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Sin sol, Yarisley abrazó las nubes

La subtitular olímpica y campeona mundial hace cuatro años, la cubana Yarisley Silva, se colgó nuevamente al cuello la presea dorada en unos Panamericanos 

Autor:

Javier Rodríguez Perera

LIMA.— En una ciudad como esta, donde el sol tiene un buen escondite, el clima arropa con suéteres y abrigos a sus moradores y la notable humedad tiende a bajar ligeramente las temperaturas, ayer 11 pertiguistas de ocho países intentaron estar del cielo, lo más cerca. Al fondo de la colchoneta de saltos del Videna —sede del atletismo—, existe un complejo de viviendas, nada relevante. A la izquierda, bien distante, una cadena montañosa y numerosos cerros a sus pies, que apenas se vislumbran por la grisácea neblina.

En ese ambiente se rodó el salto con garrocha de los Juegos Panamericanos. Yarisley Silva, ahora teñida de rubio, era una de las dos competidoras cubanas, junto a Rosaidi Robles. La pinareña, 32 años y un rosario de importantes resultados en pistas internacionales, estaba en sus cuartos Juegos. Siempre medallista: primero bronce y luego par de títulos, en esta edición Yarisley, siendo justo, no tenía las mayores papeletas para titular.

La subtitular olímpica y campeona mundial hace cuatro años arribó a Lima con mejor marca esta temporada de 4,70 metros (m) —obtenida a mediados de julio en Sotteville, Francia— y con tres contrarias que superaban su registro en 2019: las estadounidenses Kathryn Nageotte y Olivia Gruver y la canadiense Alysha Newman. Algunos, incluso, la colocaban fuera del podio. Sin embargo, el deporte, tan dramático, le dio un vuelco espantoso a las cábalas y Yarisley terminó, sin sol, tocando las frías nubes del Perú.

Cual efecto dominó fueron quedando sus contrarias, hasta que ella y la mejor preclasificada, la estadounidense Nageotte, plantearon el dual meet. Solo que la pinareña sacó una casta tan de ella, una actitud que constriñe a no perderle la confianza, una vez más. Bajo muchísima exigencia, se elevó y venció los 4,75 m, superó en cinco centímetros su mejor cota del año, mientras la norteamericana fenecía en el intento de ser reina por primera ocasión y quedó con la plata.

«Con la ayuda de Dios he llegado hasta aquí, pues ha sido un año muy difícil. El inicio de la competencia fue duro. Normalmente dan cerca de una hora de calentamiento y ahora dieron 35 minutos, por lo que empecé con alturas más bajas. Por poco me voy de la competencia con 4,35 m, pero vencí esa distancia. La lid estuvo muy buena, la estadounidense iba ganando con 4,70 m y eso me obligó a saltar un registro superior.

También este jueves la santiaguera Zurian Hechavarría se colgó la medalla de bronce en los 400 metros con vallas, después de que la canadiense Sage Watson, ganadora de la prueba, fuera descalificada. 

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