Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Un asunto también de jóvenes

Las grandes transformaciones socioeconómicas que se aplican hoy en el territorio nacional tienen en las nuevas generaciones una fuerza incondicional y sumamente provechosa

Autor:

Juan Morales Agüero

Las Tunas. La Tarea Ordenamiento (TO) figura entre las encomiendas más complejas que haya emprendido el proceso revolucionario en más de 60 años. No soluciona con un pase de manos los problemas de la economía nacional. «Pero sí nos debe conducir a la elevación de la productividad del trabajo y a un desempeño más eficiente de las fuerzas productivas», ha expresado el Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bérmudez.

 En su implementación toman parte todos los sectores de la sociedad. Lo inédito de su naturaleza y los cambios que la signan precisan de una cruzada profunda y permanente, de manera que no quede nadie sin comprender sus propósitos de justicia social y rectificar las distorsiones en nuestra economía. «Es cambiar todo lo que debe ser cambiado», dijo el Comandante en Jefe en su concepto de Revolución.

 Como ha ocurrido desde aquel luminoso 1ro. de enero de 1959, la juventud cubana asume la TO con el entusiasmo y el compromiso que la caracteriza. En Las Tunas, muchos de sus militantes se han incorporado a comisiones multisectoriales que recorren sus perímetros para fiscalizar, concientizar y orientar a los factores acerca de la necesidad de que se cumpla con lo establecido y no se cometan violaciones.

 «La TO es actualmente una de las prioridades de la organización
—asegura Arley Silva, uno de sus dirigentes en la comarca—. Nuestra militancia participa en todo lo que le concierne, y no para multar ni para hacerles decomisos a los violadores de la ley: hacemos una labor política, consistente en explicar, argumentar, convencer y animar a que se respalde una empresa que persigue el bienestar común».

Comisiones y ordenamiento

 Cada mañana los consejos populares activan sus comisiones de trabajo vinculadas con la TO. Las organizaciones y organismos —PCC, CTC, CDR, UJC, Minint, Higiene y Epidemiología, Salud, Inspección— tienen allí sus representantes. A cada cual se le asignan lugares para visitar y fiscalizar: comercios, casas, unidades gastronómicas, consultorios médicos, centros de trabajo, negocios privados, panaderías… El objetivo es verificar que todo esté en orden, tal y como establecen las disposiciones gubernamentales relacionadas con la tarea.

 «En esas comisiones de trabajo, los jóvenes hacemos hincapié en orientar a la gente en el conocimiento de las
leyes que le sirven de sustento a la TO —manifiesta Yasmani Rodríguez la Rosa, primer secretario de la UJC en el municipio cabecera—.  Apoyamos al inspector cuando no le queda otra que aplicar una multa por una indisciplina grave o por una reincidencia, pero preferiríamos que eso nunca ocurriera. Una sanción monetaria siempre genera disgustos, y perjudica tanto la economía del infractor como la de su familia. En consecuencia, tratamos de evitarla mediante la persuasión, pero sin concesiones».

 Según Rodríguez la Rosa, el trabajo en las comisiones les ha  permitido a los jóvenes constatar que una parte de la población desconoce las ordenanzas dictadas por nuestras autoridades para garantizar que la TO se instale de la manera más eficaz en la cotidianidad nacional, así como sus implicaciones. Sin embargo, cuando conversan con las personas y se las explican en detalle, la situación se transforma.  Así, en las zonas donde ellos actúan se han reducido grandemente los delitos, las indisciplinas, la corrupción y las infracciones.

 Los representantes juveniles tienen el encargo de transmitir optimismo y confianza, y de sembrar la convicción de que la TO pretende crear un país más desarrollado, sostenible y próspero. La influencia del cuadro joven y bien preparado es fundamental en este aspecto. Por eso la organización coordina capacitaciones con la Escuela Provincial del Partido y la Universidad de Las Tunas, de manera que los comisionistas
dispongan de las herramientas teóricas
adecuadas y de los conocimientos
jurídicos para desarrollar bien su trabajo.

Convecer, de eso se trata

Nuestra labor en las comisiones de trabajo es política, y siempre en el marco de la legalidad, dice Yulenis Quintana.Foto: Juan Morales Agüero.

 Yulenis Quintana tiene 29 años y 13 de militancia en la UJC. Ella integra una de las comisiones de trabajo en representación de su organización política. La TO la ha llevado a visitar consultorios médicos para verificar que se cumplan las medidas sanitarias, tanto por los galenos como por los pacientes. A unos y a otros les recuerda el correcto lavado de las manos, los recipientes con desinfectantes, la limpieza de los patios, el uso permanente del nasobuco…

 «En las tiendas y los comercios la tarea es parecida, aunque se tienen en cuenta otros parámetros —precisa—. Las pesas las revisamos y confirmamos que cuenten con la certificación de Comercio. En las placitas vemos el estado de los productos en oferta y en las panaderías evaluamos la calidad del pan. Conversamos reflexivamente con los responsables de cada área y los
exhortamos a solucionar los problemas, en caso de que detectemos alguno. Si no logramos hacerlos entender, entonces entran en acción los inspectores».

 Ese fue el caso de un vendedor de carne de cerdo. En la visita, Yulenis comprobó que su sitio de venta carecía del paso podálico exigido para evitar la propagación de la COVID-19. Intentó hacerlo comprender de que debía tenerlo, no solo para proteger la salud de sus clientes, sino por la suya propia. No lo consiguió, el hombre montó en cólera y, ante la situación creada, la inspectora del Centro de Higiene y Epidemiología se vio
urgida a intervenir para imponerle al indisciplinado el decreto establecido para casos así.

 «Al día siguiente fuimos por la misma zona a verificar si el carnicero persistía en su incumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias orientadas —recuerda Yulenis—. Y, para nuestra sorpresa, salió de su local, vino hacia nosotros, nos ofreció disculpas por su conducta del día anterior y nos invitó a comprobar que ya tenía todo en regla. Yo creo que, al final, asimiló la justeza de nuestras recomendaciones».

 La joven también ha interactuado con vendedores de viandas y hortalizas. A unos que ofrecían tomates los convenció de que les bajaran los precios a sus productos, porque no tenían la mejor calidad. En las panaderías insiste en que se produzca mejor pan. Y con los jóvenes barberos intenta razonar sobre los precios fijados por los Consejos de Administración.

 «Estoy convencido de que los jóvenes tuneros le están haciendo una contribución importante a la implementación de la TO en nuestro territorio
—asegura Rodríguez la Rosa—. Tenemos experiencias positivas en los escenarios donde actúan, incluidas sus visitas a las personas vulnerables, al Sistema de Atención a la Familia y a la persuasión a jóvenes desvinculados del estudio y del trabajo. Se puede contar siempre con su concurso. ¡Ellos están a la orden!».

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