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LIMA.— Cuando Eglys de la Cruz bajó el fusil y buscó el disparo 54 en el monitor no podía creer lo que estaba reflejando la pantalla digital. Ella estaba segura que había sido un diez y el perle decía otra cosa: un 6.3 que la dejaba totalmente fuera de preseas en el rifle de aire a diez metros.
Ante lo inusual del hecho, conversamos con su entrenador Yoleisy Lois González. «No sabemos en realidad qué sucedió. Hicimos una reclamación pensando que era un desperfecto del blanco o del sistema electrónico, porque ella nos aseguraba que había tirado para diez, pero la prueba testigo confirmó que no, y su fusil no tenía problemas, lo revisamos minuciosamente, incluidas las miras.
«Nos quedan dos opciones, una falla en el perle o que lo haya colocado al revés, y esto último es casi imposible. Fue mala suerte, un suceso inexplicable, raro, porque con esa misma marca de perles chinos disparó en Alemania e implantó récord personal y nacional. No nos queda otra que asumir que era un proyectil defectuoso entre los 200 que contiene cada caja. Quizá sea el único entre un millón.
«Solo le faltaban seis disparos para concluir la ronda clasificatoria e iba en séptimo lugar, pero ella se transforma cuando entra en las finales. Era una medalla casi segura», se lamenta el preparador.
Así se fue una presea más para la colección de la reina del tiro en juegos panamericanos, pues es la atleta que más preseas acumula en este deporte, y si hablamos solo de las pruebas individuales, ninguna otra se ha coronado más veces que ella.
