Belgrado, febrero 16.— El primer ministro serbio, Vojislav Kostunica, se reunió este sábado en Belgrado con una delegación de los serbios de Kosovo (10 por ciento de la población en esa provincia sureña), a los que pidió que permanezcan en sus hogares y les prometió ayuda del Estado.
Según EFE, Kostunica recalcó que la decisión de, por anticipado, declarar nulos e ilegales los actos de independencia unilateral de Kosovo —que los albanokosovares proclamarán posiblemente este domingo— «representa la base del programa estatal y nacional de Serbia en la provincia después del 17 de febrero».
Según el comunicado de la oficina de prensa del primer ministro, Belgrado garantizará una vida normal y segura para todos los ciudadanos en Kosovo «que respetan el Estado de Serbia», quienes gozarán de iguales derechos que los demás ciudadanos serbios, y se anunciaron inversiones y la apertura de nuevos puestos de trabajo en las zonas en que viven, «lo que confirmará una presencia aún más intensa de Serbia en la provincia».
En Kosovo habitan unos 100 000 serbios, fundamentalmente en el norte, contiguo al resto de Serbia, y en varios enclaves del centro y sur.
Belgrado, en uso de sus potestades de soberanía, se opone a la separación de esta parte de su territorio, actualmente bajo protectorado interino de la ONU y la vigilancia de la OTAN desde el fin de la guerra, en 1999.
Durante la jornada, el primer ministro albano-kosovar, Hashim Thaci, otrora líder del grupo Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), expresó que «mañana (el domingo) será un día de calma, de comprensión y de compromiso del Estado en la ejecución de la voluntad de los ciudadanos de Kosovo».
Se prevé que la declaración de independencia sea votada en Pristina (la capital provincial) por el Parlamento, dijo AFP. No obstante, la muchedumbre no esperó a la proclamación de independencia y el sábado llenó las calles del centro de la ciudad con banderas albanesas y estadounidenses, mientras muchos pitaban con las bocinas de sus vehículos y tiraban petardos.
En el seno de la UE, Gran Bretaña declaró su disposición a respaldar la independencia y dar apoyo militar si estalla la violencia. Además, Francia, Alemania e Italia reconocerían también rápidamente al nuevo «Estado».
De otro lado, España, Bulgaria, Chipre, Grecia, Rumania y Eslovaquia se encuentran entre los detractores de esa separación ilegal, mientras que países como Malta y Portugal preferirían que el asunto se decidiera en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde Rusia puede emplear el veto para frenar la escisión del territorio serbio.
