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La semana Nobel ha hablado

Los galardonados en diversas áreas científicas demuestran un largo aval de aportes revolucionarios a la humanidad

Autor:

Iris Oropesa Mecías

El primer anuncio llega y se desata así ese goteo de suspense que trae el «ambiente Nobel». Es la extraña expectación que llena varios días del calendario cuando se hacen públicos los premios más prestigiosos del mundo, con los que se honra el testamento de Alfred Nobel, cuando deseó que su fortuna se distribuyera «anualmente en forma de premios a quienes, durante el año anterior, hayan conferido el mayor beneficio a la humanidad».

Si bien los lauros han terminado por premiar mayores beneficios a la humanidad que trascienden el año anterior, siguen honrando a quienes más aportan a esa colectividad a la que pertenecemos, y a diferencia de ocasiones en que surge la polémica, esta vez tuvieron los nombres muy bien puestos.

Medicina: mirando donde nadie mira

Los estadounidenses Harvey Alter y Charles Rice  y el británico Michael Houghton, pusieron nombre al primer anuncio de la semana Nobel, por, grosso modo, ser los descubridores del virus de la Hepatitis C.

Antes de que ellos llegaran, el mundo conocía solo dos tipos (A y B), pero gracias a sus años de investigación, fue posible identificar el tercero: la peligrosa versión que explicaba los casos de Hepatitis transmitida por sangre. De ese modo, su proeza científica fue que «hicieron posible salvar millones de vidas», señaló el Comité.

La hepatitis C es una de las variantes más dañinas y letales de las hepatitis virales y la segunda enfermedad infecciosa más mortífera después de la tuberculosis.

Se piensa que mayormente se contrae por compartir agujas con alguien infectado o recibir transfusiones de sangre contaminada con el virus (antes de 1990 no se revisaba la sangre donada en busca de este virus).

Harvey J. Alter fue codescubridor de un antígeno clave para detectar el virus de la hepatitis B, y más tarde encabezó un proyecto en el Centro Clínico del NIH que creó un almacén de muestras sanguíneas utilizadas para descubrir las causas y reducir el riesgo de hepatitis asociada a las transfusiones, hasta devenir investigador principal de estudios para identificar la hepatitis C.

Michael Houghton, por su parte, realizó aportes para la detección de la ubicación del origen del virus, mientras Charles M. Rice ha investigado la replicación del virus y las respuestas inmunes innatas que limitan la infección.

Abrir agujeros al desconocimiento

El Premio Nobel de Física recayó esta vez en el británico Roger Penrose, el alemán Reinhard Genzel y la estadounidense Andrea Ghez, por sus avances en el conocimiento de esos enigmáticos y obsesionantes fenómenos conocidos como agujeros negros.

Por su parte, Penrose probó que los agujeros negros son una sólida predicción de la teoría general de la relatividad, la cual permaneció durante años como solo eso, teoría.

Por otro lado, Genzel y Ghez encontraron un objeto masivo —4 millones la masa de nuestro Sol— en el centro de la Vía Láctea. Andrea Ghez, además, se convirtió en la cuarta mujer en ganar un Nobel de Física.

Göran K. Hansson, secretario de la Real Academia Sueca de Ciencias, dijo en la ceremonia del martes en Estocolmo que el premio de este año trataba de «los secretos más oscuros del universo». Y llevaba razón, pues en los últimos años ese misterio eterno que parecían ser los agujeros, han sido no solo fotografiados, sino también estudiados con más profundidad que nunca y lo que cuentan sobre los comportamientos en el espacio y demuestran sobre leyes y teorías físicas es un cúmulo monumental de fresco conocimiento.

Las tijeras químicas siguen cortando

Hablando de mujeres galardonadas habría que decir que el campo de la Química se llevaron los aplausos dos damas que han profundizado en una técnica que sigue en el centro de los avances más prometedores y que hemos comentado a fondo en nuestra sección: la edición genética.

En este 2020, el Premio Nobel de Química fue para la francesa Emmanuelle Charpentier y la estadounidense Jennifer A. Doudna. Creadoras de una herramienta que en el futuro podría ser la solución más exitosa contra las enfermedades crónicas como el cáncer o el VIH-Sida.

Ellas crearon el método con el que se puede marcar con enzimas una secuencia genética dañada —causante de la enfermedad— y luego «recortar» ese tramo el ADN de animales, plantas y otros organismos con extrema precisión. «Esta tecnología ha contribuido a nuevas terapias contra el cáncer y puede hacer realidad el sueño de curar enfermedades heredadas», señalaba el Comité de los Nobel, con toda justicia.

La emocionante economía de subasta

Los estadounidenses Paul R. Milgrom y Robert B. Wilson, matemáticos y profesores de la Universidad de Stanford, obtuvieron este lunes el Premio Nobel de Economía y consolidaron así la presencia de economistas de esa nación en la alfombra roja de los Nobel.

El lauro llegó «por sus mejoras en la teoría de subastas y la invención de nuevos formatos de subastas», según anunció la Real Academia de las Ciencias Sueca.

Las investigaciones de ambos revolucionaron dicho campo, crearon un mercado más eficiente para compradores y vendedores, y contribuyeron a maximizar los ingresos de las arcas públicas en el mercado eléctrico, petrolífero o de telecomunicaciones, explica el medio español El País.

Los lauros en campos no propiamente científicos, como el premio de Literatura y el de la Paz, recayeron en la poetisa estadounidense Louise Glück y en el programa Mundial de Alimentos de la ONU, dedicado a la eterna lucha contra la hambruna de los más desfavorecidos en todo el mundo.

Nobel online

Este año, también la cuasisagrada entrega de los premios, con sus tradicionales discursos y medallas ha cambiado, como casi todo en el mundo. Se llevará a cabo según la tradición, el 10 de diciembre, día del aniversario de la muerte de Alfred Nobel, pero en lugar de ocurrir en Estocolmo (Suecia), se ha visto cancelada por la pandemia global y cada galardonado recibirá su diploma y medalla en su país de residencia además de ser homenajeado en una versión digital de la ceremonia en el ayuntamiento de la ciudad que contará con una reducida audiencia.

Con gala o sin ella, lo positivo que nos dejan los premios en esta entrega es un mucho menor grado de polémica, puesto que los galardonados son sin dudas, investigadores o activistas que ciertamente poseen una larga carrera de búsqueda, publicaciones, ensayos, experimentación, colaboración, docencia… y un largo aval de aportes a esa obsesión humana de lograr otra respuesta a nuestros cómos y nuestros porqués.

Roger Penrose, Reinhard Genzel y Andrea Ghez han demostrado la veracidad de la teoría de la relatividad en sus estudios físicos. Fotos: Tomadas del sitio oficial de los premios

Emmanuelle Charpentier y Jennifer A. Doudna pueden ser muy recordadas en un futuro en que las enfermedades sean removidas de nuestro ADN. Fotos: Tomadas del sitio oficial de los premios

 

El nobel de economía fue para Paul R. Milgrom y Robert B Wilson. Fotos: Tomadas del sitio oficial de los premios

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