N.O.: Tengo una relación con una buena muchacha a la que quiero y ella me quiere también. Estoy dispuesto a todo por ella, pero soy humilde y su familia le dice que conmigo no tiene futuro. Hago de todo para quitarle esa idea de la mente. Le digo que en una pareja el futuro no lo hace uno, sino los dos. No obstante, su familia sigue interesada más en el dinero que en los sentimientos. Espero me aconsejes, ya no sé qué hacer.
Ella, y no su familia, debe decidir si quiere continuar con un amor sin mayores riquezas materiales. Tú también estás convocado a valorar si continúas con quien sueña un futuro de comodidades provisto por su hombre. Si las ideas de su familia afectan la relación podemos afirmar que no le son ajenas. Cuando opiniones de otros influyen en nuestro estado de ánimo o proceder es porque se enlazan a dudas o criterios propios, algo que no hemos querido analizar pero está en nuestras mentes.
Desde tiempos remotos las mujeres han buscado en el matrimonio seguridad económica, mientras los hombres persiguen esposas devotas a su prole y al orden doméstico. Su familia solo replica ese modelo machista de pareja aún vigente a pesar de ser combatido incluso desde las leyes.
Afortunadamente son más las mujeres que luchan por su independencia económica y más los hombres que comparten responsabilidades del hogar, aunque también crecen los índices de soltería a mayor edad, divorcios, segundas nupcias y familias que se reconstruyen. Como ves, se trata de saber con quién quieres edificar tu futuro y de qué manera. Su familia advierte la «problemática», pero solo ustedes pueden decidir ante un panorama que no promete una elección fácil.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Psicología Clínica, consejera en ITS y VIH/sida y psicoanalista
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