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Un sainete nuevo en el currículo de los Cubafóbicos

Para este viernes, en Washington, abren otra conferencia para juzgar los derechos humanos en Cuba, con la participación de algunos personajillos de la contrarrevolución anticubana radicada en Miami, con pedigrí para estar presentes en esa infamia

Autor:

Juana Carrasco Martín

Las ratas Bol… udas están royendo en nuestro hemisferio, mientras dicen tonterías y se comportan de manera estúpida e irresponsable. Será casualidad, pero resulta que parece haber un contubernio de los Bol... ton, Bol… sonaro, Bol… io. Claro, no es potestad exclusiva de ellos, y Al… magro se les une como parte de la cuerda con que quieren colgar a las naciones que siguen en pie ante el más reciente embate imperial, que no nuevo intento de «cambio de régimen».

Para este viernes, en Washington —transmisión por televisión anunciada, para darle la mayor cobertura al show—, abren otra conferencia para juzgar los derechos humanos en Cuba.

El secretario general de la OEA, Luis Almagro, hace una vez más de anfitrión y el copatrocinio le llega desde una llamada Comisión Internacional de Justicia, que preside el abogado mexicano René Bolio, conocido en su país porque su actuación miserable en la Procuraduría Agraria de la capital mexicana ha generado conflictos internos entre las comunidades indígenas y comunales de la capital con el fin de despojarlos de las tierras ancestrales y urbanizarlas por privados.

Instigador de odios y mentiroso por antonomasia, Bolio será el personaje principal del sainete que Almagro comenzó a fabricar hace rato —recuerden la farsa montada nada menos que en una sala de Naciones Unidas en Nueva York para contrarrestar la contundente derrota de la política de bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, en la que el tiro le salió por la culata.

En el montaje previo, Almagro, el uruguayo contrito de su pasado de izquierda —el Tribunal de Conducta del Frente Amplio de Uruguay acaba de considerar que ha violado gravemente los principios de la organización política por fomentar una invasión a Venezuela—,   presentaba así este capítulo: «Nos reunimos con la Comisión para la Justicia en Cuba para hablar sobre las graves violaciones a los derechos humanos en el país. No podemos tolerar más años de impunidad para los crímenes cometidos por el régimen cubano».

El renegado no para mientes en sacudirse el polvo de lo que «fue», y nada le parece poco ahora para «limpiarse», por lo que se transforma en adalid de las causas que el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, desgranó en un discurso contra Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Con la convocatoria para el próximo viernes queda demostrado que la Cubafobia los corroe y no son pocas las falsas acusaciones con que responsabilizan a la Mayor de las Antillas. Hasta dicen que Cuba tiene un ejército de 22 000 efectivos infiltrado en Venezuela y este es responsable de lo que ocurre en la nación bolivariana, desconociendo precisamente la soberanía del hermano país y dándole la categoría de invasión colonial a los colaboradores cubanos de la salud, de la educación y del deporte. Repugnante e inadmisible comparación en la que toma como medida a los ejércitos coloniales de España, porque no se atreve a tocar ni de pasada las intervenciones de Estados Unidos en la región que pobló de dictaduras, lo que hubiera sido todavía más sucio e inaceptable.

Por demás, es precisamente una recurrencia de la política de la Doctrina Monroe lo que está sucediendo en nuestro continente desde que tiene presencia en el ejecutivo de Washington el Gobierno de Donald Trump.

Un ultraconservadurismo se entroniza en la región —ya sea con la judicializacion de los líderes políticos de izquierda y progresistas o con la utilización de los medios de comunicación y las redes sociales para amoldar victorias de las derechas neoliberales en las urnas. Por otra parte, contra quienes no muestren genuflexión, la intención es imponer el dominio de America First con agresiones y sanciones continuas que fomenten la violencia y del caos a fin de derrocar a toda costa a esos Gobiernos.

Cuba, que ha resistido y enfrentado durante 60 años  ese odio y es blanco de todo tipo de mentiras, ve como Almagro y Bolio no se quieren quedar cortos en la fabricación del actual «expediente».

El acólito de la OEA, en días recientes le ha dado el espaldarazo al informe de una institución que se presenta como «una plataforma para los estudios de América Latina en la República Checa», en el cual se afirma que hay «torturadores con acento cubano» en Venezuela, y con total desfachatez, Almagro ha dicho que es una información que debía ser analizada para «entender mejor sus repercusiones».

Como me comentó un colega, «Sí, es verdad, hubo un torturador cubano en Venezuela: Luis Posada Carriles, el connotado terrorista y agente de la CIA, encargado en los años 60 y 70 de organizar los órganos represivos venezolanos, y de ello nunca se ocupó la caduca OEA».

En cuanto a la obra teatral del próximo viernes, participarán algunos de los personajillos de la contrarrevolución anticubana radicada en Miami, que pedigrí tienen para estar presentes en esa infamia pero, como también me comentó el colega: «Ninguna de estas burdas maniobras nos harán retroceder en nuestro empeño de construir la Cuba que queremos ni lograrán doblegar nuestra voluntad de soberanía e independencia. Eso, todo el mundo lo sabe».

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