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38 positivos en las cárceles de la ciudad de Nueva York, incluyendo Rikers Island

Más de la mitad de los casos son reclusos y esto describe un sistema de cárcel en crisis, afirma la Junta Correccional

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Redacción Internacional

NUEVA YORK, marzo 22.— Al menos 38 personas han dado positivo al nuevo coronavirus en el famoso complejo carcelario de Rikers Island, ubicado frente a Manhattan, y constituye hasta el momento el mayor brote de la enfermedad COVID-19 en una prisión estadounidense.

La información fue dada a conocer por la junta que supervisa el sistema carcelario de la populosa urbe que muestra altos índices de infección a la pandemia. Son reclusos 21 de los enfermos, mientras 12 son empleados del Departamento Correccional y cinco empleados de sus servicios de salud.

Otras 58 personas están siendo monitoreadas en la prision por el contagioso virus en unidades de cuarentenas.

En una carta a la dirección de justicia criminal de Nueva York, la presidenta interina de la Junta Correccional, Jacqueline Sherman, describió un sistema de prisión en crisis, apunto la agencia noticiosa AP.

«Es probable que estas personas hayan estado en cientos de áreas de vivienda y áreas comunes en las últimas semanas y hayan estado en estrecho contacto con muchas otras personas bajo custodia y personal», dijo Sherman, advirtiendo que los casos podrían dispararse.

«El mejor camino hacia adelante para proteger a la comunidad de personas que se alojan y trabajan en las cárceles es disminuir rápidamente el número de personas que se alojan y trabajan en ellas», agregó.

Funcionarios de Nueva York han restado importancia sistemáticamente al número de infecciones en sus prisiones y cárceles, según encontró la Associated Press en conversaciones con reclusos actuales y anteriores.

La agencia de prisiones de la ciudad y su proveedor de atención médica no respondieron a los mensajes de AP que buscaban comentarios sobre la carta.

Dice The Guardian, que el viernes, el Departamento de Correcciones de la ciudad dijo que solo un recluso había sido diagnosticado con coronavirus, junto con siete miembros del personal de la cárcel. A última hora del sábado, el departamento reconoció que 19 reclusos habían dado positivos, dos menos que en la carta de la junta, y 12 miembros del personal.

Más de 2,2 millones de personas están encarceladas en los Estados Unidos más que en cualquier parte del mundo y hay crecientes temores de que un brote pueda propagarse rápidamente a través de una vasta red de prisiones federales y estatales, cárceles del condado y centros de detención.

Es una población penal grande que ya está lidiando con altas tasas de problemas de salud y, cuando se trata de los ancianos e internos, los riesgos se elevan con complicaciones más graves.

The Guardian señala que con capacidad limitada a nivel nacional para realizar pruebas para detectar la COVID-19, a los hombres y mujeres internados les preocupa ser los últimos en la fila de los atendidos cuando muestren síntomas similares a los de la gripe, lo que significa que algunos pueden estar infectados sin saberlo.

Las primeras pruebas positivas desde el interior de las prisiones y cárceles comenzaron a salir hace poco más de una semana, con menos de dos docenas de oficiales y personal infectado en otras instalaciones, desde California y Michigan hasta Pensilvania, apunta el diario británico The Guardian.

El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, al comienzo de la  semana revelo que los fiscales estaban trabajando  para identificar candidatos y para el viernes por la noche, los fiscales de la ciudad de Nueva York acordaron liberar a 56 reclusos de Rikers por su propio reconocimiento.  Bianca Tylek, directora ejecutiva de la organización nacional de defensa de la justicia penal de Worth Rises, dijo que eso no cortaría el brote de coronavirus.

«Hay cerca de 1 500 personas encarceladas en la Isla Rikers por pequeñas ofensas o violaciones técnicas de la libertad bajo palabra (parole) que pudieran ser  liberados inmediatamente» y agregó: «Liberarlos pudiera  reducir el riesgo de infección para ellos, reduce el riesgo para aquellos que permanezcan encarcelados, y reduce la propagación del virus al público».

Al  mismo tiempo se conoció que un hombre recluido en otra prisión de la ciudad de Nueva York, se convirtió en el primer caso confirmado con el virus en el sistema federal de prisión. El reo está en el Centro de Detención Metropolitano en Brooklyn, y se quejó de dolores en el pecho el jueves, poco días después de haber arribado a la instalación, dijo el Buró de Prisiones federal a la AP. Fue llevado a un hospital local y dio positivo a la prueba de la COVID-19.

El viernes fue sacado del hospital y retornó a la prisión, donde fue puesto de inmediato en aislamiento, dijo la agencia, agregando que el personal médico y siquiátrico lo visitan rutinariamente.

Otros que estaban encerrados con este prisionero están también en cuarentena, junto a miembros del personal de guardias que pueden haber estado en contacto con él.

El Buró de Prisiones prohibió temporalmente las visitas a sus 122 instalaciones federales en todo Estados Unidos,  incluidas las visitas sociales y legales, aunque los funcionarios dijeron que pudieran hacerse algunas excepciones para las visitas legales.

Cuando se le preguntó el domingo pasado en Sky News sobre la posibilidad de liberar prisioneros, el secretario general de Prisiones de EE. UU., Steve Gillan, dijo: «No hay planes ahora para liberar a los prisioneros, pero no se puede descartar». Las casi 7 000 cárceles, prisiones e instalaciones de corrección de Estados Unidos representan un caldo de cultivo fértil para el virus, dadas las condiciones de salud inadecuadas en circunstancias normales, así como la proximidad de los reclusos entre sí, señaló FoxNews el pasado jueves.

Los defensores de la liberación de los reclusos dicen que las prisiones representan una bomba de tiempo si no se hace nada, y los llamamientos a la acción solo se han hecho más fuertes tras la muerte de David Pérez, un investigador del Departamento de Corrección de la ciudad de Nueva York, que murió esta semana después de dar positivo por la COVID-19.

«La única manera en que podemos mantener a salvo a las personas encarceladas es liberarlas», dijo Justine Olderman, directora ejecutiva del grupo de defensa Bronx Defenders. «Lo mejor es reducir drásticamente el número de personas retenidas. Ninguna de esas cosas se está haciendo en este momento. Como defensores públicos, lo que realmente estamos viendo es que sucede  lo contrario, y es aterrador», agregó la cadena Fox.

Estados Unidos ha registrado más de 26 700 casos de coronavirus y 340 fallecidos, y en un intento de tranquilizar a la nación, el presidente Donald Trump prometió pruebas gratis de la COVID-19 y vacaciones fiscales. El país cerró sus fronteras terrestres al tráfico no esencial, mientras que los estados más afectados han tomado medidas aún más drásticas, dijo RT.

Otro elemento de alerta conocido este domingo lo hizo el CDC (Centros para el Control de Enfermedades y Prevención): personas jóvenes están siendo hospitalizadas en número creciente, y el 40 por ciento de esos  pacientes con la COVID-19 tienen entre 20 y 54 años de edad.

 

Complejo penitenciario Riker's Island

 

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