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De los 52 000 migrantes detenidos y más

El tema sale a la palestra cuando el presidente Donald Trump acaba de anunciar un proyecto para una nueva política de migración en Estados Unidos

Autor:

Juana Carrasco Martín

Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) mantiene en detención a más de 52 000 migrantes en todo el país, según un funcionario de la Agencia, y es la cantidad más alta en la historia de la Agencia, aseguró el medio digital BuzzFeed, el cual afirma que son exactamente 52 398 migrantes los detenidos y en ellos hay 998 unidades familiares.

El tema sale a la palestra cuando el presidente Donald Trump acaba de anunciar un proyecto para una nueva política de migración, y el lunes ha fallecido en custodia de las autoridades migratorias estadounidenses un quinto menor de edad guatemalteco desde el pasado diciembre, elementos que alarman a organizaciones y grupos de defensa de las personas migrantes.

Kevin Landy, quien fuera alto funcionario de ICE en el Gobierno de Barack Obama, declaró que «se trata de una crisis humanitaria, evitable, fabricada por las políticas duras de la administración de Trump, que son conducidas por la retórica extrema del Presidente, la cual distorsiona las evaluaciones de la población migrante».

Hace dos semanas, el total ascendía a más de 49 000 migrantes aprehendidos, según BuzzFeed, aunque en marzo, The Daily Beast reportó que el total superó 50 000 por primera vez.

Heidi Altman, directora de Políticas del Centro Nacional de Justicia para los Migrantes, afirma que lo que está haciendo la administración de Trump supera totalmente las limitaciones impuestas por el Congreso para el número de detenidos, y juzgó que «el Gobierno sabe muy bien que esto es crueldad innecesaria y hay mejores alternativas que funcionan y son más baratas y más humanas» que la detención.

Este año, ICE pidió 52 000 camas de detención, pero en febrero el Congreso delimitó los fondos de la agencia a una población diaria promedio de 45 000 hasta el final del año fiscal 2019, agregó The Hill; sin embargo, para 2020 la solicitud de la agencia es de 54 000 camas, lo que incrementaría extraordinariamente la población bajo custodia de ICE que en los últimos años de la administración Obama rondaba las 35 000 personas.

Esta era la situación en cifras, cuando el lunes Carlos Gregorio Hernández Vásquez, de 16 años de edad, murió. Había sido detenido por la patrulla fronteriza    el 13 de mayo, después de cruzar la frontera sin autorización cerca de Hidalgo, Texas. El domingo 19,  el adolescente, quien había sido trasladado desde un centro de tratamiento a una estación de la patrulla fronteriza en Weslaco, Texas, y luego a un refugio para jóvenes migrantes, dijo que no se estaba sintiendo bien. Los reportes de prensa que divulgaron la información suministrada por un funcionario de la oficina de Aduanas, aseveran que una enfermera contratada determinó que tenía la gripe y algunos agentes fueron a una farmacia local para recoger medicamentos.

Legalmente, la patrulla fronteriza no puede mantener bajo custodia a menores no acompañados por más de 72 horas, y en el caso de Hernández sobrepasó ese término, pero un funcionario de la entidad explicó que si hay espacio disponible, la Oficina de Reasentamiento de Refugiados puede decidir al  respecto.

El Ministerio del Exterior guatemalteco, que advirtió a las familias sobre los peligros de enviar a los menores en un viaje «irregular», informó que Carlos Gregorio era de Baja Verapaz, al norte de la Ciudad de Guatemala, y tenía la esperanza de reunirse con su familia que ya estaba en Estados Unidos.

Sin embargo, el jueves 17 de mayo, el presidente Donald Trump presentó un proyecto de política migratoria en el cual prioriza a los migrantes con alta calificación y no la reunificación familiar.

Amparado en lo que llamó «una emergencia en nuestra frontera sur», unos pocos días antes había dicho: «No podemos tomarte más… Nuestro país está lleno». Y otra vez mentía, pues dejaba claro que estaba en su interés lo que siempre se ha conocido como robo de cerebros, la incitación a la migración de talentos, de profesionales y científicos, si es con formación académica universitaria mucho mejor.

Maniobra sucia, negocio desleal, que desangra o descerebra a otras naciones, al ofrecerles «mejores oportunidades» a sus ciudadanos más preparados, para utilizarlos en su propio crecimiento y desarrollo técnico-económico.

Nada nuevo, ni lo inventó Trump, pero muy conveniente para el magnate que aspira a la reelección, cree a pie juntillas que «América es lo primero», y debe demostrarlo ante la pujanza de otros a los que adversa de manera obsesa y ciega, como China, por ejemplo. Silicon Valley tiene que seguir nutriéndose del mejor talento del mundo y ahí se va a pique la peor de las xenofobias…

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