Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El bloqueo con swines de slugger

Entre las disciplinas más perjudicadas están: béisbol, atletismo, tiro con arco, vela, patinaje, softbol y polo acuático

Autor:

Javier Rodríguez Perera

Los años pasan, la vida sigue y muchas realidades toman otros cauces para bien, pero el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos hacia Cuba hace décadas lejos de suavizarse continúa solidificando una política hostil que lacera a numerosos segmentos del panorama diario de nuestro país. El deporte es uno de esos flancos más dañados, y se resienten cada año más, con severo dolor, las consecuencias, aunque ingentes y fructíferos esfuerzos se realizan para que el movimiento deportivo antillano siga alzando la bandera nacional.

Durante una conferencia de prensa celebrada ayer se informó que los proveedores cada vez se arriesgan menos a comercializar con Cuba, preocupados por posibles sanciones, lo que requiere la realización de importaciones en destinos lejanos, fundamentalmente en  Europa y Asia. A consecuencia de esa seria limitante, se ve afectado el desarrollo de la preparación de atletas, así como la calidad y la celebración de certámenes deportivos.

Para que se tenga una idea de la complejidad del fenómeno, en el encuentro de este jueves trascendieron datos bien concretos y este es uno de ellos: «implementos y artículos producidos por compañías estadounidenses, incluidos no pocos de uso obligatorio por las federaciones internacionales, demandan ser adquiridos en terceros países, con el incremento de hasta un 30 por ciento de sus costos. Marcas como Louisville, Wilson, Xbat, Rawlings y Easton son ejemplos». Entre las disciplinas más perjudicadas están: béisbol, atletismo, tiro con arco, vela, patinaje, softbol y polo acuático.

Igualmente el bloqueo incide de manera desfavorable sobre el Laboratorio Antidopaje de Cuba, ubicado en la capital, por diferentes razones, entre ellas la imposibilidad de obtener los insumos y reactivos de empresas estadounidenses, o de sus filiales en terceros países, para la realización de las muestras del Programa Nacional Antidopaje y de otras naciones, lo que provoca un incremento en los precios de hasta un 30 o 40 por ciento.

Rodney Montes de Oca, director de la institución, expresó que otras de las «heridas» son la «imposibilidad de intercambios académicos con laboratorios acreditados en Estados Unidos, así como la no participación en los simposios anuales que auspicia la Agencia Antidopaje de ese país, por no poder acceder a las visas» y el gran obstáculo de no «recibir los pagos por los servicios que presta el laboratorio a organizaciones antidopaje internacionales, por la persecución financiera hacia los bancos que pretendan transferir dinero a Cuba».

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