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Un admirador de Fidel que salió de un cuento de García Márquez

Hegel Segundo Ortega Madero, líder de los Galácticos del Deporte de Colombia, se siente afortunado de que la vida lo haya puesto a apagar velitas simultáneamente con Fidel Castro

Autor:

Norland Rosendo

Dos grupos había en la sala de prensa de los juegos panamericanos en Lima que se distinguían del resto. Siempre eran más de cuatro, se sentaban cerca, bromeaban, casi siempre con los decibeles disparados. Eran Cuba y Colombia. Desde el primer día las corrientes del mar Caribe produjeron un místico abrazo de ambos bandos, y luego, el partido de béisbol nos unió aún más.

Fue ese duelo, muy publicitado por uno y otro equipo periodístico, el que me puso frente a Hegel Segundo Ortega Madero, líder de los Galácticos del Deporte de Colombia, un hombre que sin haber visitado Cuba sabe más de ella que muchos nacidos en la Isla, y quien se siente afortunado de que la vida lo haya puesto a apagar velitas simultáneamente con Fidel Castro.

«Yo siento una gran admiración por su país, es una nación pequeña en territorio, pero gigantesca en América Latina, he leído mucho de su historia, y son un referente para nuestros pueblos con argumentos demasiados sólidos en educación, derecho a la igualdad, la salud, valores humanos.

«Ustedes son el mejor ejemplo, cada vez que coincidimos en coberturas de este tipo sobresalen por su cultura, su solidaridad, su forma de ser y compartir con los demás.

«Lo mismo en el deporte que en la cultura, con la salsa, el son, la rumba, han sido los primeros influencer, ahora que el término ese está de moda, que encontramos en el Caribe. Nosotros estamos muy marcados por su huella».

El hombre cuyo primer nombre me recuerda a un filósofo y el conjunto de nombres y apellidos me suena a un personaje de Gabriel García Márquez, habla con vehemencia del deporte cubano. «El Niño Linares, qué fenómeno ese muchacho, como (Félix) Savón, (Teófilo) Stevenson, (Javier) Sotomayor, Ana Fidelia (Quirot)…

«Mis primeros contactos con el deporte de la Isla vienen por el béisbol. Admiraba aquellas constelaciones de peloteros que pasaban los años y seguían siendo los mejores de América y del mundo amateur, con tantos jugadores estelares, nosotros siempre hemos sentido un gran respeto por esos equipos.

«Sin embargo, el mayor elogio se lo han ganado por ver el deporte diferente, por sus valores y la ciencia aplicada. Los primeros entrenadores que llegaron a Colombia con esos enfoques fueron cubanos, de ustedes aprendimos, ya hay muchos colombianos especializados, pero no podemos ser desagradecidos, ni egoístas, fueron ustedes los maestros, y eso ha contribuido a que el deporte de nuestro país se haya desarrollado y se proyecte mejor».

El triunfo de Colombia sobre Cuba en la jornada inaugural del béisbol la vivieron los Galácticos como si hubieran ganado un Clásico Mundial. «Es que nosotros estábamos en un slump internacional. Tuvimos en el siglo pasado un momento bueno, pero después Colombia se perdió del mapa de la pelota en la región.

«Ahora tenemos más de cien muchachos en el sistema MLB, once en las Grandes Ligas y el triunfo contra Cuba nos devuelve la pasión por este deporte. Hay, además, un trabajo fuerte en los campeonatos de base.

«En el noveno inning yo pensaba: qué va, ese es Cuba y hasta el último out no hay nada seguro con ellos, como decía Bob Canel, esto no se acaba hasta que se acaba.

«A ustedes les pasa ahora como a nosotros con el fútbol, que teníamos la mentalidad de que le podíamos ganar a casi todo el mundo, y ya no es así, los adversarios se están preparando de la mejor manera posible, ya no hay rivales pequeños».

Hegel suelta un vaticinio que resume el momento de éxtasis que está viviendo su país con el béisbol: «Colombia ha perdido el complejo, le juega fuerte a los grandes y vamos por una gran actuación en el próximo Clásico Mundial, ya verán». (Y escuchándolo, mastico mi nostalgia: si nosotros pudiéramos decir lo mismo.)

Se refiere al proyecto de los Galácticos con vehemencia y sobre todo, amor desenfrenado por el deporte, amor a lo García Márquez, a veces, sin importar los costos. Son una suerte de cooperativa que produce contenidos deportivos para varias plataformas, radiales y digitales, que satisfacen nichos noticiosos fundamentalmente en la cuenca caribeña que los grandes medios del país no cubren.

«Hay una gran competencia y las cadenas fuertes imponen el fútbol, esa es otra razón por la que los admiro a ustedes, pues defienden en sus medios la diversidad deportiva y no viven en la perenne agonía del pez grande comiéndose al chiquito para silenciarlo y conservar la hegemonía monotemática».

¿Y Fidel? Me dijiste que algo te une a él.

Ese es el más auténtico guerrero que ha tenido este continente, mira que los poderosos quisieron ponerle ataduras y él los venció a todos. Escuché varios de sus discursos por la radio y lo veía tan firme ante los que se creen dueños del mundo, que no puedo calificarlo de otra manera que guerrero.

«Él y yo tenemos algo en común, además de la pasión por los deportes —dice poniéndole énfasis al dato—, el azar me dio tremendo privilegio: yo nací el mismo día que Fidel Castro».

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