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Foto: AP SAO PAULO.— El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo el sábado que las principales naciones emergentes del mundo desempeñarán un papel destacado en la próxima reunión de Washington sobre la crisis mundial, ya que los países pobres son víctimas inocentes de la convulsión económica global, ahora que el sistema financiero «se ha desplomado como un castillo de naipes».
Según AP, Lula pidió a los ministros de Hacienda del Grupo de los 20 (el conjunto de los siete países más desarrollados, más los países emergentes, como Brasil, India, China, Rusia, etcétera), reunidos en Sao Paulo, que formulen propuestas para un cambio sustancial de la arquitectura financiera internacional.
«Todos estamos pagando por esta aventura. Este sistema se desplomó como un castillo se naipes y arrastró con él la fe dogmática en los principios de no intervención en la economía por parte del Estado», dijo.
Lula agregó que las naciones ricas como EE.UU. y las de la Unión Europea deben reconocer ahora el creciente desempeño global de países como Brasil y otorgarles el poder para desarrollar nuevas normas financieras internacionales.
«Está en juego mucho —agregó—, porque millones de pobres de todo el planeta sufren como resultado de la crisis crediticia global que comenzó en los países desarrollados y se extendió al resto del planeta. (...) Están en juego vidas humanas».
Francia sugirió incorporar las principales economías emergentes, como Brasil, México, China y la India, al G-8, y el ministro de Hacienda brasileño dijo que su país cree que este debería ser transformado en una versión extendida, quizá el G-15, aunque no especificó qué países deberían ser incorporados, además de Brasil, Rusia, la India y China.
Los presidentes europeos sugirieron transformar al Fondo Monetario Internacional en el supervisor de las finanzas mundiales, con más recursos monetarios para «socorrer» a los países en apuros, pero para Lula los dirigentes mundiales «deben revisar el desempeño de los mecanismos existentes o crear otros nuevos, a fin de fortalecer la supervisión y la regulación de los mercados financieros».
