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María Antonieta, silueta de un siglo y reflejo de otro, «regresa» a La Habana

María Antonieta: Impronta de una Reina, es la exposición que nos regala el Museo de Artes Decorativas de La Habana, en homenaje a su  aniversario 55, el Día Internacional de los Museos  y al mes de la cultura francesa en el país. La muestra estará abierta hasta el próximo 14 de septiembre

Autor:

Daniela Fernanda García Gonzales

«No el divinizar, sino humanizar es la suprema ley de todo estudio creador de las almas; su tema es explicar, no disculpar con artificiales argumentos». Y eso le sirve a Gustavo López para hablar de María Antonieta de Austria, «(…) cuya íntima grandeza nace únicamente de su desmesurada desgracia», porque «(…) sin exaltar nada en ella, sino precisamente a causa de sus condiciones terrenas, bien puede merecer el interés y la comprensión del tiempo presente».

Con estas palabras de la famosa biografía que hiciera el austríaco Stefan Zweig a la reina guillotinada, Gustavo López, curador de María Antonieta: Impronta de una Reina, resume el precepto de la exposición, que nos regala el Museo Nacional de Artes Decorativas de La Habana, ubicado en el Vedado, desde el pasado 17 de mayo hasta el 14 de septiembre venidero.

María Antonieta, figura controversial de la historia universal, cuya vida ha sido tema de las obras de muchos grandes del cine, del teatro y de la literatura, se nos presenta en esta exhibición con un aire modernista y transformador, gracias a la singularidad creativa de dos artistas de diferente estilo, pero con una misma finalidad: la francesa Alice Guitard, joven artífice de lo visual, e Ismael de la Caridad, reconocido diseñador cubano.

La primera nos muestra un acercamiento a «la austríaca» —como sus detractores le llamaban—, a través de fenómenos tan apegados a la mujer de nuestros días como la maternidad, el sufrimiento, la preocupación y la vida conyugal. El segundo nos regala a la aristócrata, la distinguida, la orgullosa, características propias de esta reina francesa que por su indiferencia ante los asuntos del pueblo, y su codicia desmedida, llegó a inmiscuirse en escandalosos negocios como el del collar de diamantes, y así se fue convirtiendo en motivo de burlas y calumnias por parte de la prensa clandestina del momento.

Muchas son las piezas de estilo Neoclásico que se muestran en esta presentación, unas asociadas a la vida de la reina y de la corte de su esposo Luis XVI; mientras, otras se refieren a las preferencias de ella por la vida pastoril y bucólica, y del rey, por la caza. Pero la exposición también se ve revestida de colorido y gracia con las creaciones de los artistas mencionados. Una de las más icónicas, es un maniquí vestido y peinado al estilo de la soberana, que muestra en el vestido una reproducción del paisaje habanero. Sin duda, al estilo de Ismael de la Caridad, esta muñeca cobra vida y simboliza el rejuvenecimiento de la protagonista de la exposición, en los contornos de nuestra nacionalidad.

La muestra cuenta con variados bustos de ambos reyes, pero el de mayor impacto entre los visitantes resulta ser aquel que el llamado escultor de la Ilustración francesa, Jean Antoine Houdon, hiciera en bronce platinado a la distinguida.

Al pasear por la segunda y última sala, son impresionantes los rostros de la gobernadora, que en telas impresas, nos brinda Alice Guitard. Todos ellos acercados creativamente a la actualidad, pues la autora, pese a todas las características atribuidas a la más tristemente célebre reina de Francia, también pretende mostrarla como una figura cercana a la mujer actual, con sueños, preocupaciones, conflictos, aciertos y desaciertos.

Particular interés causa en el público, una escultura de un pan francés, asociada a la frase que algunos historiadores asocian a su persona: «Si no tienen pan, ¡coman brioche!». El relicario popular cuenta que la pronunció cuando fue informada de que el pueblo de Francia no tenía pan para comer, mientras seguía empolvando sus altas pelucas en harina. No obstante aún no se ha probado la validez de esta frase.

Otro de los elementos más misteriosos e incógnitos son unas lágrimas de mármol, que hacen alusión a las tristes horas de María Antonieta antes de su muerte en la guillotina. De igual forma, se destacan una serie de tazas, en referencia a las entregadas en 1788 por la Manufactura de Sèvres para la lechería del Château de Rambouillet, y un facsímil del libro de Stefan Zweig: María Antonieta: Una vida involuntariamente heroica.

Aunque las actitudes de la regente fueron criticadas y enjuiciadas, sus gustos extravagantes, el uso de raros peinados, de costosos vestidos, los festejos sin límites, y hasta su desprecio a la etiqueta francesa, marcaron importantes hitos en cuanto a moda, arte y cultura en esta sociedad, llegando a ser una de las figuras que marcan el imaginario histórico de la segunda mitad del siglo XVIII.

El Museo Nacional de Artes Decorativas, junto al Consejo Internacional de Museos (ICOM), y los artistas invitados, conmemoran con la inauguración de María Antonieta: Impronta de una Reina, el  aniversario 55 de la importante institución cultural, el Día Internacional de los Museos —que se celebra cada 18 de mayo— y el mes de la cultura francesa en el país.

«Tradicionalmente el museo se ha visto solo como un depósito de piezas y objetos, obviándose su función de conservar, preservar, exhibir, estudiar y difundir el patrimonio cultural. Ahora, con el lema Los museos como ejes culturales: El futuro de la tradición, el ICOM nos convocó cambiar esta visión sobre nuestras instituciones museísticas y convertirlos en espacios de debate, donde los discursos ya no se organicen en torno a las piezas en exposición, sino que las piezas se exponen en función del discurso (…)», aseguró Juan Manuel González Rondón, director del museo, en el acto inaugural de la exposición.

Pero, sin lugar a dudas, la exposición María Antonieta: Impronta de una Reina, abierta al público —conocedores y curiosos— hasta el mes de septiembre próximo, puede colocarse entre las más revolucionarias y renovadoras, a tal punto que se adapta una monarca que vivió hace tres siglos al presente.

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