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Bolton culpa a Trump por fracaso en resucitar la Doctrina Monroe

John Bolton, ex asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, sigue furioso porque fracasaron sus objetivos de resucitar la Doctrina Monroe, derrocar al gobierno de Venezuela y dañar a Cuba, y culpa de ello a su ex jefe Donald Trump en su libro que está por salir a la venta el martes, del cual La Jornada obtuvo una copia adelantada

Autor:

David Brooks

Nueva York., John Bolton, ex asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, sigue furioso porque fracasaron sus objetivos de resucitar la Doctrina Monroe, derrocar al gobierno de Venezuela y dañar a Cuba, y culpa de ello a su ex jefe Donald Trump en su libro que está por salir a la venta el martes, del cual La Jornada obtuvo una copia adelantada.

El régimen ilegítimo de Venezuela… ofreció una oportunidad al gobierno de Trump. Pero requería una determinación persistente de nuestra parte, y presión consistente, total e implacable. Fracasamos en cumplir con esa norma. El presidente vaciló y tambaleó, exacerbando desacuerdos internos del gobierno… y repetidamente impidió nuestros esfuerzos para llevar a cabo una política, escribe Bolton en un capítulo titulado Venezuela libre, el único dedicado a un país latinoamericano en el libro, The Room Where it Happened.

El libro, cuya publicación Trump fracasó en frenar, trata de los 17 meses de Bolton en la Casa Blanca (hasta septiembre de 2019) y califica a su ex jefe de errático y desinformado al revelar la política exterior de este gobierno. Algunos de las novedades del libro ya se habían filtrado recientemente, pero el volumen ofrece más detalles sobre el manejo de la política exterior hacia América Latina.

Venezuela era pieza clave en el objetivo de resucitar la Doctrina Monroe y Bolton calificaba al régimen de Maduro como una amenaza por su vínculo con Cuba y las aperturas que ofreció a Rusia, China e Irán. Explica, con nostalgia, que America se había opuesto a amenazas externas en el hemisferio occidental desde la Doctrina Monroe, y era hora de resucitarla después de los esfuerzos de Obama-Kerry para enterrarla.

Bolton cuenta cómo poco después del atentado con drones contra Maduro, Trump le dijo: hazlo, en referencia a derrocar al mandatario venezolano, y que se quejó: Es la quinta vez que lo pido. El mandatario estadunidense insistió en que deseaba opciones militares para Venezuela y que ese país en verdad es parte de Estados Unidos. Bolton señala que él y otros explicaron por qué la opción militar no era la mejor y que podríamos lograr el mismo objetivo trabajando con los opositores de Maduro. Poco después, en noviembre de 2018, Bolton bautiza a Venezuela, Cuba y Nicaragua como “la troika de la tiranía” y anuncia nuevas sanciones contra los tres países.

El libro relata que Trump ordenó que el petróleo de Venezuela tenía que estar bajo control estadunidense y, mientras el presidente insistía sobre opciones militares, de repente planteaba reunirse con Maduro para resolver todos los problemas, a lo cual se oponían Bolton y el secretario de Estado Mike Pompeo. Por cierto, en una entrevista con Axios publicada este domingo, Trump de nuevo dice que tal vez contemplaría una reunión con Maduro e indicó que ha perdido confianza en Juan Guaidó.

Cuando Guaidó se declaró presidente interino, Bolton pensó: Esta es la revolución, e impulsó la declaración de apoyo de su gobierno.

El asesor de Seguridad Nacional cuenta cómo la delegación de legisladores de Florida, sobre todo los cubanoestadunidenses, fueron claves en convencer a Trump sobre apoyar a Guaidó, pero el mandatario exigió: Quiero que él [Guaidó] diga que será extremadamente leal a Estados Unidos y a nadie más.

Bolton y sus aliados apostaban todo por la oposición venezolana encabezada por Guaidó y planeaban una sublevación militar para lograr su objetivo. Señala que fue un error sacar al personal estadunidense de la embajada en Caracas, ya que la ausencia de asesores estadunidenses en el terreno cambió el resultado de los intentos para derrocar al régimen.

Cuba, un superpoder

En el libro Cuba es caracterizada como un superpoder y le atribuye haber mantenido intacto el régimen venezolano y elogia el logro de revertir la política de apertura de Barack Obama y la aplicación de todas las medidas de la Ley Helms-Burton, como un embargo pleno y completo sobre la isla.

Revela que Trump solicitó opciones de uso de fuerza, incluyendo la interdicción, para interrumpir los cargamentos de petróleo entre Venezuela y Cuba.

El libro condena la apertura aplicada por Obama, la cual permitió que Cuba no fuera percibido como adversario, y critica que durante ese tiempo la creciente influencia rusa, china, iraní y cubana en el hemisferio no fue prioridad. Cuenta de los esfuerzos para apretar a La Habana, incluyendo la decisión de revertir una licencia que permitía a las Grandes Ligas traficar con jugadores cubanos y acusa a los dueños de los equipos de estar durmiendo con el enemigo.

Bolton describe varias ocasiones en que los legisladores y organizaciones anticastristas de Florida, sobre todo los de Miami, lo ayudaron a fijar la política hacia Cuba y Venezuela. Se vanagloria de cómo el senador Marco Rubio lo presentó ante cientos de cubanoestadunidenses y venezolanoestadunidenses en Miami diciendo que su nombramiento es un mal día para Maduro y Cuba, y un gran día para la causa de la libertad.

El autor señala que trabajó mucho tiempo sobre estos temas, y el público lo sabía. Bolton no oculta el narcisismo en su libro y destaca los elogios que recibe de fuerzas conservadoras, sobre todo en Miami, por ejemplo, en su presentación ante la Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos, y se enorgullece cuando sus enemigos lo mencionan. Cuba ahora también me ataca por mi nombre; entonces, estoy de buen humor, cuenta.

México es frontera

Sobre México hay sólo unas cuantas referencias en el libro –no hay mención del presidente López Obrador– y casi todo gira en torno a la obsesión de su jefe con la migración y el muro fronterizo. Bolton cuenta de las explosivas disputas internas del gabinete sobre cómo cumplir con la orden de Trump de frenar las caravanas.

Trump insiste en declarar que la frontera con México está cerrada, y se irrita cuando se le explican las complicaciones; en una reunión gritó: Díganles que el país está cerrado… es como una sala de cine cuando está llena, además de recordar a sus ministros y asesores: los ciudadanos “me eligieron por este tema…”

En un polémico episodio, el entonces jefe de gabinete John Kelly estaba en la Oficina Oval con Trump cuando llegó un mensaje de que el yerno del presidente, Jared Kushner, deseaba reportar al mandatario su conversación con el canciller mexicano Luis Videgaray. Kelly, irritado, preguntó por qué Kushner estaba hablando con los mexicanos, y Trump respondió: porque se lo pedí. ¿De qué otra manera vamos a frenar las caravanas?, y agregó: Ninguno de ustedes, genios, ha logrado frenar las caravanas.

Kelly, como otros han hecho, contempló renunciar por este tipo de intercambio con el jefe, comentando a Bolton: He comandado hombres en combate y nunca he tenido que aguantar mierda como ésta.

Tomado de La Jornada

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