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Luis Franco quiere más

El joven compositor y cantante promociona en estos momentos uno de los videoclips de su más reciente fonograma. Su mayor sueño es trascender y seguir construyendo una carrera sólida y coherente

Autor:

Aracelys Bedevia

Luis Franco no quiere ser un artista pasajero. Quiere hacer canciones que se puedan escuchar dentro de 20 años y más, quiere también que vayan a sus conciertos, que su música se conozca. «Es algo difícil en estos tiempos pero hay que intentarlo», expresó.

Este joven compositor y cantante nacido en La Habana, en poco tiempo ha logrado ganar un importante número de seguidores. Su nombre es Luis Alberto Guevara García, pero eligió darse a conocer en el mundo del arte como Luis Franco, en agradecimiento a un amigo —de igual apellido— que lo ayudó a retomar el camino de la música.

No le da pena decir que quiere más y para ello trabaja. Enfocado en la promoción de , su más reciente fonograma producido por la Egrem, encontramos a este muchacho que cambió la Arquitectura y que en estos momentos se encuentra preparando el videoclip del tema Yo te quiero, sexto sencillo de su segundo disco y que, según dijo a Juventud Rebelde, será probablemente el último que se desprenda de él.

«Recién estrenamos el videoclip de Hombre enamorado, un tema muy especial para mí porque lo comparto con el maestro Alexander Abreu, líder de Havana D’ Primera. El realizador de este fue Eduardo Rodríguez, quien también dirigió Aprendí a decir que no.

«Como artista doy la máxima importancia al videoclip. Lo considero fundamental para que una canción quede en el imaginario popular. No quiere decir que haciéndolo lo logres, pero al menos tienes la posibilidad. Temas de mi segundo álbum como Sueños, La mala suerte y yo y Todo de mí ya tienen el suyo. El primero tiene la impronta de Joseph Ros, mientras que los otros dos fueron asumidos por Gregory Brito», aseguró.

—En encontramos a un artista con nuevas experiencias y retos musicales. ¿Qué puedes decirnos al respecto?

—Para mí fue un disco difícil de hacer. Venía de promocionar mi ópera prima, Que no me faltes, y ya algunas canciones se conocían al menos entre un grupo de personas. Crear un CD cuando esperan que te superes es complicado.

«Sabía que tenía que cambiar, salir de mi zona cómoda, experimentar, pero cuando haces eso no a todos les gusta. Ahí radicó el mayor problema, no obstante, estoy muy contento con el resultado que está teniendo. La verdad logré lo que quería, cambiar. No digo que sea mejor que el anterior pero al menos es diferente.

«Cierto es que el modo de contar mis historias es similar pero logramos explorar otras vertientes desde el punto de vista musical, y en esto último tuvo un peso importante el trabajo realizado por el pianista Leonardo G. Milián, quien fue el productor musical.

Sí, la más reciente producción de Luis Franco. Foto cortesía del entrevistado. 

«Yo quería más, y se los dije. se completó en medio de la cuarentena a base de audios y mensajes por WhatsApp. Fue un proceso duro en el sentido de que teníamos que encontrar consenso entre mi propuesta, la visión de Leonardo y la de Luis Durán, ingeniero de sonido.

«Incluye diez temas, algunos ya se escuchaban en la radio, incluso antes de que fueran presentados, como Yo te quiero, La mala suerte y yo y .

«En su sonoridad, a diferencia del anterior, predominan las programaciones en lugar del uso de instrumentos en vivo. Fue gratificante, por otra parte, iniciarme en el mundo de las colaboraciones. Además de Alexander Abreu (Hombre enamorado) participan Telmary (Verdades peligrosas) y Leticia Trueba (Yo te quiero.

—¿Cómo llegas a la música?

—La guitarra llegó a mi casa cuando tenía 12 años. Mi mamá la compró por mi hermano que fue quien tuvo el deseo de aprender. Yo, que soy el menor, lo seguí. Él me enseñó todo lo que sé de ese instrumento y de música en general. Tiene un talento natural enorme. 

«Cuando salí del preuniversitario llevaba varios años tocando guitarra y descubrí que podía cantar y componer. Fue fácil tomar la decisión de dedicarme a la música, lo difícil vino después.

«Me siento más compositor que cantante porque no creo que sea un gran intérprete, aun cuando me atrevo a interpretar mis propias canciones. Desde que tengo 15 años me he dedicado más a la composición. Me concentro en ella, en las letras, en las ideas de la canción».

—Siempre dices que no te consideras músico.

—Para mí los músicos son aquellos que pasan largos años estudiando desde el punto de vista teórico y práctico. Si porque cacharreemos un instrumento ya nos consideramos músicos, pues cualquiera podría serlo.

—¿Qué pasó con la Arquitectura?

—Logré coger la carrera pero una vez dentro era uno del montón. Había muchachos muy talentosos. Estuve un semestre estudiando y la dejé. Necesitaba algo en lo que pudiera marcar la diferencia. Con la música al menos creía que podía hacerlo, aún creo que puedo, sigo trabajando en ello.

—Creaste un grupo musical con tu hermano. ¿Qué pasó?

—El grupo que creé junto a mi hermano se llamaba D Voluntad y, ciertamente, era más voluntad que otra cosa. No teníamos una obra sólida, lo sé ahora. Aquello fue un juego de adolescentes que esperaban triunfar con el mínimo esfuerzo. Eso sí, me enseñó una parte de lo que es este mundo en el que me desenvuelvo.

«Mi hermano siguió otro rumbo. Estudió canto y actualmente está en el coro Entrevoces, que dirige la maestra Digna Guerra. De alguna manera seguimos trabajando juntos porque siempre que hago un concierto grande lo llamo y me acompaña en los coros». 

—Eres miembro de la Asociación Hermanos Saíz (AHS). ¿Te sientes representado?

—La AHS ha sido un gran apoyo para mi carrera. Gracias a su beca El reino de este mundo logré terminar mi primer fonograma (Que no me faltes), y he podido producir algunos de mis videos y conciertos. Estaré siempre agradecido por eso.

«Admiro su trabajo, el acompañamiento y apoyo que nos da a los artistas jóvenes. Recuerdo que mi ópera prima estaba en una situación crítica, no teníamos dinero para producirla y la beca de la AHS permitió que la hiciéramos».

—Proyectos…

—Pensar en un futuro a largo plazo para los músicos, todavía con la pandemia, puede ser frustrante. Voy tomando decisiones según las circunstancias, sin detenerme.

«Mis sueños como músico son que cada día se conozcan más mis canciones, lograr trascender, seguir construyendo una carrera sólida y coherente. Eso, en parte, depende de mí.  Tengo otros muchos, algunos muy grandes que prefiero no decirlos para ver si se dan».

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