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El presidente Daniel Ortega, por el FSLN de Nicaragua, acompañado por Rosario Murillo, su vicepresidenta. Autor: Foto tomada de video, transmitido por Venezolana d Publicado: 29/07/2020 | 12:21 am
De dónde venimos los pueblos aún perseguidos por la voracidad del imperio, hacia dónde vamos y cómo podemos alcanzar más expeditamente ese mañana: tal mirada amplia fue la que ofrecieron los representantes de los tres partidos políticos que usaron de la palabra en la Reunión de líderes que conmemoró los 30 años del Foro de Sao Paulo.
Fueron también ellos, al propio tiempo, voceros de los tres países de América Latina y el Caribe a los que el imperio ataca con más saña y hace objeto de agresiones que tienen larga data.
Por eso no debe extrañar que al hacer uso de la palabra, los presidentes Daniel Ortega, por el FSLN de Nicaragua; Nicolás Maduro, del venezolano PSUV, y Miguel Díaz-Canel, del Partido Comunista de Cuba, lograsen reflejar la historia compartida, y las preocupaciones y aspiraciones de toda una región, representada en el Foro por más de 120 partidos y movimientos políticos que desde hace algunos años comparten espacios con los movimientos sociales y populares preocupados, igualmente, por un mundo mejor, y que se han ido nucleando desde que, en julio de 1990, quedara fundada esa instancia gracias a la mirada aguzada y el genio presto de Fidel, y al protagonismo de Lula.
Treinta años después, los procesos de cambio que tuvieron lugar durante «la década bellísima» —como la llamó Nicolás Maduro—, y bajo cuyo influjo se fundaron la Unasur, el ALBA y la Celac al tiempo que se perfeccionaban otros esquemas integracionistas, demostraron que el fin de la historia no había acaecido con el derrumbe del llamado socialismo este-europeo, cuando parecía que «se apagaban todas las luces».
De las experiencias de esas tres décadas y las lecciones que deja al mundo la impotencia (¿o la inacción?) de los sistemas neoliberales frente a la pandemia desatada por la Covid-19, se habló también en el encuentro virtual moderado desde Brasil por Mónica Valente, secretaria ejecutiva del Foro.
La cita conmemoró otro aniversario importante para la izquierda continental: los 66 años que cumpliría este martes Hugo Chávez, modelo de líder progresista, y quien fue evocado en un material audiovisual regalado a la cita por Maduro.
Obsequio del Presidente venezolano al Foro fue también un tomo con artículos que recogen las vivencias de la Revolución Bolivariana desde el año 2016 hasta hoy. Se llama La épica del bravo pueblo y es una compilación de análisis «que permitirá ver la épica del pueblo venezolano desde 2016 por construir el socialismo (...) Ese es nuestro regalo desde Venezuela, dijo. «Nuestra experiencia».
El neoliberalismo, el peor virus
Del pasado común habló Daniel Ortega, al recordar el coloniaje y las «mil batallas» que libraron nuestros pueblos, que «no estaban dispuestos a someterse».
Como lo expresara Fidel, a partir de ahí nuestros pueblos no pararían de andar jamás. Empezamos a andar con la fuerza de las ideas de Bolívar no solo por la independencia, sino por la unidad de nuestros pueblos, apuntó.
Recordó Daniel que «los países que luego serían de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) empezaron a dar entonces los pasos prácticos para la unidad de nuestros pueblos. Para alcanzarla, pasamos por la Revolución Cubana, que sentó una bandera e hizo carne y sangre el ideario de Bolívar».
Ese mismo ideario, evocó, había sido recogido por Augusto César Sandino en su batalla contra los invasores yanquis. Y antes por José Martí, dando la batalla por la libertad de Cuba, nación bloqueada de la que enalteció su solidaridad, «más allá de las diferencias ideológicas o políticas con otros gobiernos».
En su recuento apuntó que 20 años después de la Revolución Cubana triunfó la Revolución Sandinista, en cuyo primer aniversario estuvieron Lula y Fidel. «Ahí fue cuando se encontraron, en 1980», puntualizó.
