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Aguacero de mayo, déjalo caer

Según pude leer existen otras creencias asociadas al primer aguacero de mayo donde aparecen efectos como la propiedad de hacer crecer a los niños, rejuvenecer a los más viejos, eliminar parásitos intestinales y fortalecer el pelo

Autor:

JAPE

Mañana cuando me vaya,
quién se acordará de mí,

solamente la tinaja,
por el agua que bebí…

           Totó la Mamposina

 

Floro me ha escrito preguntándome por qué razón han pasado más de diez días del mes de mayo y aún en su casa no ha llovido. Mi querido cofrade cuestiona al respecto:

«Estimado Jape, ¿existe alguna razón que sea de su conocimiento acerca de este contratiempo? Ya ha llovido en varias zonas del país, incluso de la provincia, y aún en Centro Habana no ha caído ni una gota. ¿Sabe usted de algún problema meteorológico que impida el esperado diluvio en mi zona? ¿Estarán los aguaceros programados por municipio en fechas diferentes como la llegada de algunos productos de la canasta básica? ¿Es cierto que mojarse con esa lluvia es un augurio de buena suerte? Si fuera así, ¿¡en mi barrio estamos embarcados!?».

Amigo Floro, es posible que cuando estés leyendo mi respuesta a tu misiva, ya se haya precipitado sobre tu localidad un intenso aguacero como en otros territorios. Algo muy propio del quinto mes del año.

Hasta ahora solo te puedo asegurar que el Instituto de Meteorología ha sido certero en sus pronósticos de lluvia solo para el centro y oriente del país a causa de una vaguada.

En cuanto a la programación de aguaceros, tal como se hace con los víveres, no creo que haya relación alguna, de lo contrario ya hubiéramos pedido una buena lluvia de café (y otros productos), tal como lo hace el cantante dominicano Juan Luis Guerra, sin que suceda el milagro.

Y hablando de cantos a la lluvia puedo ilustrarte que desde muchos años atrás, segunda mitad del pasado siglo, se hizo popular un tema dedicado a los aguaceros de mayo en voz de la colombiana Sonia Bazanta Vides, conocida como Totó la Momposina, cuyo estribillo, que da título a este texto, invocaba la llegada de ese temporal por sus significativas bondades curativas y de prosperidad. En Cuba, también en la
vigésima centuria, Los Hermanos Bravos le cantaron a estas aguas, en tiempo de conga: «¡Aguacero de mayo, agua que va a caer!».

Esas aguas, según viejas tradiciones y algo de superstición, son un excelente antídoto ante los males estomacales que se desatan en esa época, en que antes se comía mucho mango. Digo antes, porque ahora ya ni los mangos se pueden coger bajito.

Según pude leer existen otras creencias asociadas al primer aguacero de mayo donde aparecen efectos como la propiedad de hacer crecer a los niños, rejuvenecer a los más viejos, eliminar parásitos intestinales y fortalecer el pelo. Es por ello que nuestras mujeres acopian agua de lluvia para lavarse la cabeza. En el caso de los calvos no les sugiero dicho procedimiento porque no les serviría de nada: ¡ya el daño está hecho!

A mi entender, la más sensata exposición del valor de los aguaceros de mayo está relacionada con la agricultura, pues en abril se preparan las tierras y las semillas para la siembra venidera que será «bendecida» por las aguas de mayo… digo, si el evento meteorológico conocido por El Niño no estima lo contrario.

Querido Floro, te sugiero que revises alguna bibliografía relacionada con esta costumbre que es muy popular no solo en Cuba. Algo autóctono de nuestros pueblos oriundos del Caribe y Latinoamérica. Un interesante mundo de imaginarios y costumbres que rodean a estas esperadas lluvias. Y si aún no ha llovido por tu casa, no te desesperes, pronto llegará tu aguacero de mayo: ¡déjalo caer sobre ti!

 

 

 

 

 

 

 

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