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Aukus provoca a China, a Rusia y al mundo

Uno de los objetivos de Aukus; nombre que corresponde a la unión de las siglas de la tríada: A, por Australia, UK por Reino Unido y US por Estados Unidos; dar nuevo «aire» al complejo militar industrial manteniéndose en la primera línea del lucrativo negocio de la guerra y la muerte

Autor:

Juana Carrasco Martín

El viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, tras negociaciones con Estados Unidos sobre la estabilidad estratégica, declaró enfáticamente que el nuevo bloque de seguridad regional entre Australia, Estados Unidos y el Reino Unido (Aukus) contradice el régimen de no proliferación de las armas nucleares. Moscú llevará la nueva  provocación que amenaza el equilibrio mundial ante el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

Hay mucho de lo cual preocuparse en la región, pues el pacto implica que transferirán tecnologías de propulsión nuclear a Australia, con la construcción de ocho submarinos nucleares para la isla-continente.

«Es sabido que para la parte rusa, lo que pasa con los arsenales nucleares de los aliados cercanos europeos de EE. UU. ―Reino Unido y Francia― es una prioridad. Conocemos las intenciones de Londres de seguir la vía del aumento de sus capacidades en esta materia. Tal vez no ahora, pero sí con el tiempo. Es un momento serio que no se debe pasar por alto», manifestó Riabkov, citado por Russia Today.

La nueva alianza que se extiende a la zona de dos océanos, el Índico y el Pacífico, fue anunciada el 16 de septiembre por el presidente de EE. UU., Joe Biden; el primer ministro británico, Boris Johnson; y el primer ministro de Australia, Scott Morrison. Esa cooperación trilateral ha hecho que el Gobierno de Canberra eche a un lado el programa de submarinos franceses que suponía la construcción de una flota de 12 sumergibles convencionales en un contrato por 66 000 millones de dólares.

Es fácil reconocer una primera reacción en París, que calificó al pacto de «puñalada por la espalda» y llamó de inmediato a sus embajadores en EE. UU. y en Australia, pues la nación gala ha sido ninguneada y a un costo altísimo para su industria militar y su economía.

Ahí hay uno de los objetivos de Aukus —nombre que corresponde a la unión de las siglas de la tríada: A, por Australia, UK por Reino Unido y US por Estados Unidos—, dar nuevo «aire» al complejo militar industrial manteniéndose en la primera línea del lucrativo negocio de la guerra y la muerte, cuando la economía, maltratada como nunca en estos tiempos de COVID-19, necesita ese empujón que, por supuesto, no es el único.

Morrison dijo luego que Australia también adquiriría misiles de crucero Tomahawk de largo alcance de Estados Unidos, y se conoce que el Aukus también prevé la cooperación de la tríada en materia de inteligencia artificial, ciberseguridad y tecnología cuántica aplicada al armamento naval. La puerta está abierta.

Otro propósito fundamental es consolidarse en la estratégica región del Asia-Pacífico, sobre todo para Washington, y la intención anunciada con reiteración por el presidente Joseph Biden de «América está de vuelta». Según un artículo del Financial Times de mediados de año, ese regreso está enfocado en China y quiere que sus socios también tengan al gigante asiático como la principal preocupación y, por supuesto, tenerla en la mira. Aukus sería el francotirador más próximo al objetivo, solo que ha dejado fuera a algunos socios.

Así es, el pacto militar tiene como principal blanco a China, a quien provocan con esa peligrosa decisión para el mundo, y solo en venganza porque se le va delante en la guerra comercial y económica, como han expuesto algunos analistas internacionales.

Como era de esperarse, China expresó de inmediato su «grave preocupación» por el Aukus, y coincidió con Rusia al calificarlo de pacto que «socava los esfuerzos internacionales de no proliferación nuclear».

Estados Unidos debe «renunciar a la obsoleta mentalidad de suma cero de la Guerra Fría», alertó Beijing. Por su parte, Pyongyang también se ha sentido amenazada y advirtió que la alianza «desatará una carrera armamentística nuclear en cadena».

Una vez más Washington saca las garras, se hace acompañar por socios cercanos y abre el peligroso juego geopolítico que está en pleno desarrollo. Habrá mucho más de que hablar y preocuparse.

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