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La inquebrantable perseverancia de Pepe

El lanzador agramontino José Ramón Rodríguez dialogó con JR tras su retorno al terreno, luego de someterse en 2018 a una cirugía de Tommy John por una  lesión en el brazo derecho  

Autor:

Eduardo Grenier Rodríguez

Durante muchos meses, José Ramón Rodríguez pegó la cabeza a la almohada con la torturadora sensación de poder perder su carrera deportiva. Lloraba: cada noche, empujado por el temor lógico del atleta que ve lejos el sueño de triunfar, expulsaba sus frustraciones en forma de lágrimas, para levantarse al otro día con la fortaleza mental suficiente y volver a plantarle cara a la lesión.

El 19 de noviembre de 2018, cuando ocupaba un puesto importante en la rotación de abridores de los Toros de Camagüey, fue sometido a una cirugía de Tommy John, tras presentar una lesión del ligamento que tenía atrapado el nervio cubital del codo de su brazo derecho. Y con las esperanzas casi tan destrozadas como el músculo que le llevó a la élite del béisbol cubano, inició una fase de recuperación sin la certeza de un día volver.

«El período de la cirugía es muy largo y complejo; a veces tarda hasta un año o 14 meses. Cuando entré al salón, el doctor me dijo que todo saldría de manera exitosa. Y todo fue así: pasé una etapa de rehabilitación de cuatro o cinco meses en que asistía con frecuencia a La Habana a consultarle y él me indicaba todo lo que debía hacer», confiesa Pepe, como le conocen sus allegados, tras una salida victoriosa ante los Vegueros de Pinar del Río en el parque Capitán San Luis.

Tiempo después de rebasar la operación, empezó el proceso de recuperación, los primeros tres meses de la mano del preparador agramontino Ángel Lino Álvarez, hasta la llegada de José Manuel Cortina a tierras camagüeyanas, donde de la mano del prestigioso entrenador pinareño comenzaron la fase de fortalecimiento del brazo y perfeccionamiento de la mecánica de los movimientos.

«En ese momento, desde el Inder (Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación) me ayudaron con la gestión para estar un mes en Pinar del Río junto a Cortina. En esa etapa tuve una anécdota, pues un día me levanté con dolor en el brazo y vine muy temprano a entrenar, sumamente preocupado. Cuando llegué, esperé al profesor fuera del estadio sentado, le conté las molestias y empecé a llorar, me puse muy mal, pero él me dio su confianza y me dijo que todo saldría bien», rememora el lanzador camagüeyano.

—¿Cuánto sufre un pelotero una lesión de este tipo?

—Es un momento muy complicado en que necesitamos el apoyo de todos los que nos rodean y de los familiares sobre todo. Yo recuerdo que mi esposa me ayudaba mucho, yo lloraba todas las noches cuando llegaba a la casa y ella siempre estuvo ahí para contribuir a que superara ese momento tan triste. No niego que me pasaron ideas negativas por la cabeza, sobre todo temí la posibilidad de perder mi carrera deportiva, pero confié en los médicos y en las personas que estuvieron ahí para auxiliarme, como Cortina, y al final aquí estoy lanzando.

—¿Qué lección te deja este período de recuperación a nivel deportivo y personal?

—En la vida siempre pasan cosas así, son barreras que tenemos que superar, pero para mí a la vez ha sido una enseñanza positiva, de todo debemos sacar el lado bueno. Y este tipo de situaciones te demuestran que tienes que dar el máximo cada día, aprovechar el tiempo y luchar porque no sucedan percances, además de que el esfuerzo es la única manera de conseguir los propósitos.

—¿Cuán importante fue la ayuda de José Manuel Cortina en tu recuperación y regreso a los terrenos de juego?

—Tuve la oportunidad de estar con Cortina y recibir sus consejos, que es algo de lo que no todo el mundo puede presumir. Sobran las palabras. Pero también en ese período busqué libros para estudiar sobre los mejores lanzadores de Cuba y de las Grandes Ligas, incluso aprendí teóricamente de estrellas como Roger Clemens. Además, observé videos de YouTube para perfeccionar el cambio de velocidad, aunque para eso tenía a Cortina, el mejor para enseñarme el agarre de la bola y otros aspectos técnicos.

—¿Cuál es el horizonte que podremos ver próximamente en la carrera de José Ramón Rodríguez?

—Estoy feliz porque una vez más me he encaramado en la lomita. Siempre uno tiene la duda de si queda dolor o molestia, pero la seguridad que me dio el médico de que nunca más me iba a preocupar eso se va cumpliendo, y pienso en planes futuros poder retomar el sueño de volver a integrar el equipo nacional.

Aclaración: Esta entrevista fue realizada antes de que José Ramón sintiera dolores en el hombro de lanzar, lesión que no tiene nada que ver con la que lo tuvo alejado del box más de un año, según confirmó a JR el entrenador José Manuel Cortina. Ya tiene tratamiento y pronto volverá al juego, aseguró el avezado preparador de pitcheo, quien trabaja con el equipo de Camagüey.

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