Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Diseñar una «sociedad amigable»

Ante el creciente envejecimiento de la población, urge al diseño adaptar espacios, productos y servicios del entorno para una óptima convivencia de los adultos mayores

 

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

Diversos factores contribuyen a la calidad de vida de un adulto mayor, muchos de los cuales se relacionan con el entorno que lo rodea. En Cuba las estadísticas pronostican para el año 2020 que el 21,5 por ciento de la población será mayor de 60 años, cifra que ascenderá al 30 por ciento para 2030, lo que significa que más de la cuarta parte de la población pertenecerá al grupo de personas de la tercera edad. Para ello será menester «construir» un nuevo tipo de sociedad o, mejor dicho, crear en la ya existente las condiciones idóneas para la convivencia de este grupo poblacional.

El doctor Alberto Fernández Seco, jefe del Departamento de adulto mayor, asistencia social y salud mental del Minsap, ha insistido en la necesidad de diseñar políticas para las personas sobre la base de sus necesidades y criterios, y en el caso de los adultos mayores, urge atender entonces el concepto de «sociedad amigable».

Según la Organización Mundial de la Salud, una sociedad denominada amigable con los adultos mayores estimula el envejecimiento activo optimizando las oportunidades de salud, incrementa la participación y seguridad; además de que mejora la calidad de vida a medida que la gente envejece. En términos concretos, una ciudad adaptada a la tercera edad favorece la accesibilidad de sus estructuras y servicios e incluye a las personas mayores con diferentes necesidades y capacidades.

Más allá de las estrategias que en materia de salud urge implementar, Fernández Seco ha defendido siempre la tesis de que se impone promover desde el diseño creaciones inclusivas, de alto valor estético y práctico, para favorecer el entorno en el que vive la población cubana, marcadamente envejecida, lo que ha sido una de las premisas de la 2da. Bienal de Diseño de La Habana, prevista del 20 de mayo al 16 de junio.

Justamente, la Oficina Nacional de Diseño (ONDi), institución encargada de organizar y ejecutar la política estatal de diseño en Cuba, ha asumido actuar frente al envejecimiento poblacional y estimular la integración a otras políticas vigentes.

Años atrás se iniciaron las investigaciones para analizar las referencias y antecedentes nacionales e internacionales y trazar una estrategia de trabajo acertada. Se potencia entonces el enfoque del gerontodiseño, especialidad que busca proyectar espacios, comunicación, bienes y servicios, con y para los adultos mayores, mediante un diseño sustentable, emocional, universal e inclusivo.

El carácter multidisciplinario e intersectorial del gerontodiseño exige importantes alianzas institucionales para conceptualizar las directrices con el ánimo de articular una política pública comprometida con el desafío.

Se trabaja sobre la base de identificar y convocar a instituciones y organizaciones responsables del cambio social, así como en potenciar alianzas y favorecer el entorno construido a fin de crear espacios inclusivos generadores de un envejecimiento activo. Además, es esencial lograr espacios, productos y servicios que estén diseñados y pensados para el bienestar de todos, incluyendo la tercera edad, de igual forma  promover que las ayudas no sean productos para ancianos, sino prestaciones que tengan los productos.

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