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De izquierda a derecha —en la singular gráfica hasta hoy inédita de un suceso igualmente desconocido— Omar Mirabal Ferrera, entonces miembro del Buró Nacional de la UJC; Regla Fernández González, funcionaria del Comité Nacional de la UJC que atendía el Medio Oriente; Armando Morgan, ya fallecido, del Equipo de Servicios de Traductores e Intérpretes —ESTI, hoy del Minrex—; Irma Cáceres, corresponsal de Prensa Latina en Beirut, Líbano, y Carlos Lastra Mederos, encargado de Negocios de la Embajada de Cuba en ese país. Autor: Cortesía de Carlos Lastra Mederos Publicado: 21/08/2021 | 09:01 pm
Una imagen hasta hoy inédita del encuentro del líder palestino Yasser Arafat con varios jóvenes cubanos, a fines de 1977, hace 44 años, en Beirut, Líbano, nos permite abordar un importante suceso solidario desconocido por nuestro pueblo, especialmente por la juventud cubana.
Explicar las circunstancias de dicha gráfica y referirnos a los compañeros que aparecen en ella, nos permite también, a propósito de la reciente celebración del cumpleaños 95 de Fidel Castro, Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, mencionar que precisamente en otro agosto, un 22 pero de 1929, el destacado revolucionario del Medio Oriente, nació en El Cairo, Egipto, y ahora cumpliría 92 años.
La foto que captó tal encuentro fue tomada en uno de los sitios de la capital libanesa donde el luchador de la causa palestina permanecía en forma clandestina alrededor de una semana y se mudaba enseguida para otro lugar que aconsejaba su seguridad personal, ante la diabólica persecución del régimen sionista de Israel, que trató siempre de asesinarlo.
Por ese motivo, según nos confesó hace algún tiempo el ex diplomático cubano Carlos Lastra Mederos —quien nos envió por correo postal la fotografía— no fue muy fácil dar con el paradero exacto de Arafat, pero él se alegró muchísimo de que Fidel lo invitara a viajar a La Habana y estar en el Caribe con representantes de las juventudes de todo el mundo, en un evento «tan alegre, pacífico, juvenil, amistoso y sano», expresó entonces el gran luchador palestino, según nos cuenta Carlos desde Bejucal, donde reside.
En realidad la prueba fotográfica de aquel suceso, tomada por Prensa Latina entonces, la guardamos para que coincidieran con la conmemoración, en el mismo agosto, del onomástico de los líderes de ambos pueblos hermanos.
Cinco jóvenes cubanos abrazaron a Yasser Arafat al llegar a su lado, y en el instante de la despedida, y según la elemental pero curioso conteo que nos mencionó por teléfono nuestro amigo —diplomático primero, bancario y periodista después— fueron diez los abrazos simbólicos que se dieron Cuba y Palestina en aquel solidario encuentro.
En la foto, de izquierda a derecha, aparecen Omar Mirabal Ferrera, entonces miembro del Buró Nacional de la UJC; Regla Fernández González, funcionaria de la Juventud que atendía el Medio Oriente; Yasser Arafat, héroe y líder palestino; Armando Morgan, ya fallecido, del Equipo de Servicios de Traducción e Interpretación —ESTI, hoy del Minrex—; Irma Cáceres, en esa etapa corresponsal de Prensa Latina, y Carlos Lastra Mederos, encargado de Negocios de la Embajada de Cuba en Beirut.
Hace pocas horas, Luis Felipe Vázquez Vázquez, ex embajador en varias regiones del mundo, nos contó que, como representante de Cuba en el magno encuentro juvenil del planeta en suelo cubano, tuvo el honor de recibir a Arafat, procedente del aeropuerto habanero, en la sede de la Comisión Permanente del Comité Internacional del XI Festival, situada en la calle 100, entre Boyeros y Vento, en La Habana. Además visitó la escuela primaria República Popular de Angola, ubicada frente a los locales de dicha Comisión Permanente, escenario de un masivo acto por el aniversario 25 del asalto al cuartel Moncada, en el que Yasser Arafat habló y se refirió a la causa palestina, a la amistad entre los jóvenes de todo el orbe, a la importancia del evento en sí mismo, a la solidaridad que se merecía nuestra patria y al gesto fraternal de Fidel de invitarlo.
Algo sobre Yasser Arafat
De siete hermanos el más pequeño, Fathi y él fueron los únicos que nacieron en El Cairo, Egipto. El padre fue Abdel Raouf al-Qudwa al-Huseini, natural de Gaza, y la madre Zahwa Abul Saud, de Jerusalén. Su nombre de guerra en 1950 era «Abu Ammar», palabras vinculadas con uno de los compañeros más cercanos a Mahoma. Fundó el grupo de lucha Fatah, acrónimo inverso del nombre árabe Harakat al-Tahrir al-Watami al-Filastini, o Movimiento de Liberación Nacional de Palestina. A mediados de 1967, Arafat cruzó disfrazado el bíblico río Jordán, entró en Cisjordania y estuvo en Hebrón, la zona de Jerusalén y Nablus.
Fijó la sede de Fatah en la aldea jordana de Karamé —en árabe dignidad— y cuando un general jordano le sugirió que se ocultara en unas colinas cercanas más protegidas, le respondió: «Queremos convencer al mundo de que aún hay árabes que ni huyen ni se rinden». Una noche Israel atacó con blindados, acorazados y aviones caza la aldea de Karamé. Pero Arafat no abandonó el campo de batalla, aunque en la alevosa agresión murieron 150 militantes de Fatah, 28 israelíes y 20 jordanos. La revista estadounidense Time escribió sobre aquella masacre, y en su portada de 1968 puso la cara optimista y firme de Arafat a circular por numerosos países. El 3 de febrero de 1969 pasó Yasser a la Presidencia de la OLP en El Cairo. En 1971, desde Siria, cruzó también secretamente hacia el Líbano, y en 1973 se convirtió en el máximo dirigente de las fuerzas palestinas. A los 75 años de edad, el 11 de noviembre de 2004, en horas de la tarde, murió en el hospital militar de la ciudad francesa de Clamart, cerca de París.
