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Adoptan medidas para mejorar producción y venta de pan en La Habana

Las quejas de la población, analizadas en el Consejo de Defensa Provincial en La Habana, motivaron inspecciones que detectaron bajo peso, deudas del pan normado, ausencia de administradores en las unidades, entre otras irregularidades

Autor:

Raquel Sierra

Inestabilidad en la venta de pan, largas colas para adquirirlo de forma liberada por baches en los horarios de salida del producto en las panaderías, tardanza en la llegada a los puntos de distribución y reventa del normado hasta tres veces su precio, son algunos de los fenómenos que rodean hoy la situación con ese alimento, en medio de contracción en la disponibilidad de viandas, días fríos y nuevos precios en los comedores, que impulsan la demanda.

Las quejas que estos fenómenos, analizados en el Consejo de Defensa Provincial en La Habana, motivaron inspecciones que detectaron bajo peso, deudas del pan normado, ausencia de administradores en las unidades, entre otras irregularidades.

A raíz de indicaciones del consejo, las dos empresas dedicadas a la producción y comercialización de estos productos, de la Industria Alimentaria (EPIA) y la Cubana del Pan, adoptaron estrategias dirigidas a una mejor organización de los procesos productivos y de ventas.

Abdelín González Mesa, directora de la EPIA, explicó las acciones para revertir las quejas e incidencias reiteradas.

“La empresa se está proyectando en lo productivo y en lo comercial. En primer lugar, los horarios de siete de la mañana a siete de la noche en las panaderías, mientras que en los puntos de venta y las paneras se mantienen de siete de la mañana a 12 del mediodía y de cuatro de la tarde a siete de la noche”.

Se reitera, dijo González Mesa, que el pan normado del día no se puede terminar, eso de “se acabó el pan normado” no puede pasar y existen mecanismos para el reaprovisionamiento, solo que hay que usarlos efectivamente.

“Hoy el nivel de afluencia de la población respecto a meses anteriores ha crecido, pero el pan normado de cada consumidor tiene que estar ahí hasta las siete de la noche”, insistió.

En el caso de las ventas liberadas que realiza esta empresa, agregó, se mantiene regulada a 400 gramos por persona y deben realizarse en dos momentos: a la apertura del mostrador y sobre las cinco de la tarde, teniendo en cuenta que muchos clientes trabajan y deben tener también esa posibilidad.

Al respecto, indicó, “para conocimiento de la población se publicará de forma visible en todos los mostradores la cantidad de kilogramos para la venta liberada, unidades y surtidos que cada unidad debe producir y comercializar”.

Con la cantidad de unidades existentes, el volumen de harina asignado para cada una de las panaderías de la capital y la venta regulada, se estima que podrían estar accediendo a esas producciones unas 78 000 personas, cifra que se reconoce muy por debajo de la actual demanda.

De acuerdo con la directora, en las panaderías deben producirse cuatro variedades liberadas: pan de 50 gramos (80 centavos), de 100 gramos (1,60 pesos), flautín y bolsa de bases de pizza. En el caso de las especializadas, en los 15 municipios, producen estos y otros surtidos.

González Mesa indicó que se definió que el 50 % de las producciones será del formato más pequeño, de manera que haya más presencia en los mostradores y buscando una oferta con un precio inferior. Por otra parte, la EPIA presentó una propuesta de panes de 31 gramos y precio de 50 centavos, en espera de eventual aprobación, teniendo en cuenta la materia prima liberada de las producciones de pan para el sector de la educación, tras el cierre de las escuelas debido al actual rebrote de la COVID-19.

Desde la Cubana del Pan

Si la EPIA responde por las ventas normadas y algunas liberadas, todo el que produce la Empresa Cubana del Pan, en formatos de corteza dura y suave, son comercializados de forma liberada, aunque de forma regulada, a razón de 800 gramos por persona, lo que en términos cubanos equivale a dos “flautas” de diez pesos y cuatro, de cinco.

Según explicó el director de la Unidad Empresarial de Base Habana de esa empresa nacional, Javier Carrera Jorrín, las 49 unidades de la cadena funcionan en un horario de seis de la mañana a nueve de la noche y deben tener al frente a un directivo, “para poder garantizar que nuestras producciones directamente vayan al mostrador”.

Otra de las indicaciones que deben cumplir en la actual coyuntura es que las producciones deben salir “cada una hora para tratar de mantener así un flujo más constante de producción en los mostradores y llegar a más clientes”.

Según dijo, la empresa está recibiendo 35 toneladas de harina que se convierten en 45 toneladas de pan, equivalente a unos 225 000 panes, lo que según las regulaciones de venta equivaldría a apenas unos 56 250 consumidores.

Sobre la venta a trabajadores por cuenta propia, Carrera Jorrín aseveró que prácticamente no se les está vendiendo el producto y se está orientando censarlos para, en su momento, de manera coordinada con la EPIA, elaborar una propuesta para ese tema.

Acciones de control

Ambas empresas adoptan medidas ante las situaciones detectadas en inspecciones propias y otras realizadas por los órganos de fiscalización y las organizaciones de masas.

“Hemos incluido en la estrategia aspectos de control para verificar, controlar y asegurar que se cumplan los objetivos trazados: se incrementan las acciones nocturnas con cuadros y funcionarios de la empresa con el acompañamiento de los fiscalizadores, se incrementan las encuestas diarias a la población”.

Sobre este tema, explicó el director de UEB Habana, de la Empresa Cubana del Pan, “estamos intensificando todos los controles en nuestras fábricas y el consejo de dirección esta repartido para amanecer en las panaderías, a las seis de la mañana, para así comprobar que la producción que se mandó a hacer esté íntegra y pueda salir al mostrador en su totalidad”.

Por otra parte, aseguró que también realizan recorridos nocturnos para evitar que pueda haber algún tipo de desviación. Tenemos definida la cantidad de harina por panaderías de uno o dos hornos, “para que cualquier persona pueda ir a controlar sin ningún problema y sepa qué cantidad de materia prima tenemos, aunque no estamos exentos que puede haber algún problema, pero la tarea de orden primero es que esa producción llegue a su destino final, que es la población”.

(Tomado de Tribuna de La Habana)

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