Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Los prefectos de Bolivia se niegan al revocatorio y ponen condiciones

Abierto al entendimiento, el presidente Evo Morales los llamó ayer, una vez más, a respetar la ley

Autor:

Marina Menéndez Quintero

Los prefectos separatistas se reunieron en Codelco. Foto: ABI Como se esperaba, traía cola el ardid de los prefectos de la Media Luna de rechazar el revocatorio de agosto: no solo se niegan a someter sus cargos al mandato del pueblo sino que, además, ponen condiciones al gobierno y sugieren un insólito, ilegal e innecesario adelanto de las elecciones, a las que —¡exigen!— no podría presentarse Evo y que, claro, solo les conviene a ellos...

Muy trasnochados están los prefectos de los departamentos de Santa Cruz, Pando, Tarija y Beni (la Media Luna), a los que acaba de sumárseles el de Cochabamba, Manfred Reyes Villa... O muy apremiados.

Reunidos en Tarija bajo el auspicio de un denominado Consejo Nacional Democrático (CONALDE) acaban de conformar lo que denominaron una «secretaría protémpore» con tufo a gobierno provisional que, auxiliado por cuatro comisiones, debe «aplicar» los ilegales estatutos autonómicos donde está pautada la balcanización, separando a los estados que ellos administran, del resto de Bolivia.

El irrespeto no para mientes. En el documento de cuatro puntos que dieron a conocer la noche del lunes, los prefectos, además, condicionan la eventualidad de un diálogo con el gobierno a la restitución a sus departamentos del dinero que les deparaba el Impuesto Directo a los Hidrocarburos, enflaquecido en sus arcas particulares desde que el ejecutivo decidió extraer de allí la renta a la vejez. Y, por si fuera poco, se instruye el inicio de «todas las acciones que resulten necesarias» para recuperarlo: una orientación de la que debe esperarse lo peor, conocido el carácter violento y hasta facistoide de las claques que les acompañan.

Precisamente, los de la llamada Unión Juvenil Cruceñista —tristemente célebre por sus ataques y golpizas a los defensores de la refundación— ha anunciado este martes que «tomarán» instituciones públicas, para que formen parte del denominado gobierno departamental autónomo de Santa Cruz. Eso quiere decir «asalto», y podría ser indicativo de otras y peores acciones de fuerza, malentendiendo el clima de no confrontación que han preferido hacer prevalecer tanto las autoridades gubernamentales, como el propio pueblo.

De hecho, la autonomía ilegal que según ellos fue aprobada en sus cuatro departamentos y sirve de base a sus delirios, constituye una farsa. Los referendos donde inconstitucionalmente se votaron los respectivos estatutos autonómicos recibieron el rechazo de la mayoría del pueblo boliviano y de buena parte de la comunidad internacional. Absolutamente todo en esos torneos fue ilegal y carente de contraparte, como una salsa donde se cocinaron solos estos cabecillas de la desintegración. Desde la redacción del Estatuto, pasando por la conformación de los registros de votación, la instalación de las mesas, el mismo acto de votar y el conteo de los sufragios corrió por su propia cuenta. ¿Acaso algo así se puede avalar?

Abierto al entendimiento, el presidente Evo Morales los llamó ayer, una vez más, a respetar la ley. Pero el ejecutivo ha pedido también al Congreso que instaure contra ellos un juicio de responsabilidades por burlar la ley, y por crear una instancia de gobierno no reconocida constitucionalmente.

Tajante, el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, acusó a los prefectos de estar orquestando un siniestro plan golpista en contra de la democracia y la unidad nacional...

No, no se les puede dejar.

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