La historia que contaré es tan socorrida, que pudiera haber ocurrido dos años atrás, hace tres meses, o ahora mismo. La conozco al dedillo, de tantas veces que me acecha en ca- sos que atiende la sección Acuse de Recibo. Es casi el mismo libreto, y solo cambian escenarios y protagonistas. Pero es real en Cuba hoy. Y eso me sobresalta a veces...
Mi amigo y colega Luis Raúl Vázquez citó el ejemplo hace muchos meses: un reportero preguntó sobre la recuperación en un lugar afectado por cierto meteoro y del otro lado recibió una respuesta empapelada: «Nos queda un cinco por ciento crítico; pero ya concluimos cerca de un 20 y avanzamos a un ritmo similar».
«Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre». Con estas palabras comenzó Fidel su memorable discurso en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992. Era un tiempo huérfano de esperanzas para muchos. Los mapas ya habían «cambiado de color», y el hambre —hidra silenciosa— seguía escalando las paredes humanas.
También era otro el lema del rotativo: «Todas la...
No quisiera contradecir la opinión ajena, pero pienso que nos es imprescindible reflexionar. No a la defensiva, que atrabanca el paso o conden...
Y en medio de los dos días de duelo que decretara el gobierno capitalino para rendir honores a las más de cien víctimas, entre ellas numerosos niños, que murieron el viernes último sepultadas en los escombros de una escuela en el suburbio de Pétion-ville, nuev...
Por fortuna, ese tiempo ha quedado superado, aunque «donde hubo fuego...». Así, las agencias de noticias traen por estos días informaciones que no desearíamos escuc...
Lo que no puede develarnos la vista de cubierta es lo que en realidad resul...
Al hecho perturbador que origina el anuncio de la llegada de cada huracán, más todavía en esta temporada, tras las bárbaras arremetidas de Gustav y Ike, se sumó ahora el asombro por anunciar al devastador bajo el nombre de Paloma.
Eduardo Dimas eligió ser polvo sobre el mar de rocas y azules violentos que enamora la vista sobre Santa Cruz del Norte, muy cerca del Hershey de sus primeros recuerdos. Hasta allí lo llevamos junto a su esposa y sus hijos, los colegas y amigos del oficio que ejerció por más de 30 años con paciencia y estilo de maestro.