Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Biden tendrá firme interlocutor en Irán

Una contundente mayoría de votantes iraníes desafió la «máxima presión» que Estados Unidos emplea para rendir a la Revolución Islámica y eligió presidente a uno de sus más firmes protagonistas

 

Autor:

Leonel Nodal

El nuevo presidente de Irán, Ebrahim Raisi, confirmó su victoria con el 61,95 por ciento de los votos  emitidos en los comicios realizados el pasado viernes 19 de junio.

La elección de Raisi estuvo precedida por una furibunda campaña de descrédito de grupos opositores del exterior que, en especial en Estados Unidos, encuentran apoyo político y financiero.

Ante el fracaso de la política de «máxima presión» y las severas e ilegales sanciones económicas impuestas por Donald Trump y mantenidas por Joe Biden, apostaron a la abstención, para restarles legitimidad.

Sin embargo, los medios hegemónicos, que marcan las pautas informativas de Washington, debieron admitir el duro revés.

Según The Washington Post, por ejemplo, «los iraníes votaron en una elección que parecía tener un resultado predeterminado (…) por el juez ultraconservador, conocido por su lealtad a la estructura de poder clerical de Irán».

Lo que les duele es la disposición de una mayoría de casi 18 millones de electores iraníes, hombres y mujeres, que a pesar de las penurias debidas al bloqueo económico, las amenazas y agresiones terroristas —ejecutadas por Israel— dieron su voto a la resistencia y a un protagonista de la Revolución Islámica de la primera hora.

Raisi, actual jefe del Poder Judicial, nació el 14 de diciembre de 1960, en Mashhad, noreste de Irán, donde desde sus días de estudiante se destacó en las luchas contra la dictadura del Shah Reza Pahveli.

En 1979, tras la caída de la monarquía (puesta en el poder en 1953 por Gran Bretaña y Estados Unidos mediante un golpe militar), Raisi entró al Poder Judicial y fue nombrado fiscal en las ciudades de Karay y Hamedan, con solo 20 años.

El Presidente electo, quien iniciará su mandato el próximo 3 de agosto, llegó a ser el fiscal general del país entre 2014 y 2016, y el vicepresidente del Poder Judicial entre 2004 y 2016.

«El anuncio de su contundente victoria  señaló una asombrosa consolidación del poder, devolviendo el liderazgo electo a los de línea dura y marginando a los reformistas que negociaron un acuerdo nuclear con las potencias mundiales y propugnaron un mayor compromiso con Occidente», dijo The Washington Post, conocido vocero del aparato de poder estadounidense.

A pesar de admitir el rotundo éxito del campo de la firmeza y la resistencia, el análisis subraya la presunta existencia de una división en el seno del poder político, llamando «ultraconservadores» a los más ardientes defensores de la Revolución que recobró la soberanía
sobre la riqueza nacional y se libró de la política neocolonial de las multinacionales petroleras.

Otro ejemplo de la visión que se vende al mundo a fin de moldear la opinión pública, típica de la perspectiva gubernamental  aparece cuando dice que «la victoria de Raisi también mostró la determinación del establecimiento conservador de Irán, incluidas sus agencias de seguridad e inteligencia, de eliminar cualquier desafío político en un momento crítico».

Los analistas del The Washington Post ofrecen un enfoque conspirativo en el ejercicio del poder en Irán al citar el papel de «las agencias de inteligencia», como si no fueran órganos al servicio de la seguridad nacional del país, un tema permanente en los debates políticos de Estados Unidos.

Sin embargo, reconocen que la victoria de Raisi no descarrilará las negociaciones en Viena entre Teherán y las potencias mundiales para reactivar el acuerdo nuclear de 2015, que el presidente Trump abandonó en 2018 para reimponer duras sanciones a Irán, a tono con los intereses de Israel.

Un hueso duro de roer para Biden

Raisi expresó su voluntad de reactivar el acuerdo, conocido como el Plan de Acción Integral Conjunto, o JCPOA, en línea con las instrucciones impartidas por Alí Hoseiní Jamenei, líder supremo de Irán.

Sin embargo, el mandatario electo fue categórico en su perspectiva de la posición iraní. En la primera conferencia de prensa, tras la confirmación oficial de su victoria, Raisi consideró imprescindible que Washington levante todas las sanciones y vuelva a cumplir todas las promesas estipuladas en el acuerdo nuclear suscrito en 2015 entre Irán y el G5+1, integrado por EE. UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania.

«Los europeos no deben dejarse influir por la presión estadounidense y deben actuar de acuerdo con lo que han prometido; esta es la demanda de la nación iraní», recalcó.

De hecho, dejó muy claro que esas  negociaciones nada tienen que ver o pueden vinculase al asunto mucho más amplio y complejo de las relaciones políticas o diplomáticas con Estados Unidos.

Al ser preguntado sobre una posible reunión con el Presidente de EE. UU. en caso del levantamiento de sanciones antiraníes, el mandatario electo de Irán respondió con un «No» rotundo.

¿Sucesor de Jamenei?

La especulación en Occidente llega a considerar a Raisi  como un elemento fijo del establecimiento de línea dura de Irán desde los 20 años, y un posible sucesor del líder supremo.

En realidad, en 2019 Raisi fue elegido vicepresidente de la Asamblea de Expertos de Irán, encargada de elegir al próximo Líder Supremo, cuando fallezca Jamenei, quien por ahora goza de buena salud.

La victoria presidencial de Ebrahim Raisi marca el amanecer de una nueva era para sus seguidores. Foto: AP

Lo que sí parece seguro es que la  presidencia de Raisi marcará un  rumbo de firmeza y apego a los principios de la Revolución Islámica, que tanto incomoda a Estados Unidos y sus aliados, en particular a Israel.

Los propios analistas citados en la prensa estadounidense, que por lo regular reflejan el punto de vista oficial, no se hacen ilusiones respecto a posibles aperturas liberales hacia Occidente o reformistas en Irán.

Al analizar la misión que aguarda  al nuevo gobernante de la nación persa, la cadena iraní Al-Alam señaló que, de hecho, las elecciones del país se traducen en un nuevo referéndum sobre las políticas internas y externas y todos los desafíos que enfrenta la República Islámica.

Según expertos citados por el reporte, los comicios de Irán tienen una gran trascendencia, en primer lugar, porque el país persa es una parte fundamental del eje de la Resistencia en la región Oriente Medio, Asia Occidental y Central por su influyente posición geoestratégica y las relaciones existentes con Rusia y China, dos potencias con las que ha forjado importantes acuerdos.

Por lo tanto, agrega, el mantenimiento de estos logros para fortalecer la Resistencia en la región, los actos provocativos del régimen de ocupación israelí, los desafíos del saqueo de los recursos, el terrorismo sionista y el terrorismo de Daesh, así como el caso nuclear iraní, son las principales cuestiones que el nuevo mandatario persa debe encarar.

Los expertos iraníes pronostican que el poderío de la República Islámica aumentará después de estas elecciones presidenciales, que pusieron de relieve la participación masiva y la seguridad, muestras de una robusta democracia y plena soberanía.

 

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.