Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Jóvenes, como ángeles de la vida frente a la COVID-19 en Zulia

Quienes integran la cuarta brigada del Contingente Ernesto Che Guevara en Venezuela, son en su mayoría jóvenes. A continuación algunas historias

Autor:

Jorge Pérez Cruz

«Ver cómo se recuperan los pacientes, a pesar de ser tan difícil el manejo, porque esta enfermedad es algo nuevo para todos nosotros, nos da fuerza para continuar luchando contra la Covid-19».

La joven guantanamera Aliuska Rodríguez Valle, enfermera intensivista, devela la razón que la estimula a mantenerse firme en zona roja atendiendo a las personas afectadas por el Sars-CoV-2, en el Hospital Universitario de Maracaibo, en la ciudad homónima del Estado venezolano de Zulia, fronteriza con Colombia.

«Los trajes molestan mucho y hay que limitarse durante varias horas de ir al baño, pues  así es menor la posibilidad del contagio, pero para este personal no hay nada imposible. Así nos educaron Fidel y la Revolución, por eso Venezuela y el mundo pueden seguir contando  con este gran ejército de Batas Blancas».

Ímpetus y decisión   

Habla con firmeza en nombre de los 51 colaboradores cubanos, en mayoría jóvenes, de la cuarta brigada del Contingente Ernesto Che Guevara: médicos especialistas y diplomados en terapia intensiva; enfermeros intensivistas, licenciados, y técnicos en Laboratorio Clínico, Imagenología y Electromedicina, que marcharon decididos para el lugar más complejo desde el punto de vista epidemiológico en ese momento.

Recuerda que el 17 de junio, al filo de las 10 de la noche, recibió una llamada del doctor Reynaldo Moreno García (Las Tunas), coordinador del Centro de Diagnóstico Integral Mariscal Antonio José de Sucre, en Esteros de Camaguán, uno de los 15 municipios del Estado de Guárico, donde llevaba 30 meses de misión y laboraba entonces junto a su esposo, colega  y también guantanamero Reinier Chue Noris.

«Nos hizo la propuesta de integrar la brigada  y no titubeamos. En la mañana ya todo estaba listo y partimos a la nueva misión. Vinimos a Zulia a cumplir con nuestro deber, convencidos de que un enfermero debe ser altruista y solidario. Así nos forma la Patria», argumenta. Y así lo están haciendo.  

A sus 33 años de edad, Aliuska muestra serenidad y confianza en su desempeño, «¿miedo?, cuando iniciamos sí, para que lo voy negar. Imagínese, me enfrentaba a algo totalmente nuevo para mí y para los demás compañeros,  con muchos riesgos, pero hemos ido venciendo esos temores y a la muerte. Todos cumplimos las medidas de bioseguridad y nos cuidamos unos a los otros».  

Premio a los desvelos

Gracias a sus desvelos y entrega, todos los enfermos bajo las pupilas de estos auténticos ángeles por la vida han vuelto recuperados al seno familiar, y estos testimonios de agradecimiento son otro argumento que desmonta las infames campañas imperiales contra la colaboración médica de Cuba en el extranjero.

El día de la alta médica hospitalaria, el paciente zuliano Jorge Lara, de 48 años de edad, todavía tose al hablar y su cuerpo muestra el impacto de la enfermedad, pero buscó fuerzas y aliento y les dijo:

«Agradecido con Dios y con toda la delegación cubana por haberme dado la posibilidad de volver a la vida, de volver a la Tierra. No hay cómo explicar un sentimiento tan grande por esa entrega de cada uno de ustedes, sin importarles el día, la hora. Es algo que no podría explicar».

Relata Aliuska que Jorge Lara pasó 26 días  bajo los cuidados de los tres equipos multidisciplinarios cubanos con que cuenta la brigada. Estuvo muy delicado debido a las complicaciones de esta enfermedad y un tiempo acoplado al respirador mecánico, alimentándose por sonda nasogástrica e hidratándose mediante un abordaje venoso profundo.  

Igual de agradecido Anthony Arellano les expresó: «Nunca pensé verme en esta situación. Les doy muchas gracias a Dios y a ustedes, porque están ahí con ese apoyo todo el tiempo, a pesar de las presiones, de los trajes que no es fácil vestirlos las 24 horas, pero siempre tienen un juego, un ánimo, siempre están motivados porque les gusta lo que hacen». 

Historias como estas abundan en la  hoja  de servicios gratuitos  y de calidad que brindan los más de 21 mil trabajadores de la Salud de Cuba en Venezuela, quienes por decisión propia y respetando la voluntad soberana de ambos gobiernos, desarrollan acciones de complementariedad que enaltecen la obra humanista de las dos Revoluciones.

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.