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Alter Ego o la capacidad de superar etiquetas

Desde 2005, Alter Ego demuestra que no se puede encasillar instrumentos en géneros específicos y que la versatilidad puede encontrar senderos diversos

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

Música de concierto aderezada con la sonoridad propia de la guitarra, el tres y el laúd, y mezclada con temas del repertorio cubano. Además, en formato de trío y, contra todo supuesto tradicional, alejado de los esquemas habituales de las presentaciones de este tipo de música.

Desde 2005, Alter Ego demuestra que no se puede encasillar instrumentos en géneros específicos y que la versatilidad puede encontrar senderos diversos para expresarse.

Su director, Diego Santiago, graduado de la Universidad de las Artes en 2004 y con experiencia previa en el trabajo musical con la cantante Vionaika Martínez, el cuarteto Laudes de La Habana y la Primera orquesta de instrumentos de púa y pulso de Cuba, mantiene su idea inicial de sorprender desde su proyecto.

Cuatro discos avalan el quehacer de esta agrupación, que desde hace cinco años, a partir de la residencia en Madrid de Diego Santiago, cobra vida con nuevos integrantes: los cubanos Mariela Díaz y Miguel Véliz, ambos egresados también de la Universidad de las Artes en las especialidades de laúd y guitarra, respectivamente.

Sones y flores (Egrem) contó con la producción del guitarrista y compositor Eduardo Martin, Buscando Rutas fue grabado en el espacio A guitarra limpia con el sello Centro Pablo de la Torriente, Conversiones (Colibrí) tuvo la producción de Rafael Guedes y Vuelta atrás (Egrem), producido por el propio Diego Santiago. Todos los álbumes  permiten apreciar las inmensas ganas de experimentar, crear e impulsar nuevas miradas a la música cubana desde la esencia del trío.

«No somos música de cámara, no somos música de concierto, no somos música instrumental porque ahí está el cuarto disco, con cantantes invitados en los temas…  Trabajamos en un nuevo fonograma donde mantenemos la idea de defender el laúd como instrumento solista, acompañado en algunos títulos por el violín, el violonchelo, la guitarra eléctrica, entre otros. Queremos incluir la bandurria, que es un instrumento de la familia del laúd, aunque trabajemos también con el tres. El repertorio es música cubana, con arreglos de Miguel y míos», comenta Diego Santiago.

—¿Puede que se les haya catalogado como trovadores?

—Ha sucedido. Hemos trabajado con Alain Garrido, miembro de la Trovuntivitis; con Leonardo García, con Yaima Orozco, con Liuba María Hevia… Tal vez, mi manera de dirigir Alter Ego y de tocar el laúd, tiene mucho de ese vínculo con la trova cubana. Pero en todo caso, eso enriquece, y no necesariamente etiqueta.

—¿Cómo fue recibido Alter Ego en España?

—Somos un proyecto muy llamativo porque no se conoce el tres cubano en España. El laúd, conocido como el instrumento campesino, que en realidad es la bandurria contralto, es de los instrumentos de púa que menos se toca.

«Los repertorios que presentamos también despiertan curiosidad porque somos música cubana mezclada con música de concierto, y es una manera de hacer la música diferente en cuanto al ritmo, la armonía, la manera de hacer el contracanto… Existen muchas expectativas aquí. Recordemos que no se utiliza el tres en las formaciones de concierto en España, por ejemplo, y eso también contribuye a despertar la atención.

«De cualquier manera, y aunque tengamos vientos a favor, es difícil. En Cuba los músicos se dedican a la música totalmente, pero aquí no podemos hacerlo así. Tenemos que dedicarnos a otras actividades para garantizar el sustento económico.

«Ahora estamos en una nueva etapa, y creo que poseemos mayor madurez todos. Cada uno de nosotros se desenvuelve en la Pedagogía, y nos juntamos cuando vamos a tocar, trabajamos días previos y el concierto fluye. Por suerte, en estos meses de pandemia, somos de las agrupaciones que nos hemos mantenido trabajando, y hemos gozado de la dicha de participar en festivales importantes como el organizado por la orquesta de instrumentos de púa de Ciudad de La Mancha y en Alcalá de Henares».

—Las redes sociales, y en especial YouTube, son una herramienta fuerte para la divulgación del trabajo musical, en formato audiovisual. Lo han aprovechado bien…

—Si no existes en las redes sociales, es como si no existieras en otra parte. Tenemos nuestro propio canal y ahí están disponibles los videos oficiales del proyecto. El primero, de 2010, es del Tema fresa, de la autoría de Esther Martínez, fundadora del trío e integrante durante nueve años. Alfredo Uretra dirigió el clip y fue una experiencia maravillosa, y el público nos disfrutó de otra manera.

«El segundo se hizo en Buenos Aires, dirigido por Ernesto Fontán, con el tema Very light y el tercero es del tema Mambo #5, de Dámaso Pérez Prado, otra vez con Alfredo Uretra».

—Además del nuevo disco, ¿tienes otros proyectos que te desvelan?

—Siempre. Uno de ellos es volver a tocar en Cuba, si pudiera ser en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís o en el teatro del Museo Nacional de Bellas Artes. Me encantaría mostrar esta etapa nueva del trío, que sigue hacia adelante, contra viento y marea.

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