Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Kazajstán y la escala hacia Tokio

Una docena de luchadores cubanos participa en la cita del orbe de Kazajstán con el objetivo de ganarse un boleto para los próximos Juegos Olímpicos

Autor:

Enio Echezábal Acosta

El año 2019 se encuentra ya en lo que bien podríamos llamar la recta final. Luego de una larga temporada de competencias que incluyó como momento de mayor relevancia los Juegos Panamericanos de Lima 2019, el deporte cubano tiene todavía varios compromisos internacionales importantes por cumplir antes de que culmine el año.

Mientras que en Sochi, Rusia, los boxeadores ya reparten rectos y jabs en el Campeonato Mundial, y los del campo y pista se preparan para partir hacia su cita del orbe, que será en Doha, Catar, otro grupo de atletas también está en acción del otro lado del océano Atlántico.

Una docena de luchadores, repartidos en cuartetos por cada una de la categorías: grecorromana, libre y libre femenina, tiene su prueba de fuego más importante en Nur Sultán, Kazajstán, sede del torneo planetario más complejo de los últimos cuatro años. 

La lid, que se extenderá hasta el 22 de septiembre, es el espacio que reúne cada 12  meses a los mejores exponentes de esta ancestral disciplina, y presenta en esta ocasión un panorama mucho más difícil para ascender hasta los puestos cimeros, porque esta vez no solo están en juego las medallas y el orgullo, sino el ansiado boleto a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Los cupos rumbo a la competencia más grande de todas, serán en la actual edición para aquellos que logren ubicarse entre los seis primeros de cada una de las divisiones olímpicas, que casualmente son seis en cada modalidad. Todo lo anterior equivale a decir que el premio lo conseguirán los cuatro que lleguen al podio (un oro, una plata y dos bronces) y también la dupla que alcance el quinto puesto.

Ante este panorama, la situación para los gladiadores de la Mayor de las Antillas no es nada sencilla de presentar. No obstante, sí está claro que luego de un calendario tan intenso como el que han tenido hasta ahora, sumado al enorme galardón que significa ganarse el derecho a estar el verano entrante bajo los cinco aros, hará que nuestros representantes no se dejen nada por dentro a la hora de subir al colchón.

Maillots bajo la lupa

Para comenzar a analizar las posibilidades reales de los nuestros, lo haremos por el grupo de libristas masculinos, quienes ya en el torneo de 2018 tuvieron bajo la tutela de Julio Mendieta la mejor actuación de toda la tropa antillana.

El principal candidato de los cuatro que estarán en este estilo es Alejandro Valdés, doble bronce mundial (2017, 2018), reciente campeón panamericano, y, sin lugar a dudas, uno de los luchadores en mejor forma deportiva y con más cualidades técnicas de toda la armada nacional. «Calabaza», quien luego de su paso por la Ringerliga alemana ha crecido mucho más deportivamente, no es solo un aspirante a quedarse con una plaza para ir a «visitar» Tokio, sino uno de los serios contendientes, como mínimo, a una medalla en los 65 kilogramos.

Alejandro Valdés se presenta como una de las figuras más importantes de los equipos cubanos.Foto:Osvaldo Gutiérrez Gómez/ACN

Geandry Garzón (74 kg) es otro con aspiraciones no tan lejanas, sobre todo si tenemos en cuenta su excelente palmarés en estas lides, que incluye una plata en 2007 y tres terceros puestos (2005, 2006, 2010), todas ellas obtenidas en los 66 kilos. Claro que ahora la cosa será diferente, pues en este nuevo rango hay rivales estelares como el estadounidense Jordan Burroughs (campeón olímpico de 2016 y triple rey del orbe) y Frank Chamizo, cubano que compite por Italia (bronce olímpico, y una vez monarca mundial, más otros dos bronces). 

Yurieski Torreblanca (86 kg) bien pudiera ponerse la meta de repetir su actuación previa, que fue un quinto puesto el año pasado. No es que sea tarea fácil, pero visto lo visto últimamente, tampoco es una idea descabellada. 

Por último, aunque para nada menos notable, está el vigente monarca de los 61 kilos, Yowlys Bonne, quien solo irá a defender su corona, pues su peso no está incluido dentro del programa que tiene el COI.

Siguiendo hacia el estilo clásico, bajo las órdenes de Raúl Trujillo, tenemos otro par de hombres que pueden aspirar a todo.

Primero hay que hablar del sensacional Ismael Borrero (67 kg), campeón mundial en Las Vegas 2015 y luego dominador en las Olimpiadas de Río de Janeiro 2016. El santiaguero, quien viene de «barrer» en los Panamericanos, tendrá como objetivo garantizar su presencia en Japón, a donde irá a defender la primacía que ostenta desde hace cuatro años.

Luego aparece Oscar Pino, dos veces tercero del orbe (2017, 2018), quien esta vez tendrá la responsabilidad de clasificar en nombre del gran Mijaín López, cuyo rol será exclusivamente de apoyo, pues aunque se encuentra entrenando junto a sus compañeros y hará un estudio de contrarios, esta vez no verá acción.  

El dueto restante incluye a Daniel Gregorich (87 kg), bronce continental en Lima y al «novato» Gabriel Rosillo (97 kg), rey en tierra peruana. Ambos están en la nación kazaja con la responsabilidad de dar el salto definitivo al primer nivel, algo que además les daría la confianza necesaria para enfrentarse más adelante a retos de mayor altura.

Cerramos con las mujeres, conjunto que desde la llegada del profesor Filiberto Delgado no se ha detenido en su progresión, y que en la pasada edición logró la primera presea mundial de mayores para una cubana.

Lianna de la Caridad Montero querrá mejorar su bronce del año pasado.Foto:Osvaldo Gutiérrez Gómez/ACN

El liderazgo de las muchachas lo llevan por igual Lianna de la Caridad Montero (53 kg) y Yudari Sánchez (68 kg), la primera ganadora del mencionado bronce de 2018, y la segunda reina del orbe ese mismo año en la categoría sub-23.

Muy intensa la primera y más técnica la otra, ambas con sus particulares estilos de combate tienen potencial para cumplir la principal tarea, que es colarse en la futura pelea de las medallas en Tokio.

Componen además el equipo de damas dos debutantes: Milaymis Marín (76 kg) y Yusneilys Guzmán (50 kg). Tanto Marín, campeona olímpica de la Juventud en Buenos Aires 2018, como Guzmán, plata en Lima, asisten a una prueba que nunca antes enfrentaron, y en   la que deberán probar de qué «material» están hechas.

Si ocurriera que alguno fallara en su intento de acercarse a la cima y asegurar su puesto en las Olimpiadas, ya tendrá para conseguirlo otras oportunidades, a las que asistirán con el aprendizaje de haber chocado con los mejores del mundo. En cualquier caso, la idea de los 12 cubanos que se encuentran en la capital centroasiática es entregarse hasta el límite de sus capacidades para superarse a sí mismos como atletas y personas.

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