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Escuchar al cuerpo y la razón para planificar el embarazo

Los métodos naturales de planificación familiar no son invasivos al organismo ni contradicen razones económicas o culturales

Autor:

Mileyda Menéndez Dávila

Planificar cada embarazo es una decisión que muchas parejas toman por razones económicas o culturales. El desarrollo de condones, anticonceptivos orales, vacunas y otros métodos modernos lo facilitan, pero no desplazan del todo las variantes naturales, una opción para quienes no pueden acceder a los fármacos por su precio, por razones de salud o por respeto a preceptos religiosos.

Los métodos naturales parten de estimar los días propicios para el coito si se desea ampliar la familia y de necesaria abstinencia para evitar un embarazo.

 

Basados en el cálculo y la observación, son métodos no invasivos y por tanto no comprometen la salud de las mujeres o su futura descendencia y además propician la comunicación y responsabilidad en la pareja.

Cuentas claras y el termómetro cerca

El método natural más conocido es el del Ritmo o del Calendario, también llamado de Ogino-Knauss en honor a sus promulgadores en el ámbito científico. Se basa en estimar los días fértiles de la mujer alrededor de la fecha de su ovulación, fenómeno que se ubica generalmente unos 14 días antes de la siguiente menstruación en ciclos regulares de 28, 29 o 30 días.

En ese momento un ovario libera uno o dos óvulos que pueden permanecer vitales hasta 48 horas y si son interceptados por espermatozoides sanos (estos pueden vivir unas 72 horas) tiene lugar la fecundación. Por tanto se consideran unos cuatro días de máxima probabilidad, pero como los mecanismos biológicos no suelen ser exactos se sugiere extender el plazo hasta ocho.

Así la pareja dispone de unos diez días «seguros» a partir del primer día de la menstruación, seguidos de ocho días aptos para procrear y otros diez sin peligro al final de cada ciclo.

La desventaja de este método es que desestima posibles irregularidades de los ciclos (sobre todo en la pubertad y el climaterio) por cambios hormonales, causados por problemas de salud o estrés.

Por eso es importante llevar un control riguroso de las fechas de menstruación varios meses antes de adoptar el método. Aún así, su eficacia es de un 64 por ciento y no es recomendable como única protección para la pareja.

Otro método es el de la Temperatura Basal, que registra el aumento de ese parámetro biológico (unas dos décimas de grado Celsio generalmente) a partir de una mayor circulación de progesterona después de la ovulación.

Este método es efectivo hasta un 99 por ciento y es muy útil para quienes buscan un embarazo, pero resulta engorroso evitarlo: la mujer debe medir su temperatura todos los días (en la boca preferiblemente) con el mismo termómetro y a la misma hora después de al menos dos horas de reposo, y se impone abstinencia sexual desde el inicio de la menstruación hasta tres días después de que la temperatura haya aumentado dos décimas por encima de la sostenida en seis días anteriores. Por supuesto, si la mujer presenta fiebre por algún proceso infeccioso el método pierde su valor ese mes.

Como los métodos descritos exigen cierto nivel cultural, los doctores Billings desarrollaron una alternativa asequible a personas de baja escolaridad: conocer los días fértiles.

La idea es observar en la entrada de la vagina el moco cervical (secreción del cuello uterino que acompaña a la ovulación) y reflejar sus cambios en una gráfica para establecer el ciclo de fecundidad: a mayor cantidad, viscosidad y claridad, más probable es que se produzca el embarazo.

Una vez conocido, este método es sencillo y muy seguro, pero su aprendizaje requiere de asesoramiento durante al menos tres ciclos.

Otro método directo es el de la Autopalpación Cervical: la mujer debe tocarse regularmente el cuello del útero para saber en qué fase del ciclo se encuentra: en días fértiles el cuello es más blando, está más alto dentro de la vagina y con el orificio entreabierto, mientras que en los días infértiles el cuello se pone duro, cerrado y está cerca de la entrada de la vagina.

En estos dos métodos (Billings y Autopalpación) la pareja puede ser también parte del proceso, participando en la observación o en la confección de los gráficos.

Otra opción es combinar todas o varias de estas técnicas: esto se conoce como método Sintotérmico y es más eficaz que seguir uno solo, pero implica iniciar la abstinencia con el primer síntoma de cualquiera de los métodos elegidos y seguirla hasta el último día señalado por el resto.

Naturales pero costosos

A partir de los mismos principios del ciclo hormonal femenino se han desarrollado otros métodos de planificación no gratuitos, que implican adquirir microscopios de bolsillo para observar sistemáticamente los cambios en la saliva de la mujer, fluido en el que las células siguen un ciclo de vida similar al del moco cervical.

En Cuba estos equipos no están disponibles en el mercado, pero el método se aplica en las consultas de fertilidad de los hospitales y por tanto el análisis de laboratorio está al alcance de todas las parejas que lo necesiten.

Hay técnicas más sofisticadas que miden cambios hormonales en muestras de orina o automatizan el cómputo de las fases de fertilidad según temperatura basal y moco cervical, pero son todavía inaccesibles para la mayoría de las parejas en el mundo por su alto costo de producción.

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