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Me alegra profundamente volver a visitar este gran país, al que nos unen históricas relaciones de amistad y respeto mutuo, expresó el mandatario cubano
Palabras pronunciadas por el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz, durante el almuerzo oficial en su honor ofrecido por el Presidente de la Federación de Rusia, Dimitri Medvedev. Gran Palacio del Kremlin, Moscú, 30 de enero de 2009.
Estimado Presidente Dimitri Anatolievich Medvedev;
Distinguidos representantes del Gobierno de la Federación de Rusia:
Me alegra profundamente volver a visitar este gran país, al que nos unen históricas relaciones de amistad y respeto mutuo, y reunirnos de nuevo para dar continuidad a las excelentes jornadas e intercambios que sostuvimos en La Habana el pasado mes de noviembre.
Su visita, Presidente Medvedev, dejó una grata impresión en nuestro pueblo. Conocemos y valoramos el empeño personal que usted ha dedicado a la ampliación y profundización de las relaciones con Cuba. Se lo agradezco en nombre del compañero Fidel y de todo nuestro pueblo.
En el terreno económico, los resultados de la Comisión Intergubernamental de Colaboración Económica y Científico-Técnica demuestran el amplio potencial de desarrollo de nuestros vínculos. Su IX Sesión acaba de concluir en esta capital con la firma de importantes proyectos en diversas esferas. Debemos ahora trabajar de conjunto para implementar estos acuerdos en los plazos que han sido convenidos.
Es particularmente meritorio que nuestros vínculos económicos se consoliden y crezcan aun en medio de la crisis económica mundial. Por tanto, estoy convencido de que la colaboración cubano-rusa, que ha cobrado un nuevo dinamismo, continuará desarrollándose exitosamente.
A lo largo de muchos años, los pueblos de la Unión Soviética, muy especialmente el noble pueblo ruso, nos brindaron una colaboración decisiva, que nos llegó invariablemente de forma desinteresada, modesta y respetuosa. Los cubanos nunca olvidaremos ese extraordinario gesto de hermandad.
Por eso permítanme concluir con un brindis por el bienestar y la dicha de los hijos de esta nación, y por la permanente profundización de la amistad entre Rusia y Cuba.
Muchas gracias
