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Sin tovarishchi sobre el ring

La noche dominical rusa le dio un mal golpe a nuestro boxeo, pero el uppercut más fuerte al mentón de los nuestros no lo dio el puño del púgil contrario, sino la misma mano que toca la campana

Autor:

Luis Autié Cantón

Dicen, quienes estuvieron allí, que la noche dominical rusa le dio un mal golpe a nuestro boxeo. Aparentemente, el jab más duro, el uppercut más fuerte al mentón de los nuestros, no lo dio la mano del púgil contrario, sino la misma mano que toca la campana. No hay camaradas en el encerado. O lo que es lo mismo: no hay tovarishchi sobre el ring. El termómetro para tal diagnóstico es, a tenor de lo expuesto por el diario digital Jit, las declaraciones emitidas por Julio César la Cruz (81 kg), quien abiertamente disintió del fallo arbitral en dos de las peleas que involucraron a púgiles cubanos.

Y digo dos, porque el jovencito Osley Iglesias (75 kg) sí pudo tomar desquite frente a Gleb Bakshi, a quien ya había tenido ring de por medio en el tope bilateral de septiembre último. Pero tanto Julio César como Erislandy Savón (91 kg) vieron como el árbitro levantaba la mano de sus rivales, Imam Khatayev y Muslim Gadzhimagomedov.

La Cruz, campeón olímpico y cuatro veces titular del orbe, no cayó ante un púgil de barrio, un luchador de domingos, un improvisado. El ruso Khatayev es subcampeón nacional en un país que es, indiscutiblemente, potencia mundial de este deporte. Quizá el problema esté en el hecho de que no estamos acostumbrados a ver al nuestro caer.

Por su parte, si Julio tuvo una pelea compleja frente a un subcampeón nacional, Erislandy Savón tuvo que bailar con la más fea. Muslim Gadzhimagomedov, de tan solo 21 años, tiene mucho nombre y poca edad, y quizá su recorrido y hoja de resultados no es tan larga como su apellido, pero es campeón nacional de Rusia. Campeón nacional en un país que tiene una población de 144.5 millones de habitantes. Saque usted sus cuentas.

Según ha trascendido, el entrenador jefe Rolando Acebal consideró parejo los pleitos, asumidos por sus muchachos como rencuentro con los escenarios internacionales luego de dominar la Serie Mundial. Pero Julio César no lo vio claro. Y Julio César no es un boxeador que acostumbre a discutir.

El resultado global del match vio como los Patriotas de Rusia dominaron, si el término «dominar» aplica en tan caliginosas ciscunstancias, al imponerse en seis de las ocho divisiones pactadas.

Así las cosas, el uzbeko Hasanboy Dusmatov fue, junto a Osley, el único integrante del seleccionado internacional en hacer la cruz frente a los Patriotas, tras derrotar al local Tamir Galanov en los 52 kg. El resto, un monólogo en ruso. De manera global, en los 57 kg Albert Batyrgaziyev (Rusia) venció a Chatchay Buddy (Tailandia), Alexey Mazur (Rusia, 63 kg) a Hovhannes Bachkov (Armenia); Shahabas Makhmudov (Rusia, 69 kg) a Ikboljon Holdarov (Uzbekistán); Imam Khataev (Rusia, 81) a Julio César la Cruz (Cuba); Muslim Gadzhimagomedov (Rusia, 91 kg) a Erislandy Savón (Cuba) e Iván Veriasov (Rusia, +91kg) a Lazizbek Mullajonov (Uzbekistán).

Los organizadores del match le cursaron a Cuba la invitación a tres púgiles, quienes se unieron a peleadores de Tailandia, Uzbekistán, Armenia e Irlanda. Este novedoso cartel citó a varios de los mejores boxeadores del mundo, en las nuevas divisiones certificadas por la AIBA, que también se enrolarán en el Campeonato Mundial 2019, en la ciudad rusa de Sochi, y en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

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