fundamental».

Lo que deje de venir de allende los mares preocupa, pero no alarma al Jefe del Departamento Pecuario: «Aquí aprovechamos residuos de cosechas, cultivos de maíz, soya y yuca propios, sobras del comedor obrero… En el área de porcino tampoco utilizamos pienso ni alimentos importados. Desplegamos cuartones y sembramos pastos para, en menos terreno, producir más en la ganadería. Desde septiembre, cumplimos el plan anual de entrega de leche, que era de 31 000 litros».

Ni moda ni vacación «zoológica»

Los módulos pecuarios suelen erigirse a partir de recursos de producción local. Ramón Cecilio Ortiz, principal directivo de Ganadería en la Delegación Provincial de la Agricultura, explica que «en ellos se colocan varias especies, cumpliendo siempre con el bienestar animal. Se garantizan medidas de bioseguridad, base alimentaria y disponibilidad de agua. Los dividendos productivos dependerán bastante de los indicadores reproductivos. Esos sitios se enfocan en lograr el autoabastecimiento familiar y de las formas productivas, y respaldan a la comunidad».

Ortiz refiere que las especies herbívoras son idóneas para esas instalaciones: «Sin embargo, aun cuando el cerdo compite con la alimentación humana y para el fomento de sus alimentos se requiere de áreas con condiciones de más calidad, no puede renunciarse a su cría, por reportar esta rendimientos positivos».

En cuanto a la ganadería bovina aconseja complementar los pastos naturales:«Hay que desarrollar plantas proteicas y otras variedades resistentes a períodos secos».

Pese a las limitaciones económicas, en el país se destinan recursos a la vertiente agrícola, pero se hace énfasis en la independencia y sostenibilidad de la base y se fortalece la producción primaria, en la cual los módulos pecuarios están contenidos.

Esa producción tributa al programa de autoabastecimiento municipal, pilar en que descansa el Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, aprobado por el Consejo de Ministros.

Son 105, hasta ahora, los módulos creados en Holguín. El plan del Ministerio de la Agricultura es materializar en predios nororientales unos 350 en el primer semestre del próximo año. Además del cambio nominal de antiguas unidades, se varía el propósito de esas instalaciones, sin perder su esencia. La meta es buscar productividad con más especies, no estar a la moda o impulsar cierta vocación «zoológica».

Alfredo Guerrero saca cuentas. Esta cooperativa banense puede arribar a 2 000 cabezas ovinas en corto plazo. En Agroecología «corren bien»: bajo las jaulas de los conejos han reservado espacio para cajones que multipliquen el humus de lombriz, fuente de abono para sus suelos.

En sus metas está insertar la cría de codornices porque en bondades proteicas sus huevos no son segundos de nadie, y con los pollos camperos sucedería lo mismo. Más allá de limitantes económicas o hábitos productivos desafiantes, en la 26 de Julio quieren al módulo pecuario sobre la mesa, no de bonito en un papel.

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