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Tokio._ La Cumbre del G-8 comenzó hoy en Japón con el propósito de debatir durante tres días sobre el encarecimiento de los precios de los alimentos y los combustibles, la ayuda financiera a África y los cambios climáticos, reportó PL.
La asamblea anual del Grupo de los Ocho (G-8), países más desarrollados del planeta, se inició con una sesión plenaria en la cual estuvieron presentes los gobernantes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia.
Participaron además dignatarios de Australia, Brasil, China, la India, Indonesia, México, Suráfrica y Surcorea, entre otros invitados.
En total los asistentes a la cita serán 22 gobernantes: los ocho de esa especie de club de países ricos, siete de África y varios de otras economías en desarrollo.
La reunión se desarrolla en el Hotel Windsor Toya, situado en la cima de una colina en el norte de la isla nipona de Hokkaido, accesible sólo por una carretera custodiada a cada paso por efectivos de seguridad o helicópteros.
La cita quedó prácticamente inaugurada la víspera con la llegada del primer ministro japonés, Yasuo Fukuda, quien se entrevistó casi de inmediato, y por separado, con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y su homólogo canadiense, Stephen Harper.
El primer encuentro del G-8 se efectuó en Francia en 1975 con representantes de Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia, la entonces República Federal de Alemania y Japón, además del país anfitrión. Canadá se incorporó al año siguiente y Rusia en 1997.
Aunque no se han admitido aún nuevos socios, la lista de participantes a la mayoría de las cumbres ha aumentado desde entonces.
La organización de la anterior reunión correspondió hace dos años a Heiligendamm, Alemania, y en 2009 tendrá por sede la localidad de La Maddalena, en la isla italiana de Cerdeña.
Las prioridades de la Cumbre incluyen un acuerdo contra el cambio climático, medidas para tratar de impulsar la economía mundial y atajar el encarecimiento de los alimentos y el petróleo, entre otras.
Pero hay escasos indicios de que los resultados vayan a estar a la altura de las expectativas y la mayoría de los expertos aguarda una declaración final llena de buenas intenciones pero escasas decisiones.