Ahora se mantiene sobre la región la política imperialista de «divide y vencerás», dijo más adelante. «Es difícil sostener la unidad en estas condiciones, reconoció, pero los pueblos son sabios…», y recordó el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en México y de «los dos Fernández» (Alberto y Cristina) en Argentina, como contracara de los procesos de restauración neoliberal impuestos en otros países.
Son momentos duros para Nuestra América y para el mundo y esta pandemia que tanto daño está haciendo. Pero el virus mayor es el neoliberalismo, esencia misma del imperialismo y de la maldad, consideró. «Hay que acabar con el neoliberalismo».
Una nueva izquierda
De continuidad e hilo histórico de «la historia grande» de América Latina y el Caribe calificó Nicolás Maduro, a su turno, a los actuales procesos revolucionarios y progresistas cuyas fuerzas, dijo más adelante, «debemos caracterizarnos por la inclusión, el carácter plural y democrático.
«Las puertas abiertas a todos los movimientos revolucionarios, de avanzada, políticos, de intelectuales...», dijo después, acerca de la vocación del Foro de Sao Paulo. Eso, dijo, echó las bases de lo que vino después: «Esa década bellísima, esos procesos que nos condujeron a la fundación del ALBA, Petrocaribe, Unasur, la Celac… no habría sido posible si no es por los procesos unitarios promovidos desde el Foro». Esa instancia, dijo, ha sido una fuerza de avanzada en América Latina y lo siegue siendo, y también en África, Asia, Europa y Estados Unidos.
«El Foro de Sao Paulo sigue siendo la instancia más amplia, incluyente, y de mayor representatividad en América Latina y el Caribe y es padre de los procesos integracionistas profundos que vivimos en más de una década».
Recordó que esos procesos de unión arrancaron con el triunfo electoral de Chávez en 1998 y la llegada luego al poder de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, Néstor Kirchner en Argentina, el Frente Amplio en Uruguay, y los triunfos consecutivos de Evo Morales, Rafael Correa, el FSLN, el FMLN, el padre Fernando Lugo en Paraguay y los triunfos progresistas que se constataron en todo el Caribe.
Aseguró Maduro que vendrá una nueva ola de avanzada que retome la agenda unionista de Unasur y la Celac. ¿Qué le ofrece la derecha a nuestros países? ¿Qué ha hecho Bolsonaro por Brasil o la derecha en Bolivia?, llamó a reflexionar.
«Nosotros somos el cambio, la renovación, el futuro», dijo, revirtiendo la propaganda mediática de la derecha que se presenta como protagonista del cambio.
Para lograrlo, Maduro llamó a romper el sectarismo y el dogmatismo y a combatir la burocracia en todas sus formas, en una exhortación a ir hacia una «nueva izquierda renovada» capaz de unir a todos los movimientos de cambio y avanzada, y ser capaces de presentar en cada país proyectos de cambio a corto y mediano plazos, rescatando las banderas históricas.
El Presidente bolivariano auguró también que las elecciones legislativas pautadas para diciembre en su país serán un triunfo de las fuerzas bolivarianas, y consideró que estas tendrán la capacidad de presentar un gran bloque amplio del Polo Patriótico, con la presencia de todas las fuerzas progresistas.
«El Foro de Sao Paulo está más vivo que nunca», aseveró. «Cuenten con Venezuela para seguir fortaleciendo este espíritu de rebeldía, unitario, latinoamericanista y caribeño».
El encuentro lo cerraron las palabras del Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, con una intervención durante la cual denunció la agresión de Estados Unidos contra nuestras naciones, y destacó la evidencia del fracaso neoliberal que puede verse en la inefectividad de las naciones bajo ese modelo en el control del nuevo coronavirus.
Díaz-Canel también puso la mirada en el panorama político regional y convocó a las fuerzas políticas que integran el Foro de Sao Paulo «a movilizarse unidos para enfrentar los nuevos desafíos, junto a los movimientos sociales y populares y los intelectuales de izquierda».
El Foro de Sao Paulo está más vivo que nunca; cuenten con Venezuela, expresó el presidente Nicolás Maduro.
