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BEIJING.— Niños chinos y cubanos se llenaron las manos de rosas blancas para luego colocarlas frente a José Martí. Ante el busto del Maestro, esculpido por el artista chino Yuan Xikun, representantes de China, Cuba y Venezuela conmemoraron el 154 aniversario del natalicio del Héroe Nacional de Cuba en el parque Chao Yang, al este de Beijing.
La universalidad y muy especialmente la vigencia del pensamiento del Apóstol fueron destacadas durante una emotiva velada cultural. Los conceptos martianos de unidad, igualdad de razas y búsqueda constante del equilibrio mundial se recordaron tanto por oradores como por los pequeños artistas, quienes escenificaron fragmentos de la obra de José Martí.
La ceremonia de recordación fue una muestra palpable de los profundos e históricos lazos que unen a los habitantes de ambas naciones y de nuestros criterios comunes con raíces ancestrales. Por eso el encuentro en torno al Apóstol fue momento propicio para patentizar la confianza mutua.
José Martí, tal y como destacaron los jóvenes hijos de funcionarios cubanos, emerge hoy como faro para los hombres de buena voluntad.
La voz del académico y gran amigo de Cuba Xu Shicheng se oyó en nombre de la parte China, mientras que el Embajador cubano en el país asiático, Carlos Miguel Pereira, habló en nombre de Cuba.
El investigador del Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias Sociales de China y miembro de Honor de la Sociedad Cultural José Martí, se refirió al pensamiento martiano en Fidel. La evidencia más reciente la encontró en el libro que lee y tiene la tarea de traducir. En Cien Horas con Fidel. Conversaciones con Ignacio Ramonet, Fidel afirma: «Por supuesto, primero fui martiano y después fui martiano, marxista y leninista», y en otro momento: «Martí es la cumbre de ese pensamiento cubano».
«Martí es cubano y latinoamericano; pero también es chino y universal», afirmó Xu Shicheng.
Por su parte, Pereira acotó en su discurso: «El legado de Martí se mantiene vivo en los miles de colaboradores cubanos de la salud que ofrecen sus servicios en los lugares más apartados del planeta, en la obra generosa de quienes enseñan a leer y a escribir a miles de analfabetos en todo el mundo, en nuestros cinco hermanos presos injustamente en cárceles norteamericanas por combatir el terrorismo, y en cada uno de los once millones de cubanos que de manera abnegada y tenaz construyen una sociedad mejor».
Ante los bustos de José Martí y Simón Bolívar colocaron sendos ramos de rosas, blanco y rojo respectivamente, el embajador cubano y Rocío Maneiro, embajadora de Venezuela en la República Popular China.
En la conmemoración participaron además miembros de la Sociedad Cultural José Martí en China, representantes de la Cancillería, el Partido, la Asociación de Amistad del Pueblo Chino con el Extranjero, académicos, intelectuales, artistas, periodistas, alumnos de la escuela Amistad Cuba-China de Beijing y el personal diplomático cubano.
